Científicos alzan la voz por el ambiente
Investigadores de la comunidad científica hicieron un llamado a los aspirantes a la presidencia para que la administración pública federal entrante en este 2018 no postergue los problemas ambientales que afectarán a la población mexicana en el corto y mediano plazo
J. Jesús LemusDe cara a las elecciones federales para la renovación de poderes públicos en el país, en donde se incluye el cambio de 13 gubernaturas estatales, un grupo de 40 investigadores científicos alzaron la voz para poner de manifiesto los retos que afronta el país en materia ambiental, los que consideran deben ser incluidos dentro de los planes inmediatos de gobierno.
El planteamiento contenido dentro de la llamada “Agenda Ambiental 2018, Diagnóstico y Propuestas” no es otra cosa que “una síntesis del conocimiento en materia ambiental en los temas más acuciantes” que a la fecha afectan a la mayoría de los mexicanos, donde se requiere una intervención oficial inmediata, a fin de evitar el avance del deterioro del medio ambiente, asunto que ha sido abordado de manera superficial por los aspirantes presidenciales.
La Agenda Ambiental 2018 es un documento elaborado por académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la participación de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial AC, del Colegio de México, Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, Conservación y Biodiversidad, de la Fundación Semillas de Vida y de la Iniciativa Climática de México.
En el documento, que en origen va dirigido a la sociedad civil, con el fin de que tenga mejores elementos para influir en la toma de decisiones, también toca a los aspirantes presidenciales en cuanto a exigirles propuestas de solución para la siguiente administración publica federal, concernientes al tema de protección ambiental.
Desde la óptica de los científicos, según se plasma en el documento, “los distintos problemas ambientales del país han llegado a un nivel tal que ponen en riesgo, a corto y mediano plazos, la calidad de vida de grandes grupos sociales, así como muchos de los procesos productivos de los que depende la economía y el acceso a servicios ecosistémicos básicos”.
En ese sentido, se indica que en este momento histórico son impostergables asuntos como la falta de acceso al agua de calidad, la acelerada pérdida de ecosistemas y su biodiversidad, la creciente ilegalidad de los aprovechamientos forestales, el agotamiento de las pesquerías y la destrucción de manglares.
A ello se suman la contaminación y la vulnerabilidad de las ciudades; el rápido agotamiento de los hidrocarburos convencionales y la falta de inversión en energías renovables, además de la erosión de los suelos y la creciente pérdida de seguridad alimentaria, derivados todos de la falta de políticas públicas eficientes que permitan armonizar el desarrollo social, el crecimiento económico y la protección del medio ambiente.
Estos problemas no sólo están dimensionados por las crisis que en los últimos años ya han generado entre grupos poblacionales de diversas partes del país, sino porque sobre ellos poco se han manifestado los principales aspirantes a la Presidencia de la República, los que en sus plataformas electorales esbozan apenas pinceladas de intención para solucionarlos.
Los candidatos Ricardo Anaya Cortés, de la coalición “Por México al Frente” (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano), José Antonio Meade Kuribreña, abanderado de “Todos por México” (PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza), Andrés Manuel López Obrador, de “Juntos Haremos Historia” (Morena, PT y Encuentro Social), poco han definido en sus discursos políticas concretas que coincidan con los ejes prioritarios en el tema ambiental.
Medio ambiente en agenda de aspirantes
Ricardo Anaya propone en su Plataforma Electoral, “la necesidad de un desarrollo económico con crecimiento, inclusión social y sostenibilidad”, en donde plantea “generar crecimiento económico, abatir la pobreza, el hambre y proveer de oportunidades a las familias, a las comunidades y a las personas para que se desarrollen plenamente”.
Aun cuando en su propuesta de “Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible”, el candidato Anaya plantea una “evaluación ambiental estratégica y el que contamina paga para toda explotación de los recursos naturales o cualquier tipo de proyecto productivo, recreativo o turístico”, no hay una propuesta concreta para llevarlo a cabo.
El proyecto de Anaya considera de manera general la instrumentación de políticas de Estado que aseguren que el país cumpla con compromisos internacionales que intentan revertir el cambio climático y el calentamiento global.
José Antonio Meade, por su parte, en su Plataforma Electoral contempla impulsar la creación de políticas con enfoque de sustentabilidad y sostenibilidad en todos los grupos, reconociendo la necesidad de “promover la concertación entre los sectores público, social y privado” como el principal camino para “la preservación del medio ambiente, (donde) requerimos una mejor planeación y coordinación entre los diferentes sectores y órdenes de gobierno, así como el sector público y social”.
A esa propuesta, se suman otras 15 líneas de acción entre las que se encuentran fomentar la adaptación ante el cambio climático, la producción y el uso de energías limpias, la transformación productiva de la basura en energía, la gestión sostenible del agua y el cuidado del medio ambiente desde la educación.
Meade, al igual que el candidato Anaya, tampoco explica en su Plataforma Electoral, las pasos concretos para enfrentar la problemática develada por los académicos y científicos, los que refieren la necesidad de “motivar a los actores políticos y a la sociedad a la construcción conjunta de políticas socio-ambientales”.
En la Plataforma Electoral de Movimiento Regeneración Nacional, que abandera al candidato Andrés Manuel Lopez Obrador, se menciona al medio ambiente como una de las materias en las que el país muestra “atraso, deterioro, carencia y descomposición”, considerando otras temáticas en esos mismos términos como la infraestructura, la educación, la salud y la agricultura.
En el apartado denominado “Reconstrucción nacional”, que tiene que ver con las acciones de reconstrucción tras los sismos ocurridos en septiembre del 2017, a modo de plan, la plataforma señala que en la respuesta que tuvo la población mexicana después de ocurridos los temblores, está la forma en la que se pueden revertir los daños al medio ambiente.
“En la extraordinaria respuesta de los mexicanos frente a la emergencia encontramos el camino de cómo reconstruir, entre todos, a nuestro país devastado por la corrupción, la pobreza, la desigualdad, la antidemocracia, la violación de los derechos humanos, el despojo de los pueblos y la destrucción del medio ambiente”, señala el documento.
De los tres candidatos, la Plataforma Electoral de Morena es la que menos propuestas especí- ficas hace del cuidado al medio ambiente.
Retos por enfrentar
De acuerdo a la propuesta lanzada por los académicos, entre los mayores retos que afronta México a corto plazo se encuentra el de la accesibilidad de la población al suministro de agua y el cuidado de esta, debido a que el manejo de aguas residuales no ha sido bien atendido.
En lo que refiere al uso de aguas para riego, “México es el segundo país en el mundo, después de China, que utiliza en mayor medida agua residual para este fin”, indica la Agenda Ambiental.
Al tema del agua también se suma el problema de la conservación de la biodiversidad, el que se establece como causa directa de la deforestación, la que “ha provocado la fragmentación de los ecosistemas y el aislamiento de especies y poblaciones”, en donde también influyen “procesos como la contaminación de los ecosistemas y la introducción de especies invasoras” que conllevan a la pérdida de la biodiversidad y el deterioro profundo de los sistemas de soporte de la vida en el planeta.
Un hecho que destaca la Agenda Ambiental es la desmedida utilización de los recursos forestales, de los que se establece que “al menos 70 por ciento de la madera que se consume tiene origen ilegal, y se beneficia de un contexto de amplia impunidad”, donde las comunidades originarias, dueñas de territorios forestales, juegan un papel central en la conservación de los bosques.
Entre los factores que se señalan han llevado a México a la crisis ambiental en la que se encuentra, se resalta a la industria minera, donde se explica que existen “más de 120 conflictos ambientales vigentes relacionados con la minería” los cuales han cobrado grandes costos socioambientales donde se lleva a cabo dicha actividad.