El Centro Histórico de Guadalajara se ha convertido en una tierra hostil para las mujeres, con diseños urbanísticos que aumentan su percepción de inseguridad y con una muy alta incidencia de agresiones sexuales hacia ellas, según lo ha diagnosticado el organismo internacional ONU Mujeres.
El primer cuadro tapatío tiene una eminente vocación turística y es la sede tanto de los poderes públicos del Estado como de algunos fácticos, incluidos medios de comunicación y la Arquidiócesis de Guadalajara, pero nada de ello ha abonado para volverlo un espacio seguro para las mujeres.
El intento de violación sexual que sufrió una estudiante de la Preparatoria 1 el pasado 19 de agosto, a las 13:20 horas, en pleno Centro Histórico, ilustra bien el ambiente de violencia de género que se ha enraizado en ese polígono.
Así también lo describe el estudio “Acoso Sexual y otras Formas de Violencia Sexual en el Espacio Público: Municipio de Guadalajara”, publicado por ONU Mujeres en 2018.
El documento revela que ocho de cada 10 integrantes de esta población que transitan por el Centro de Guadalajara han sufrido “incidentes de acoso sexual y otras formas de violencia”, según una encuesta elaborada como parte de esa investigación a mujeres de 15 años y más que recorren esa zona de la ciudad.
“Alrededor de 81 por ciento reconoce haber padecido alguna forma de acoso sexual y otras formas de violencia sexual a lo largo de la vida mientras recorría el Centro Histórico, mientras que 19 por ciento afirma no haberlo vivido nunca. Durante los últimos doce meses, 70.7 por ciento de las mujeres encuestadas refiere haber experimentado algún episodio de violencia sexual y 29.3 por ciento asegura no haberlo padecido en este periodo”.
Las miradas “morbosas” al cuerpo de las mujeres están tan normalizadas en el cuadro fundacional de Guadalajara que prácticamente siete de cada 10 dijeron haberlo sufrido “al menos una vez en su vida mientras recorría el centro histórico” (el 66.2 por ciento); mientras que seis de cada 10 han padecido piropos ofensivos u obscenos de carácter sexual en el mismo lapso.
Uno de los indicadores más elocuentes sobre el maltrato sistemático que reciben en el espacio público de Guadalajara, es el que señala que casi dos de cada tres de las mujeres de 15 años y más que transitan por ese polígono se sienten inseguras o muy inseguras al salir.
“Prácticamente la mitad de las mujeres encuestadas (49.3 por ciento) señaló sentirse insegura y 15.2% muy insegura, lo que indica que alrededor de 64.5% de las mujeres se sienten inseguras o muy inseguras en el espacio público de Guadalajara”.
Para las encuestadas que transitan por el centro de Guadalajara y que afirman haber sentido temor de ser atacadas sexualmente, los tipos de violencia que más les preocupan –los más frecuentes en sus respuestas- son los siguientes.
Miradas morbosas, con 76.3 por ciento; manoseos, que preocupa al 70.4 por ciento de las mujeres; la persecución, con el 68.2 por ciento; los ataques sexuales, que atemorizan al 55.5 por ciento de ellas; y los piropos, con el 52.3 por ciento.
Diseño peligroso del Centro de Guadalajara
A través de grupos focales y de caminatas exploratorias con mujeres, el estudio también verificó que el Centro Histórico presenta condiciones y diseños urbanísticos que inciden en un incremento de la percepción de inseguridad en ellas.
“Otros elementos medioambientales que agudizan el temor a una agresión sexual son la débil o nula iluminación, la poca visibilidad, la vegetación y la falta de civismo vinculado al deterioro de la infraestructura”.
Con la información resultante, el estudio generó un mapa “donde se identifican los lugares que dificultan ser vista y ver, ser escuchada y oír, así como los obstáculos del mobiliario urbano”. Los sitios con estos rasgos desfavorables para la seguridad de las mujeres son la Plaza Tapatía y Paseo Degollado; el Instituto Cabañas, calle República y Andador Carlos Salazar; el Mercado Libertad; y el Parque Morelos.
La Prepa 1
El estudio de ONU Mujeres sobre el Centro tapatío data de 2018, pero desde entonces ya había identificado al entorno de la Preparatoria 1 como una zona de riesgo, según se desprende del testimonio incluido de una mujer que estudió ahí, y que narra la persecución que sufrió un día de camino a clases a las 6:45 horas.
“Iba saliendo del tren cuando iba en la prepa, en la Prepa Uno (…). Venía sola, no había gente en el Parque del Refugio, iba saliendo y como a las tres cuadras, así, a la lejanía, vi a un tipo que venía, grande, tapado y me dio miedo. Esa vez la primera reacción fue cruzar la acera para no tener que topármelo de frente”, dijo.
La estudiante añadió que al verla el hombre atravesó la calle también, por lo que ella hizo lo mismo de nuevo y él la volvió a imitar, lo que le dio miedo.
Por lo que buscó escapar de su acosador, pero no sabía qué hacer y solo faltaba una cuadra para encontrárselo de frente. En la zona vio que había un camión que describió como enorme.
“Entonces, yo me atravesé rápido y dije ‘me voy a esconder en el camión’ (…) estaba toda agitada y asustada. Me empecé agachar para ver si lo veía y no, lo dejé de ver y dije: ¿qué está pasando? Y en eso empiezo a caminar muy sigilosa y me jala del brazo, el tipo me jala del brazo y me dice ¿a dónde vas hermosa?.
“Me zafé y empecé a correr como loca, corrí tres cuadras y el tipo tres cuadras atrás de mí, ni una sola persona, ni un solo carro, nada, hasta que vi a una señora caminando y la tacleé. La señora se asustó y cuando (el hombre) vio eso se regresó corriendo. La mujer me dijo ¿qué pasó?, y yo estaba llorando, estaba en shock. Fue horrible, ya cuando me calmé, cuando llegué a la escuela, que estaba a una cuadra, fue horrible porque fueron muchas las cosas que me pasaron por la mente. Sí, fue terrible”.