César Duarte quiso hablar en audiencia, pero sus propios abogados lo impidieron

De acuerda con la jueza que lleva el caso, pronto emitirá una resolución sobre la eventual extradición del exgobernador de Chihuahua a territorio mexicano
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MIAMI (AP) — El exgobernador mexicano César Duarte pidió el miércoles la palabra en Miami, pero se quedó con las ganas de hablar.

Sucedió al final de una prolongada audiencia de dos horas en la que su defensa le pidió a una jueza que rechace un pedido de extradición de Duarte para enfrentar cargos de corrupción en México. La audiencia fue a través de Zoom y Duarte estaba conectado desde la prisión por teléfono, con la ayuda de una intérprete que le traducía del inglés al español.

Al final de la audiencia, la intérprete le dijo a la jueza que el exgobernador quería hablar, pero tras ser consultados por la magistrada, los abogados de Duarte manifestaron que no era oportuno porque no habían preparado con antelación lo que iba a decir.

“Todo lo que diga quedará en los récords”, expresó la jueza Lauren Fleischer Louis, y permitió que el abogado Henry Bell se conectara con su cliente de manera telefónica inmediatamente después de la audiencia.

La audiencia terminó y Duarte no habló en público.

“Voy a emitir una resolución tan pronto como pueda”, dijo la magistrada tras escuchar los alegatos de la defensa y la fiscalía sobre la extradición de Duarte. “Ha sido de mucha ayuda escuchar a ambas partes”, aseguró.

La audiencia fue convocada para abordar un pedido de Duarte con el fin de que se desestime su pedido de extradición. Su defensa alega que el exgobernador llegó a Estados Unidos sin saber que enfrentaba acusaciones en México y que fue arrestado fácilmente porque llevaba una vida pública, sin ocultamientos.

De acuerdo con el abogado Juan Murillo, la fiscalía no ha probado fehacientemente que Duarte era prófugo.

“El gobierno se basa en testigos no identificados no accesibles”, expresó el defensor en sus alegatos, y dijo que Duarte y sus familiares estaban dispuestos a atestiguar para demostrar que no era un fugitivo de la justicia al momento de salir de su país.

Según Murillo, las pruebas que ha presentado el fiscal Jason Wu no dan sustento al pedido de extradición. Cuestiona además la validez que tienen en el proceso dos cartas diplomáticas de la embajada de México en Estados Unidos donde el gobierno del país vecino explica por qué busca la repatriación de Duarte.

Según la defensa del exgobernador, no sirven porque no tienen firma, pero el gobierno estadounidense alega que ambas misivas representan la posición oficial de México y como documentos diplomáticos no la requieren.

“Son comunicaciones oficiales entre el gobierno de Estados Unidos y el de México, a pesar de que la defensa quiera denigrarlas”, dijo Wu sobre las cartas diplomáticas inicializadas y con sello oficial de la embajada.

La fiscalía también ha presentado como prueba la orden emitida por un juez mexicano, alegando que se trata de acusaciones que están vigentes y que las leyes de México no permiten que los acusados sean enjuiciados en ausencia.

La solicitud de extradición fue presentada por el gobierno de México a finales de 2019.

En la audiencia estuvieron también familiares de Duarte, y al menos tres abogados defensores.

Duarte, que se desempeñó como gobernador del estado norteño de Chihuahua entre 2010 y 2016, permanece detenido en una prisión federal de Miami desde julio.

El exgobernador por el Partido Revolucionario Institucional salió de su país a fines de 2016. Está acusado de peculado y asociación delictuosa para malversar millones de dólares de fondos públicos.

Ha dicho que llegó a Estados Unidos en 2016 por problemas médicos tras un accidente en helicóptero. Vive en Miami desde 2017.

Duarte ha pedido asilo en Estados Unidos, rechaza las acusaciones y asegura que tienen motivaciones políticas.

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