Cifras de homicidios y fosas ignoradas en Jalisco

El Gobierno de Jalisco se niega a integrar en sus estadísticas de homicidios dolosos a los cientos de víctimas sin vida encontrados en las fosas clandestinas de la entidad, una postura que no ha sido avalada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

El rechazo de las autoridades jaliscienses a considerar los cuerpos extraídos de las fosas clandestinas como parte de sus registros de asesinatos, se da justo ahora que el estado presenta una crisis por el hallazgo de más sitios de inhumación ilegal, en ocasiones tan grandes que pueden llegar a tener más de 100 cadáveres en su interior.

Muestra de lo anterior es que en la actual administración, encabezada por Alfaro Ramírez, la autoridad descubrió las tres fosas más grandes en la historia de Jalisco: la de la colonia El Mirador II, en Tlajomulco, con 106 cuerpos; la de El Sabino, en El Salto, con 75 cadáveres (corte preliminar); y la de El Mirador I, también en Tlajomulco, con 50 cuerpos.

Esta negativa por asumir a las inhumaciones ilegales como parte del escenario de violencia que se vive en Jalisco, condujo a que las estadísticas de homicidios dolosos que presentó Alfaro en su Segundo Informe de Gobierno en Materia de Seguridad estuvieran muy por debajo de las oficiales, es decir, las que publica el SESNSP.

Por ejemplo, al hacer una comparativa de homicidios dolosos ocurridos en el lapso de enero a septiembre, el Informe del mandatario señala que en 2018 se cometieron en el estado mil 626, en 2019, mil 872, y en 2020 otros mil 548.

En realidad, la cifra de asesinatos cometidos en esos años, en ese mismo lapso de enero a septiembre, es mucho más alta cuando se consultan los registros del SESNSP, los cuales sí consideran los hallazgos de cuerpos en fosas: en 2018 fueron mil 696 asesinatos, en 2019 la cifra subió a 2 mil 045 y en 2020 otros mil 923.

Con las estadísticas recortadas de homicidios dolosos que dejan fuera a los cuerpos de fosas clandestinas, el mandatario presumió una marcada reducción en para este año durante su Segundo Informe de Gobierno en Materia de Seguridad, presentado este 2 de noviembre.

“Hemos logrado reducir en este año de mil 626 homicidios que se cometieron en 2018, a mil 548; es decir, logramos bajar 4.8 por ciento respecto a 2018, pero logramos bajar respecto al año pasado 17.3 por ciento”, dijo el gobernador.

Aquel día, Alfaro Ramírez justificó así su negativa a sumar los cuerpos hallados en fosas a los asesinatos cometidos en lo que va de su mandato.

“Separamos, porque evidentemente se tiene que separar, lo hemos expresado infinidad de veces en el secretariado técnico nacional del Sistema Nacional de Seguridad, que hay que separar las víctimas de homicidio doloso de las personas o de los hallazgos de víctimas en fosas por una razón: porque el tema de las fosas no corresponden a un periodo de tiempo que estamos midiendo; hay cuerpos que se han encontrado en fosas que son inclusive de otros años, entonces separamos el dato”, sostuvo.

Sembrar cuerpos en fosas

La delincuencia organizada asentada en Jalisco ha encontrado en el estado un territorio apto para “sembrar” sus fosas clandestinas ante la ausencia o complicidad de las instituciones de seguridad.

Así lo confirman los datos que presentó la Secretaría de Gobernación el 7 de octubre pasado, con su Registro Nacional de Fosas Clandestinas. Ese día se reveló que, según el “Informe Histórico de 2006 al 30 de septiembre de 2020”, entre las “Entidades con Mayor Número de Cuerpos Exhumados de Fosas Clandestinas”, el primer lugar lo ocupa Jalisco, con 897 cuerpos, equivalente al 13 por ciento nacional.

También se reportó que según el “Informe del 01 de diciembre de 2018 al 30 de septiembre de 2020”, entre las “Entidades con Mayor Número de Cuerpos Exhumados de Fosas Clandestinas” vuelve a figurar Jalisco en primer lugar con 605 cuerpos, casi el 31 por ciento del total a nivel nacional.

Lo anterior revela que a pesar de que el combate a la delincuencia organizada inició hace más de una década, siete de cada 10 cuerpos extraídos de fosas se descubrieron en el mandato de Alfaro Ramírez (iniciado el 6 de diciembre de 2018).

Sin embargo, en el discurso gubernamental, todos estos sitios de inhumación ilegal no son presentados como muestra del poderío del crimen organizado o de la impunidad que priva en la entidad, sino como resultado del “compromiso” por buscar a los desaparecidos.

“El tema de fosas que refleja un incremento por una razón muy sencilla: porque en Jalisco estamos buscando a los que nos faltan, porque el compromiso fue que en materia de búsqueda de personas desaparecidas íbamos a hacer un enorme esfuerzo para que podamos encontrar a la gente que estaba desaparecida en nuestro estado”, declaró el gobernador el 2 de noviembre pasado.

En el Segundo Informe de Desaparecidos presentado a finales de octubre, se lee también que “de las 55 fosas localizadas durante esta administración se han exhumado los restos de 638 personas, de las cuales 343 han sido identificadas y entregadas a sus familiares“.

Narrativa opuesta

El Gobierno de Jalisco insiste en que tiene un compromiso firme por encontrar a las personas desaparecidas, sin embargo, cuando finalmente se descubren fosas clandestinas no quiere asumir la responsabilidad de todos esos homicidios que pretende dejar fuera de la estadística oficial.

“Muchos de estos cuerpos que nos estamos encontrando son de aquellas épocas (2018) y los estamos encontrando precisamente por este esfuerzo de búsqueda que refleja el compromiso en la agenda de desaparecidos”, mencionó el 2 de noviembre.

Poco antes, el 27 de octubre de 2020, expresó: “hice el compromiso de que no iba a permitir que este tema se desvaneciera (…). Abrimos el proceso de rendición de cuentas de este año en Jalisco, reafirmando el compromiso de que no vamos a parar en el estado hasta encontrar a los que nos faltan”.

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