El primer proyecto fallido de este tipo es la ciclovía denominada Vía Libre, ubicada en San Pedro. Se trata de la obra emblema del alcalde Miguel Treviño. Foto: especial

Ciclovías de Nuevo León; poca utilidad y alto costo

Pese a las buenas intenciones de las autoridades al instalarlas, las ciclovías de la Zona Metropolitana de Monterrey no cumplen su función debido a varios factores, entre los que se encuentran la inseguridad vial, las altas temperaturas, la contaminación y la falta de señalización clara

Con poca utilidad y un costo excesivo, las ciclovías de Nuevo León, habilitadas en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), se han convertido en elefantes blancos que no abonan a la movilidad, ni ayudan a reducir la contaminación por emisiones de carbono.

Aunque se trata de un medio ecológico y económico, la falta de infraestructura que permita el tránsito seguro de los ciclistas, la contaminación y las altas temperaturas, de entre 34 y 45 grados en primavera y verano, son condiciones que impiden que los neoleoneses opten por este transporte.

Las dos ciclovías que existen actualmente carecen de un inicio y un término claros, no tienen señalización y el acceso a ellas es complicado para quienes no viven cerca, debido a la falta de transporte.

La inseguridad vial, pues Monterrey es la ciudad con más accidentes vehiculares en todo el país, es una de las principales razones que impiden que los ciclistas utilicen estas vías.

Vía Libre, el primer fracaso

El primer proyecto fallido de este tipo es la ciclovía denominada Vía Libre, ubicada en San Pedro. Se trata de la obra emblema del alcalde Miguel Treviño, cuyas decisiones, como la remodelación del centro del municipio, han ocasionado la oposición de los ciudadanos que habitan la zona.

Reporte Índigo constató, tras observar el tránsito de Vía Libre durante varias horas, que en un lapso de 5 horas solo dos ciclistas usaron este camino.

Vía Libre, cuyo costo fue de 33 millones de pesos, se ubica en la avenida Alfonso Reyes, consta de cuatro kilómetros que van de oriente a poniente y otros cuatro de poniente a oriente.

Esta vía inicia en la avenida Las Olimpiadas, en la colonia Tampiquito, y concluye inesperadamente en un bajo puente en el límite con Santa Catarina, punto desde el cual los ciclistas tienen que circular por carriles ordinarios de automóvil, con los riesgos que esto conlleva, debido a que la velocidad promedio que alcanzan algunos autos en ese punto es de entre 70 y 80 kilómetros por hora.

El diputado local del Partido Acción Nacional (PAN) y vecino de San Pedro, Luis Susarrey cuestionó la implementación de Vía Libre, debido a que no cumple con los requisitos para considerarse una ciclovía.

“Hemos sido muy enfáticos en que es indispensable que busquemos alternativas para bajarnos del automóvil, que necesitamos movernos de una forma mucho más sostenible, a pie, en bicicleta o en transporte público, para que haya menos tráfico y menos contaminación, pero para que esto se logre tenemos que responder a una serie de criterios técnicos e involucrar a la ciudadanía en una toma de decisiones.

“(Vía Libre) es quizá una buena intención, pero al no estar bien ejecutada no tiene los resultados deseados, no nos sirve de nada una ciclovía si está vacía, las ciclovías son para que la gente se baje del carro y después de muchos meses nos damos cuenta que no se está utilizando, quiere decir que algo se hizo mal”, declaró.

De acuerdo con Susarrey, esta vía no es utilizada debido a que no se sujeta a normativas nacionales e internacionales, pues tiene espacios donde hay pendientes muy pronunciadas, que impiden que cualquier persona pueda usarla, por lo que solo es funcional para atletas o personas con buena condición física.

“No tiene un origen y destino bien planeados, o sea empieza a la mitad de una avenida y termina en un paso a desnivel que divide al municipio de San Pedro con Santa Catarina, entonces ¿termino mi ciclovía y a dónde voy? No está trazado un punto de origen, entre la casa, el trabajo y la escuela.

“Evidentemente no se tomó en cuenta la opinión de la gente y todos esos son elementos indispensables”, comentó.

La crítica no sólo ha sido expresada desde el Poder Legislativo. Vecinos sampetrinos realizaron protestas y se opusieron a este proyecto, el cual impidió el estacionamiento de automóviles pertenecientes a habitantes de la zona aledaña, en su mayoría, adultos mayores.

Este proyecto también obstruye algunas cocheras y genera problemas vecinales debido al aparcamiento de vehículos en calles aledañas a la avenida Alfonso Reyes.

Cristina De León, vecina de la calle Guerrero, en la colonia Tampiquito, refirió los problemas vecinales que han surgido tras la instalación de la ciclovía, ya que a pesar de no tener a Vía Libre frente a su vivienda, la habilitación de este camino le afectó debido a que quienes habitan en la avenida Alfonso Reyes se estacionan frente a su domicilio, invadiendo cocheras e impidiendo así la entrada y salida de vehículos de su vivienda.

“Ha habido juntas, pero no nos hacen caso, ya tiene más de un año esto y no nos hacen caso y sigue igual, nos tenemos que parar en otra parte, no estamos a gusto porque no está mi carro en mi casa y mis vecinos (de la avenida Alfonso Reyes) tienen que venir a ponerse (a estacionarse), y a los vecinos de este lado no nos gusta porque ya no hay privacidad”, declaró De León.

Ciclovía de Monterrey, otro fracaso

La otra ciclovía presente en la ZMM es otro proyecto fallido, pues es usada con más frecuencia por peatones que por ciclistas.

Se trata de la vía para ciclistas de la ciudad de Monterrey, de dos kilómetros de longitud que inicia en la calle Pedro Martínez, en la colonia Nuevo Repueblo, y termina en el puente Intermodal, ubicado frente al Palacio Municipal.

La ciclovía de Monterrey fue construida hace más de 10 años, durante el sexenio del gobernador priista Rodrigo Medina de la Cruz, tras el paso del huracán Alex.

Como parte de un esquema de reconstrucción de la ciudad, se levantó un puente vehicular que cruza el Río Santa Catarina y que conecta a la zona sur de Monterrey con la zona centro a través de la avenida Constitución. En esta obra vial se incluyó un espacio para la ciclovía.

Durante una observación se registró que, en un lapso de dos horas, apenas cuatro bicicletas pasaron por el sitio.

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