Caso Fabriles: un ‘hogar’ de sufrimiento para Ángel Manuel

Ángel Manuel Moreno de 14 años vivió 74 días de sufrimiento en un lugar en el cual tendrían que haber trabajado para que él y los menores de edad que se encuentran ahí tengan una mejor calidad de vida.

La primera dificultad a la que se enfrentó fue la separación de su hermana, el 28 de noviembre de 2021, quien permaneció en el centro Capullos del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Nuevo León.

La causa fue una supuesta riña originada por el adolescente de 14 años y tres menores de edad más, quienes, cansados del maltrato del personal de seguridad de Capullos, intentaron alzar la voz, por lo que fueron trasladados ese mismo día al albergue Fabriles, también del DIF.

Ángel Manuel tenía 10 años en Capullos con su hermana, algo que se debió tomar en cuenta antes de arrancarlo de ese entorno, hasta cierto punto, familiar para ser llevado a otro que desconocía.

El traslado de Capullos a Fabriles fue un castigo para el joven por el incidente. Este cambio, que no fue fundado, se realizó de manera inmediata. A su llegada a este albergue, Ángel fue golpeado y maniatado con cinta canela.

“Unas declaraciones que vimos, la hermana lo defendía de otros, porque sufría acoso, incluso, intercedía con personas adultas por él, entonces tenía un apego muy fuerte familiar”, dijo en entrevista con Reporte Índigo, José Antonio Garza López, segundo visitador general de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Nuevo León (CEDHNL).

Desde su traslado, ocurrido el 28 de noviembre de 2021 y que terminó el 8 de febrero del 2022, el día que falleció por golpes, Ángel Manuel estuvo 74 días sin su hermana, además de que su estancia en Fabriles se convirtió en una especie de infierno.

“Estando allá, (Fabriles), si sufrió, porque como él tenía una especie discapacidad cognitiva, entonces otros niños le hacían burla, incluso, sus propios cuidadores lo sometían, entonces fueron una serie de situaciones”, explicó Garza López.

Sin el apoyo constante de su hermana, el sufrimiento que vivió Ángel Manuel fue inaudito.

“Se reportaron una serie de conductas, no solo de una sola persona, sino de varias, que van desde maltratos, por eso en la recomendación se habla de conductas activas y homicidas, negligencia, dolo o malicia.

“Por eso (Ángel Manuel) duró solo 74 días con vida en Fabriles, yo creo que eso nos dice mucho… de los cuatro niños que participaron en la riña, dos ya fallecieron… la verdad es muy difícil, la realidad es que cuando uno va viendo el expediente se le hace un nudo en la garganta”, dijo Garza López.

La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, calificó la muerte de Ángel Manuel como homicidio simple intencional provocado por Raymundo Francisco ‘N’, trabajador de Fabriles, quien golpeó en la cara del menor con el puño cerrado.

De acuerdo con el relato de las autoridades, el menor cayó al suelo, posteriormente, el funcionario estatal dejó caer su rodilla con todo su peso en el menor, provocando instantáneamente vómito y dolor abdominal.

“Síntomas a los que durante las horas siguientes se sumaron los de debilidad, palidez, labios azulados, sudoración fría y hundimiento de ojos, hasta ocurrir la muerte del menor que se concluye tuvo origen en un shock hipovolémico a raíz de los golpes”, arrojó la investigación de la Fiscalía.

Un día lleno de dolor

La presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Nuevo León (CEDHNL), Olga Susana Méndez, dio a conocer el análisis realizado para emitir la recomendación especial por el asesinato de Ángel Manuel Moreno en el albergue Fabriles.

Méndez explicó en entrevista que el joven sufría de un fuerte dolor abdominal desde la 10:00 horas del 8 de febrero del 2022, día que fue trasladado del centro Capullos del DIF a Fabriles.

“El niño refiere dolor desde la 10 de la mañana, donde una persona, encargada de su cuidado, que era el jefe de enfermeros, es quien le da el golpe y deja caer su cuerpo en Ángel Manuel, pasaron 15 horas, no había médico de guardia

“No se tomó en cuenta que el niño tuvo dolor todo el día, y debieron llamar a una ambulancia para poder determinar si se lleva a un hospital o se le daba un medicamento, se tuvieron muchas omisiones, entonces cuando se llama a la ambulancia ya no se pudo hacer nada por él”, dijo la presidenta de la CEDH.

Ocultar esta información trajo como consecuencia la pérdida de la vida de un niño quien se encontraba en una situación vulnerable y que pertenece a un grupo de atención prioritaria.

“Detectamos que el medicamento (que recibía Ángel) iba variando, y el diagnóstico también, pero notamos que las firmas (de las recetas o certificados) son diferentes, porque él tenía un medicamento controlado”, reveló Méndez.