Ante la omisión de las autoridades federales y locales para atender los reclamos directos de la población, principalmente en materia de protección de derechos humanos y ambientales, la sociedad civil en nuestro país se ha hecho de medios de presión alternos para obligar a la obediencia colectiva de las autoridades.
Uno de esos medios de presión que ha sido utilizado de manera constante en los últimos años, es la plataforma Change.org, desde donde la sociedad civil ha hecho valer, a través de la presión internacional, su reclamo de transformación de las políticas públicas que considera adversas a los propios intereses colectivos.
Uno de los reclamos que con mayor insistencia la sociedad civil mexicana ha venido presentado, mediante peticiones para que se reviertan las decisiones oficiales, son los relacionados con los daños ecológicos, que se viven en todo el territorio nacional, de los que sólo del 2012 a la fecha se han registrado al menos 65 peticiones que buscan salvar áreas naturales.
En su experiencia, en la que ha abanderado y firmado al menos 20 peticiones para revertir decisiones gubernamentales en materia ambiental, considera que el uso de esta plataforma debe ser visto como complementario de otras acciones, principalmente jurídicas y de movilización, para lograr la reversión de las políticas públicas, “pues de lo contrario el activismo que se hace desde esa plataforma, quedará solo en un activismo de sofá”.
Sin embargo, Pame Tajonar, directora de la organización Tierra Baldía, reconoce que gracias a la plataforma Change.org se han logrado importantes avances en la defensa del medio ambiente, “pues con el sólo hecho de hacer pública la denuncia de las malas políticas en materia ambiental, se ha logrado revertir decenas de situaciones adversas para el medio ambiente en los últimos años”.
Esta misma idea es compartida por el presidente de la organización Grupo Cívicas Teziutlán, Rubén Espinoza Ramírez, quien explica que gracias a la denuncia presentada ante esa plataforma, “se logró rescatar el parque principal de Teziutlán (en la zona norte de Puebla) el que se pretendía devastar por una decisión del presidente municipal”.
Gracias a Change.org la organización de Rubén Espinoza logró recaudar 60 mil firmas de apoyo, la mayoría de habitantes de ese municipio, con lo que se obligó al alcalde de Teziutlán a dar marcha atrás en su intención de talar el parque principal de esta cabecera, “lo que de otra manera hubiera sido imposible de lograr, aunque se tuviera que recurrir a instancias judiciales, lo que se contemplaba como segunda acción”.
Un rosario de peticiones
El camino de la denuncia a través de Change.org que han seguido organizaciones como las de Pame Tajonar o de Rubén Espinoza, ha sido también la alternativa que otras organizaciones a nivel nacional han buscado para lograr el cometido de su defensa; solo en lo que va de este año, en esa plataforma ya se registran al menos 11 peticiones para exigir al gobierno mexicano acciones a favor del medio ambiente.
La más reciente es la que presentó la Sociedad Civil Unida por Quintana Roo, que reclama la protección real del Área Natural Protegida (ANP) de Holbox en el Caribe Mexicano, la que hoy se encuentra amenazada por el Plan de Desarrollo Urbano del gobierno municipal de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, con el que el alcalde Emilio Jiménez pretende otorgar licencias de construcción a partir del cambio de uso de suelo de la reserva natural protegida.
Esta petición, que ya cuenta con 9 mil 784 firmas de apoyo, denuncia el riesgo en el que se encuentran cientos de especies terrestres y de aves migratorias que han hecho de esta reserva natural su nicho ecológico, cuya importancia de biodiversidad se encuentra reconocida internacionalmente.
Igual que el caso de Holbox, también cuenta con una petición de apoyo en la plataforma de Change la situación de deforestación que se vive en Punta Esmeralda, en Playa del Carmen, en el municipio de Solidaridad, Quintana Roo, en donde “Bajo la bandera de ‘desarrollo económico y turístico’ en Cancún y Riviera Maya el manglar se ha destruido a diestra y siniestra”, dice la petición que ya cuenta con 108 mil 868 firmas de apoyo.
Otra iniciativa presentada en esta plataforma en lo que va de este año es la del Valle de Jovel, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en donde ambientalistas han denunciado la invasión a los humedales de montaña, la que se inició desde el 2015 por parte de una empresa constructora que se hizo de permisos para rellenar con escombro más de 115 hectáreas de humedales que se encuentran dentro del polígono del Área Natural Protegida.
La lista sigue. Ambientalistas del Estado de México actualmente mantienen viva una petición en esa misma plataforma, para rescatar 238 hectáreas de bosque encinos en el municipio de Jilotzingo, en donde se pretende el proyecto “Bosque Diamante”, que busca la construcción de 19 mil 985 viviendas y una zona comercial en una zona ecológica que representa amortiguamiento ambiental a la zona urbana de la Ciudad de México.
Sin Obligación de Respuesta Para la ambientalista Pame Tajonar las denuncias-peticiones que se presentan a través de Change.org, si bien son importantes por el solo hecho de la denuncia, también “carecen de un efecto legal, pues nada obliga a las autoridades expuestas a dar una respuesta formal a los peticionarios”, por lo que considera que este tipo de denuncias a veces son solo una voz que predica en el desierto.
Desde su punto de vista, la sociedad civil que procura mejores condiciones para el respeto a los derechos humanos y de protección al medio ambiente, debería contar con instancias de gobierno que hagan la función de la plataforma de Change, “que verdaderamente atiendan las quejas y los reclamos cuando hay una mala ejecución de las políticas públicas”, al menos en estos dos temas.
Pero dijo que mientras no exista voluntad de las instancias del gobierno para atender los reclamos de la población, este tipo de plataformas, que colectan la inconformidad de la sociedad, a veces con respuestas favorables a veces sin ninguna respuesta a los reclamos, “esta es una alternativa que se puede considerar como viable, al menos para encausar el malestar de la sociedad, que cada vez es más, como se puede observar en las peticiones que se leen a diario en esta plataforma”.
Por su parte, el activista Rubén Espinoza Ramírez, consideró que en la medida en que siga la autoridad desoyendo la inconformidad de la población, en materia ambiental, “no tenemos otra salida que la denuncia ante organizaciones como Change.org, la que se ha convertido en una especie de ‘Quinto Poder’ ante los desdibujados poderes del ejecutivo, legislativo, judicial y de la misma prensa”.