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Centralidades, golpe violento

Con su intención de darle un giro al desarrollo urbano del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), los gobiernos municipales de Movimiento Ciudadano y el Gobierno del Estado, a través del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), se han convertido en blancos de críticas por su propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet).

Ya que el instrumento, que servirá como base para el futuro desarrollo de la ciudad, plantea la creación de lo que se denomina como “centralidades metropolitanas”.

Una de las centralidades de mayor importancia estaría en la carretera a Colotlán, al norte de la ZMG, en Zapopan
Si el reducido espacio de las viviendas contribuye al hacinamiento y a la violencia intrafamiliar, el atestamiento de viviendas da origen a múltiples conflicto en el vecindario, que con frecuencia terminan en agresiones verbales y físicas”
Crecimiento urbano y las violencias en MéxicoEstudio elaborado por la CEPAL en México
Con el POTmet lo primero que tenemos es una terapia de choque. Se acaba el modelo de expansión, de dispersión desordenada, caótica, sin reglas, sin control y sin referentes”
Ricardo Gutiérrez PadillaDirector del Imeplan

Con su intención de darle un giro al desarrollo urbano del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), los gobiernos municipales de Movimiento Ciudadano y el Gobierno del Estado, a través del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), se han convertido en blancos de críticas por su propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet).

Ya que el instrumento, que servirá como base para el futuro desarrollo de la ciudad, plantea la creación de lo que se denomina como “centralidades metropolitanas”.

Estas centralidades son ciudades dentro de la misma ciudad de Guadalajara y que deben ser autosuficientes, como lo describe el documento de más de 500 páginas.

De acuerdo con expertos estos proyectos amenazan con dar un golpe a los esfuerzos por contener el crecimiento horizontal del AMG, como lo señaló Héctor Castañón Reyes, doctor por el Centro de Investigación y Estudios en Antropología Social (CIESAS) y miembro del colectivo de planeación urbana Ensamble.

Una de las centralidades de mayor importancia se llevaría a cabo en la carretera a Colotlán (al norte de la ZMG, en el municipio de Zapopan), cuyos terrenos ya han sido ocupados por proyectos fraccionadores que no han cumplido con la oferta de los servicios, según quejas de los habitantes de la zona.

En la zona se proyecta la habitación de alrededor de 500 mil personas en los próximos seis años, por lo que Héctor Castañón señala que el proyecto equivaldría a la población total del municipio de Tlajomulco, bastión de Movimiento Ciudadano.


“Imagina (…) todos los fraccionamientos de Tlajomulco con todos sus problemas, juntos en un mismo lugar, conectados a la ciudad por una sola vía de acceso. Imagina dos veces la población de Puerto Vallarta”, describe Castañón en su artículo Una nueva ciudad nos amenaza, publicada el pasado 5 de julio.

El proyecto impacta en la población, pues es justamente el desarrollo urbano en Tlajomulco, caracterizado por la proliferación de fraccionamientos sin la cobertura total de servicios, donde mayor insatisfacción produce la vivienda que ahí existe, como destacan datos de la última encuesta de percepción de Jalisco Cómo Vamos.

También lo refieren estudios al respecto, como ‘El crecimiento urbano y las violencias en México’, elaborado por la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en México:

“El caso del Municipio de Tlajomulco en la Zona Metropolitana de Guadalajara es un ejemplo emblemático de abandono y mal uso de viviendas nuevas”.

La ciudad que los expulsa

La ciudad que se plantea en el valle de Copala iría en contra de la política nacional de vivienda, apunta Héctor Castañón, al urbanizar lejos de los polígonos de contención definidos para la metrópoli tapatía.

Estas distancias son formas generadoras de violencia para los futuros habitantes de las centralidades, previene Castañón, al llevar a la familias al abandono de los menores por horas en tanto que se trasladan, realizan su trabajo y regresan a sus hogares.

“Los embarazos adolescentes, las adicciones infantiles y las agresiones domésticas se vuelven más comunes en este tipo de entornos violentados por una ciudad que les expulsa y condena a la periferia”, detalla Héctor Castañón.

La CEPAL advierte que el crecimiento extensivo es sinónimo de hacinamiento y vivienda deshabitadas, con servicios de baja calidad sin las suficientes áreas comunes y verdes, lejos de los centros comerciales y el trabajo, con un restringido servicio de transporte público, que trae como consecuencia la violencia.

Por su parte, el director del Imeplan, Ricardo Gutiérrez Padilla, se dice sorprendido porque a casi un mes de presentarse la propuesta es que se lanzan las críticas.

“No se trata de que la ciudad central crezca y se vaya comiendo todo a su paso (…), no es el diseño, por ahora es recompactar la vida en centralidades, crear una red de centralidades (…) es un asunto de escala y de modelo de organización, nodos vitales y de vínculos entre los nodos”, expresa Gutiérrez Padilla.

En entrevista con el Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, el funcionario comenta que el proyecto no se refiere a desarrollos como los de Tlajomulco.

“Ese modelo (de Tlajomulco) se acabó. Por el contrario, con el POTmet lo primero que tenemos es una terapia de choque. Se acaba el modelo de expansión, de dispersión desordenada, caótica, sin reglas, sin control y sin referentes.

“No más Chulasvistas, no más Valle de Los Molinos, se acabó. Ahora tiene que proponerse el desarrollo con base en centralidades, y a partir de las centralidades que ya están mapeadas en la cartografía metropolitana, tienen radios de control, anillos de crecimiento con reglas muy estrictas”, asevera Ricardo Gutiérrez Padilla.

Despoblamiento, el contraste

Mientras que el Imeplan pretende crear centralidades metropolitanas para cubrir la demanda de vivienda de los habitantes de la ZMG, la capital tapatía ha descuidado la calidad de vida de sus habitantes.

En las últimas dos décadas Guadalajara ha perdido un alto número de habitantes que se han instalado en otros municipios, fuera del centro de la metrópoli.

Este tema contrasta con la pretensión de ocupar espacios fuera de la periferia, ante el despoblamiento de las zonas en donde durante el día se realizan las actividades administrativas y laborales de la ciudad, como puede ser el Centro Histórico de Guadalajara.

Justo la pretensión por llevar a cabo desarrollos en las periferias y no atender la demanda del despoblamiento, ante la mala planeación urbana, fue motivo de crítica al actual alcalde durante las pasadas elecciones de 2015, cuando era candidato.

“La mala planeación de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) llevó a un crecimiento desmedido por los grandes intereses inmobiliarios que se dieron en Tlajomulco, y los grandes negocios que existieron con la tierra y la especulación de la tierra en Tlajomulco provocaron que
Guadalajara se despobló”, criticó su entonces principal contrincante, el priista Ricardo Villanueva Lomelí.

Ya que como lo publicó Reporte Indigo el pasado primero de julio, dicho municipio ha perdido alrededor de 190 mil 57 tapatíos, pasando de un millón 650 mil 205 habitantes en 1990, a un millón 460 mil 148 en 2015, según datos del Plan Municipal de Desarrollo.
 

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