Cirugía mayor a la Línea 1 del metro
La renovación de la Línea 1 del Metro tiene que contemplar a su cerebro: el Puesto Central de Control, que tiene tecnología de hasta medio siglo de antigüedad y en el 2019 provocó una quinta parte de las fallas en trenes
David MartínezEl mayor reto para la renovación de la Línea 1 del Metro será hacerle cirugía mayor al cerebro de todo el Sistema de Transporte Colectivo que actualmente está obsoleto.
El 29 de junio pasado, el Gobierno de la Ciudad de México anunció la publicación de la licitación para la rehabilitación integral de la Línea 1 del Metro; y en octubre se darán a conocer las empresas que se encargarán de los trabajos.
Las autoridades capitalinas indicaron que este proyecto intervendrá todas las instalaciones de la Línea 1, como vías y estaciones. También plantea la compra de 30 nuevos trenes.
En total, esto representará una inversión de 30 mil millones de pesos que se verá reflejada hasta 2023, dio a conocer el Gobierno local.
Sin embargo, especialistas advierten que la rehabilitación no reflejará una mejoría si no se renueva el cerebro del Metro, que es el medio de transporte que mueve a 5 millones de personas al día.
Al igual que el cerebro humano, su Puesto Central de Control (PCC) se divide en dos: el PCC 1, que dirige el tránsito de las líneas 1 a la 7; y el PCC 2, por el que se administra y supervisa el de la 8 a la B.
Desde ambos puestos se verifica el funcionamiento, la regulación de las líneas y trenes, y también se vigila la operación en general del modo de transporte.
Sin embargo, la tecnología de ambos es obsoleta y tiene hasta medio siglo de antigüedad, señalan expertos.
De acuerdo con la solicitud de información 03250000053219 realizada al Metro a través del Sistema InfomexDF, el primer cerebro aún funciona con un pupitre de transistores.
El documento citado informa que el tablero de control opera tecnología analógica a base de focos LED de la década de los 70.
Mientras que la computadora que regula el tráfico de trenes es una HP 386, modelo 1990, compatible con el sistema operativo Windows XP, que tiene al menos 15 años de atraso. Actualmente existen otros sistemas como Mac o Windows 10, más recientes.
Por otra parte, el PCC2 tiene un tablero de control óptico digital con tecnología SCADA, modelo del año 2000, con computadores HP Pentium modelos DC7600 y DC7800, del 2005, y funciona con el sistema de Windows Vista de la misma época.
Además, según la misma solicitud de información y la que tiene el folio 03250000053219 también realizada al Metro, las principales fallas en el servicio tienen que ver con el cerebro.
La información obtenida indica que de las 913 averías a los trenes durante 2019, el 21.69 por ciento, es decir, 198, fueron en el sistema de pilotaje automático que tiene relación directa con la comunicación con el Puesto Central de Control.
Las solicitudes también afirman que la principal falla de los dos PCC durante 2018 y 2019 tuvo que ver con el sistema de pilotaje automático.
Línea 1 del metro, columna vertebral
Víctor Alvarado, especialista en movilidad del Instituto Politécnico Nacional (IPN), señala que aunque el proyecto anunciado por el Gobierno solo busca rehabilitar las instalaciones físicas de la Línea 1, debe contemplar las dos partes del cerebro del medio de transporte.
Argumenta que es necesario modernizar a los dos PCC junto con la Línea 1 porque esta ruta es la columna vertebral del todo el Metro.
La primera ruta del Metro, a lo largo de sus 20 paradas, hace transbordo con 9 de las 12 líneas. Es la que más conecta estaciones.
También es la segunda con mayor demanda de usuarios. Datos de la afluencia del Metro indican que la Línea 1 transportó durante el primer trimestre de 2019 a 59 millones 171 mil 718 personas, solo por debajo de la Línea 2 que en el mismo lapso trasladó a 65 millones 477 mil 847.
Inversión integral
Mónica Tapia, directora de la asociación Ruta Cívica, afirma que la rehabilitación del Metro es importante y promueve la movilidad sustentable y saludable en la ciudad.
No obstante, aún falta cambiar la tendencia de los gobiernos de invertir más en infraestructura vehicular, que produce emisiones contaminantes, en lugar de hacerlo en movilidad sustentable, dice la activista.
“Se gasta 70 por ciento en obras para el automóvil, cuando estamos viendo que solo un 30 por ciento de la población se mueve en coche”, menciona.
Según la Encuesta Origen-Destino en la Zona Metropolitana del Valle de México 2017, del total de viajes que se realizan en la región centro del país, el 30 por ciento son en automóvil y los demás en transporte público o modos no motorizados.
Por eso, explica Tapia, se debe dejar de invertir en puentes vehiculares y apostar más a obras como la infraestructura ciclista y de transporte público. Sobre todo en el contexto post pandemia por COVID-19, en el que las personas buscarán moverse de manera segura para no contagiarse.
En 2019, el Gobierno de la capital hizo una inversión histórica (superior a la de todo el sexenio pasado) de 270 millones de pesos en infraestructura ciclista.
Sin embargo, en ese mismo año, invirtió 880 millones de pesos en la construcción de 3 puentes vehiculares al oriente de la capital.