La representación legal de Joaquín Guzmán Loera mantiene viva la posibilidad de presentar una demanda contra Netflix y Univisión por la tergiversación de hechos atribuidos a su persona y a su vida, vertidos en la serie televisiva “El Chapo”, la que con récord de audiencia en México y Estados Unidos se difunde en su segunda temporada.
“Joaquín no ha manifestado intención de desistirse de una demanda”, toda vez que en la serie se le atribuyen hechos “que no son reales y causa demérito a su honra y en su persona”, dijo a Reporte Indigo José Refugio Rodríguez Núñez, abogado de Guzmán Loera en México.
Hasta el momento la posibilidad de demanda contra Netflix se mantiene en la expectativa, luego que la empresa no ha dado la posibilidad del diálogo, pese a que ésta se ha buscado, dijo el abogado, quien aseguró que la demanda se podría presentar en Estados Unidos.
La serie televisiva, que intenta narrar la vida del que fuera el jefe del Cártel de Sinaloa, producida entre Netflix y Univisión Story House Entertainment, en la primera temporada logró un récord de audiencia de más de 6 millones de personas.
La principal razón por la que no se ha dado inicio a la demanda “es el estado de incomunicación en el que se encuentra Joaquín Guzmán”, quien permanece recluido bajo medidas extremas de seguridad en una cárcel del Este de Nueva York.
A causa de esa incomunicación, Guzmán Loera no ha podido conocer la serie que intenta ser una de biografía no autorizada, pero tampoco ha revertido la instrucción de entablar una demanda contra Netflix, la que asegura José Refugio Rodríguez “sí tiene sustento jurídico”.
Dicho sustento se finca, dijo su abogado, en que Netflix está lucrando con la imagen y el nombre de Joaquín Guzmán.
“En la serie se plantean hechos y situaciones que no empatan con la realidad y que causan deshonra, que generan un daño moral”, explicó el abogado, “es una personalidad que nada tiene que ver con la realidad de cómo es el Joaquín que yo conozco”.
En el avance oficial que Netflix lanzó antes del inicio de la primera temporada se señala que la historia de “El Chapo” “está basada en investigaciones periodísticas”, pero no alude a las fuentes, ni cuáles son dichas investigaciones.
‘Historia verdadera’… con nombres falsos
La serie de Netflix fue creada por Silvana Aguirre y Carlos Contreras, y cuenta con la participación del periodista Alejandro Almazán.
En el drama se muestra a un Joaquín Guzmán despiadado y sin ningún tipo de afectos más allá de con su familia, y se van creando circunstancias, a veces parecidas a las reales otras fantasiosas, para perfilarlo como un ser con un alto potencial delictivo.
Llama la atención que a lo largo de los 19 capítulos que comprende la serie en sus dos temporadas, no aparece ningún personaje que tenga similitud con Rafael Caro Quintero, pese que el exfundador del Cártel de Guadalajara es una figura sin la cual no se puede entender el ascenso de Joaquín Guzmán Loera en el mundo criminal, tanto por la amistad como por la sociedad que un día los unió.
Pasajes ‘matizados’
A lo largo de la serie de “El Chapo” resaltan al menos seis episodios que aun cuando están centrados en hechos reales, y se presentan bajo las condiciones históricas que reconocen algunos periodistas especializados en el tema, estos fueron matizados para efecto de un mayor dramatismo.
Entre esos episodios destaca el trato que recibe “El Chapo” al interior de una cárcel federal, en donde es sometido a tortura y privación de alimentos, hasta que logra corromper el sistema y se convierte en el director de facto del propio penal.
También resalta la fuga que ocurre en el penal Federal de Puente Grande en Jalisco, en donde el protagonista logra salir de prisión vestido de policía federal con la complicidad de autoridades del Gobierno federal, lo que echa por tierra la hipótesis de la fuga en un carrito de lavandería.
De la misma forma se presentan con una serie de matices los episodios del asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes, la captura de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, el asesinato de Edgar Guzmán Salazar, el hijo de “El Chapo”, y el pacto que pretendió Guzmán Loera con otros cárteles de las drogas.