Cervecerías artesanales contra el duopolio cervecero
Los golpes de la pandemia, la complicidad de las autoridades y un mercado desigual que no es vigilado ni controlado ha provocado que las cervecerías artesanales y los distribuidores independientes queden casi desdibujados del país
Rubén ZermeñoLa batalla entre las cervecerías artesanales y los distribuidores independientes contra los dos gigantes en México, continúa. Valiéndose de viejas prácticas, actualmente prohibidas, y con las autoridades reguladoras de su lado, Grupo Modelo y la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma acaparan casi todo el mercado cervecero en el país.
En un mínimo porcentaje de ventas se encuentran todos los demás, quienes unidos y valiéndose de nuevas formas de hacer negocio intentan sobrevivir a lo desigual que es el mercado y a los embates de la pandemia de COVID-19.
Es complicado ser cervecerías artesanales o un distribuidor independiente en México, en épocas de pandemia es casi imposible sobrevivir. Y aunque estos productores nacionales han luchado para impulsar leyes más justas, los Goliaths cerveceros encuentran como burlarlas o incluso frenarlas.
En 2013 se definieron las reglas del juego, un mes antes de la fundación de la Cofece, la entonces Comisión Federal de Competencia (CFC) México estableció las condiciones que debían de seguir las cerveceras para abrir el mercado de venta al menudeo.
El eje central de las reglas era limitar los contratos de exclusividad en el mercado de venta de cerveza al menudeo, es decir, en restaurantes, bares, cantinas y tiendas de abarrotes, para que las cervecerías artesanales y los distribuidores independientes gozaran de acceso abierto al mercado.
Esta decisión se tomó luego de que concluyera una investigación por prácticas monopólicas contra Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc y que estos se comprometieran a hacer del mercado más justo.
De esa manera, la CFC ordenó a Grupo Modelo y a la Cervecería Cuauhtémoc reducir sus contratos de exclusividad a un máximo del 25 por ciento de sus puntos de venta y continuar gradualmente hasta llegar al 20 por ciento en 2018.
De acuerdo con el artículo 10 de la Ley de Competencia, los contratos de exclusividad pueden constituir conductas anti competitivas, siempre y cuando se realicen por empresas con poder de mercado, desplacen indebidamente a los competidores, les impidan sustancialmente el acceso al mercado y no se justifique el beneficio al consumidor.
“En el caso del mercado de comercialización de cerveza, existen elementos de eficiencia en los contratos de exclusividad (por ejemplo, cuando se da financiamiento para la mejora o ampliación de los puntos de venta), pero también, dependiendo de qué tan generalizados son, pueden convertirse en una barrera a la entrada al mercado para otros competidores”, concluyó el Pleno de la CFC después de haber sido votado con cuatro votos a favor y uno en contra.
Además de reducir los contratos de exclusividad, el órgano regulador ordenó que todos estos contratos deberán ser escritos, transparentes, de duración limitada y con reglas claras para la rescisión del mismo.
También señalaba que los contratos de exclusividad celebrados por Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc, no podrían, bajo ninguna circunstancia, limitar la venta de cerveza artesanal de productores de pequeña escala en el territorio nacional. En papel las reglas persisten, pero en la práctica difícilmente se llegan a cumplir.
Esta normativa se publicó luego de que en julio del 2010 el órgano regulador comenzara una investigación por prácticas monopólicas tras una denuncia de Distribuidora Domo contra las dos cerveceras, pero en noviembre del año pasado el Pleno de la Comisión Federal de Competencia Económica, resolvió cerrar el expediente de investigación que había iniciado 10 años antes.
Además de dar “carpetazo”, el Pleno de la Cofece entró en desacato al ignorar que un Tribunal Especializado le ordenó investigar de fondo las conductas monopólicas de las dos cerveceras.
En el año 2013, la Cofece habría cerrado de forma anticipada su procedimiento de investigación DE-012-2010, luego de que las cerveceras, de manera voluntaria, se comprometieron a corregir las prácticas monopólicas que realizaban a cambio de que la Cofece decretara la terminación de la investigación y sin imputarles responsabilidad alguna.
Tras siete años de litigios, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa Especializado en Competencia Económica, Radiodifusión y Telecomunicaciones, con residencia en la Ciudad de México resolvió el año pasado que los compromisos presentados por las cerveceras no cumplían con los requisitos previstos en la Ley Federal de Competencia Económica y ordenó a la Cofece reponer el procedimiento y analizar a fondo las conductas investigadas.
Pese a esto, el Pleno de la Cofece ignoró la sentencia del Tribunal Especializado y resolvió cerrar el expediente de investigación contra las dos cerveceras, aunque en el pasado había reconocido que existían prácticas monopólicas de las dos grandes cerveceras de México.
Incluso, las dos cerveceras aceptaron que estaban incurriendo en prácticas monopólicas.
“Realmente en el expediente de investigación las dos cerveceras reconocieron la existencia de las prácticas denunciadas, pues se comprometieron a eliminar exclusividades existentes en el mercado, lo cual reconoció y aceptó la propia Cofece en un inicio, y ahora cerró el procedimiento sin determinar responsabilidad alguna ni imponer ningún tipo de sanción.
“El Pleno de la Cofece, en un actuar ilegal e incluso yendo en contra del mandato constitucional que la crea, resolvió que era más fácil cerrar el expediente, e ignorar la afectación generada por Modelo y Cuauhtémoc, en un mercado tan importante para México y que puede tener graves repercusiones tanto al interior como al exterior de nuestro país”, denunció la Distribuidora Domo.