El proyecto más importante de movilidad activa en la Ciudad de México está en la incertidumbre. Se trata de la Ciclovía de la Avenida Insurgentes que surgió como una opción provisional de movilidad segura ante la pandemia de COVID-19 en junio de 2020 y, debido a su éxito, en marzo de este 2021 se declaró su permanencia.
Durante la pandemia, el ciclocarril, que mide 40 kilómetros, ha servido para que quienes no pudieron estar en confinamiento o han retomado sus actividades se trasladen de manera segura sin riesgo de contagio en bicicleta.
Sin embargo, hasta este mes de octubre, dos meses después de la fecha límite, la ciclovía no ha sido terminada.
Especialistas afirman que esta problemática crea una mala percepción entre la comunidad ciclista de que las autoridades han fallado en su promesa y da argumentos en contra a los opositores a este tipo de proyectos de movilidad activa.
Hasta el momento, las autoridades de la Ciudad de México no han dado a conocer por qué la obra no ha concluido: la única información al respecto es la que la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) difundió el pasado 19 de septiembre, en la que menciona que existía un 14 por ciento de avance.
Las licitaciones para la ciclovía
El 13 de abril de 2021, se publicaron en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México las licitaciones DGOIV/LPN/002/2021, DGOIV/LPN/003/2021 y DGOIV/ LPN/004/2021 para la construcción de la Ciclovía Insurgentes en los tramos sur y norte de la avenida.
Según lo publicado, el concurso DGOIV/LPN/002/2021 fue para la construcción de la Ciclovía Insurgentes en el tramo sur, desde Avenida Río Mixcoac en la alcaldía Álvaro Obregón, hasta Miguel Ángel de Quevedo en Benito Juárez.
Mientras que la licitación DGOIV/LPN/003/2021 se publicó para la construcción de la ciclovía en el tramo norte Insurgentes, desde San Simón en el límite de la alcaldía Cuauhtémoc con Gustavo A. Madero hasta la avenida Reforma, en el centro de la ciudad.
Por último, la DGOIV/ LPN/004/2021 fue para el reencarpetado y la aplicación de pintura roja desde Villa Olímpica en la alcaldía Tlalpan, hasta San Simón en Cuauhtémoc.
Con las obras, la ciclovía que se habilitó como emergente solo con pintura y separadores de tránsito se convertirá en un carril confinado, señalizado, balizado y con nueva superficie de rodamiento.
Las autoridades no hicieron público qué contratistas, proveedores o personas físicas ganaron las licitaciones.
No obstante, las tres licitaciones indican que el inicio de obras fue el 15 de mayo pasado y el término se estipuló el pasado 12 de agosto.
Reporte Índigo recorrió el tramo de Insurgentes que va de la Glorieta de Insurgentes a Chilpancingo y observó que los trabajos para construir la ciclovía aún no han iniciado.
En el tramo recorrido solo se ve la pintura que fue colocada durante la implementación de la infraestructura emergente.
Los factores del retraso
Son tres factores los que influyen en el retraso de la construcción de la Ciclovía Insurgentes: los climatológicos, las cuestiones administrativas y la oposición vecinal o institucional que pueda existir, dice Víctor Alvarado, gerente de Movilidad Eficiente y Cambio Climático del Poder del Consumidor.
Respecto al primer factor, Alvarado señala que durante este año se han registrado lluvias intensas que han impactado en los tiempos de repavimentación y adecuación de Insurgentes.
Señala que de manera indirecta estos retrasos técnicos se deben a problemas medio ambientales globales como el cambio climático.
“Podría parecer que no hay una correlación, pero el cambio climático y sus efectos como las intensas lluvias, también impactan”, comenta.
En cuanto al segundo factor, las cuestiones administrativas, afirma que la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) tiene una costumbre, institucionalizada, de entregar ciclovías con retraso.
“Muchos proyectos los entrega un día antes del término del plazo o, si no, antes de terminar al año, lo que se debe a las gestiones administrativas que de manera interna, la Sobse realiza para sus proyectos”, afirma.
El último factor que podría influir en que no concluyan las obras, es que cuando hay modificaciones de calles, también vecinos que se oponen e instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que debe aprobar intervenciones en zonas declaradas como patrimonio.
Impacto negativo
No concluir la ciclovía crea una percepción de que hay una promesa incumplida por parte de las autoridades, afirma el especialista en movilidad.
“El impacto negativo es que se rompen expectativas tanto para el grupo beneficiado que son los ciclistas y la sociedad civil”, refiere.
El Poder del Consumidor, del que forma parte Alvarado, fue una de las organizaciones de la coalición Cero Emisiones que pugnó e hizo estudios para la permanencia de la ciclovía.
Añade que el retraso también da argumentos a grupos opositores a la infraestructura de movilidad activa.
“Se dan las armas y herramientas para poner en duda la viabilidad de estos proyectos”, concluye.