Céntrika: el desarrollo que ‘envenena’ a la comunidad regia
La colonia, rodeada de industrias y con pésima calidad de aire, ha provocado constantes enfermedades entre sus residentes
Alejandro del Toro GarcíaAl norte de Monterrey existe una colonia que está ‘envenenando‘ a sus habitantes.
Se trata de Céntrika, un desarrollo construido hace 19 años por la empresa inmobiliaria Internacional de Inversiones SAPI de CV y ubicada en una zona industrial de la ciudad, donde los vecinos viven rodeados de fábricas, hornos y chimeneas.
Son los propios colonos quienes aseguran que cada vez son más comunes los casos de males respiratorios y problemas oftalmológicos que los aquejan, situación que atribuyen a la mala calidad de aire que respiran todos los días en el fraccionamiento y a las emisiones de empresas que cubren de polvo y otros materiales nocivos a sus viviendas.
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Ya la contaminación es a todas horas sin ninguna pena!
Para cuando va haber alguna acción? @samuel_garcias @nuevoleon pic.twitter.com/ojghOnirqZ
— JAPA (@JAPAMX77) August 10, 2022
A principios del año, los vecinos denunciaron públicamente la situación y pidieron la intervención del gobernador, Samuel García; sin embargo, los casos siguen creciendo y los habitantes de la colonia no han visto cambio alguno.
“Normalmente de lo que la gente se queja es de problemas respiratorios, incluso en los ojos, y se entiende que es por las partículas que están en el aire”, afirmó Daniel, residente de Céntrika.
Pero, ¿qué hace de la colonia Céntrika un verdadero “coctel” de contaminación?
Céntrika, ‘imán’ de contaminantes
De acuerdo con el biólogo Roberto Chavarría, la ubicación de la colonia y la cercanía con industrias como Cemex y la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma hacen de Céntrika uno de los sitios más contaminados de una ciudad que ya es “irrespirable” en sí misma.
“Está en el mero corazón de la mancha urbana, donde todos los contaminantes se juntan; esto representa un problema grave para los vecinos, porque cuando vuelan los polvos de empresas como Cemex se puede desarrollar un problema de obstrucción de los pulmones“, aseguró el biólogo.
La situación, que data desde hace años, se ha intensificado notablemente durante los últimos meses, viéndose incluso reflejada en la capa gris que cubre a los vehículos de la zona, misma que se adhiere a la pintura y obliga a los vecinos a realizar constantes mantenimientos para evitar un daño permanente en sus automóviles.
“Cada cierto tiempo tienes que descontaminar tu coche; el precio varía, pero cobran entre 500 o 600 pesos, eso se marca más cuando hay humedad o llovizna ligera, realmente se crea una pasta y se adhiere a la pintura”, afirmó un residente.
A todos estos inconvenientes debe agregarse un agravante: el peligro que habita en el subsuelo de la zona.
¿Qué hay bajo el suelo de Céntrika?
Justo en el predio en donde se edificó Céntrika operó durante años la industrial Minera México y su filial American Smelthing Company (Asarco).
A principios de los años noventa, trascendió que la industrial tenía confinados 500 mil toneladas de residuos industriales peligrosos, entre los que se encontraban arsénico de calcio, cobre, zinc, cadmio, plomo y bismuto, entre otros.
Ante la peligrosidad de los materiales, dependencias federales ordenaron a la empresa a deshacerse correctamente de los desechos tóxicos enviándolos al Centro Integral de Manejo y Aprovechamiento de Residuos Industriales (Rimsa), en el municipio de Mina, a casi 90 kilómetros de Monterrey.
Los habitantes de Céntrika, un desarrollo residencial en Monterrey, viven rodeados de industrias que contaminan el aire y enferman sus pulmones, sin que la autoridad lo impida. Nuevo León es uno de los estados con mayores índices de contaminación en su zona metropolitana. https://t.co/0py9qhVlAH
— Elizabeth Rosales (@elirosalesbc) October 29, 2019
El traslado habría significado una inversión de, por lo menos, 500 millones de pesos para Minera México-Asarco, por lo que la empresa sugirió un “plan B”: cubrir los desechos tóxicos con una capa de concreto y mantenerlos en el sitio.
Aunque la propuesta fue rechazada en varias ocasiones (por lo menos tres veces entre 1993 y 2000), un estudio realizado por el Instituto de Ingeniería Ambiental de la UANL terminó por convencer a las autoridades federales, quienes a través de la Semarnat autorizaron en 2001 que la empresa “enterrara” sus desechos en el mismo predio.
Poco tiempo después, Minera México-Asarco vendió el terreno a la inmobiliaria Internacional de Inversiones SAPI de CV, quienes comenzaron a desarrollar lo que después pasaría a llamarse Céntrika, un complejo habitacional de 55 hectáreas con centros comerciales y áreas recreativas.
De tal forma, los vecinos que hoy habitan la zona realizan sus actividades diarias sobre 500 toneladas de desechos tóxicos ante la total indiferencia del gobierno estatal.