De La Casa de los Famosos a la vida real; México es el segundo lugar en crímenes de odio en Latam
La ideología que permite que prevalezca un clima en el que la población LGBT+ es víctima de agresiones que van desde los ataques verbales hasta los crímenes de odio, continúa presente en la sociedad
Elizabeth González-ManriqueDespués de que el pasado domingo, durante la última gala del reality show La Casa de los Famosos, el influencer Ricardo Peralta señalara al conductor y actor, Arath de la Torre, como homofóbico, a la vez que lo acusó de ejercer la violencia de género en su contra, en redes sociales se abrió un debate en torno a los dichos del también youtuber.
Tras este episodio, organizaciones como Círculo Diverso, una red a favor de los derechos humanos, sexuales y la salud reproductiva, pidieron a Peralta que no usara los derechos de la comunidad LGBT+ como una estrategia para ganar un concurso.
“Utilizar la ‘carta de la homofobia’ como ‘estrategia’ para generar empatía y descalificar a otros participantes, es una conducta que atenta e invalida la lucha que personas LGBTTTIQ+ históricamente hemos sostenido por defender nuestras identidades, nuestras expresiones, nuestros derechos y nuestra existencia”, mencionó.
Recargo Peralta planea usar la carta de la homofobia contra Gala por decir “Florecita” a Adrián.
Dijo: “Se la tengo guardada y estoy esperando el momento para soltársela y lo voy hacer”Asco como usa temas serios como estrategia. #LCDLFMX2 #LaCasaDeLosFamososMX pic.twitter.com/0JrQ4n0KpY
— ცٳųɛ A Tortured Poet 🌊 (@SensateForever) August 12, 2024
A las críticas a Peralta se unieron internautas e incluso la ganadora anterior del concurso en el que el influencer y De la Torre participan, Wendy Guevara, cuya victoria en este reality show representó un hito en un país como México, en el que la comunidad LGBT+ aún enfrenta serias dificultades para ejercer sus derechos e, incluso, mantenerse con vida.
No obstante los reproches a los que fue acreedor Peralta, nuestro país continúa siendo uno de los más violentos para las personas de la comunidad, pues de acuerdo con el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBTI, es la segunda nación de América Latina en la que se registran más crímenes de odio.
Discriminación, una expresión de violencia de género
Según informa el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), las personas que pertenecen a la diversidad sexual y de género han sido históricamente discriminadas en ámbitos como el acceso a la educación, al empleo o a la salud, e incluso en el mismo proceso de desarrollo de la identidad.
A la discriminación se unen otras formas de odio como la violencia de género, que se expresa de muy diversas formas como las agresiones verbales, físicas y el homicidio.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) menciona que aunque organizaciones internacionales aún no han acuñado un término para definir la violencia motivada por los prejuicios basados en la orientación sexual, identidad de género o diversidad corporal, esta cuenta con cuatro características y particularidades.
Ayer se presentó la plataforma @visible_mx. El primer sitio en línea para denuncias de actos de odio y discriminacion hacia la comunidad LGBT+ en México. ¡Felicidades a @amicusdh por su increíble labor.
Haz tu parte, #HazloVisible.
Visítala aquí: https://t.co/rsZwdWCpHR 🏳️🌈❤️ pic.twitter.com/QXT5vrbTWV
— Dio$dado ® 🤑🩷 (@diosdadoooooooo) November 23, 2018
La primera de ellas es el deseo de castigar, basado en el deseo del agresor de “sancionar” las identidades, comportamientos o corporalidades que difieren de lo que establece la heteronorma y la tradición respecto a los roles de género tradicionales o que “atentan” contra el sistema binario hombre/mujer.
Otra de las motivaciones de los perpetradores de agresiones es la llamada “limpieza social”, que es la acción de desincentivar el trabajo sexual, en gran medida ejercido por personas trans al ser discriminadas en otras fuentes de empleo, en ciertas áreas, así como evitar que algunos bares u otros sitios se conviertan en puntos de reunión para la comunidad.
En ocasiones, personas que viven bajo la heteronorma atacan a miembros de la comunidad ante un coqueteo, esgrimiendo que la agresión se debe a una supuesta defensa, un argumento que de acuerdo con la CIDH ha sido admitido por jueces al momento de dictar sentencia a algún perpetrador.
Por último, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el simple hecho de que una persona sea percibida como parte de la diversidad sexual, los pone en peligro de ser agredidos.
Por su parte, el Gobierno de México sostiene que la violencia ejercida contra miembros de la comunidad LGBT+, como la homofobia, se trata de violencia de género.
“La homofobia es el temor, rechazo o aversión hacia las personas en razón de su orientación, preferencia sexual, identidad y expresión de género, basada en estereotipos prejuicios y estigmas, expresada en actitudes y conductas discriminatorias que vulneran la igualdad, dignidad y derechos y libertades de toda persona, que pueden generar diversos tipos de violencia.
Encontré este gran sitio https://t.co/UVeS2Nj7qa con datos abiertos sobre casos de discriminación / violencia hacia una persona LGBTQ+ y decidí mapearlos
Son Estadísticas sobre los incidentes reportados en México. #lgbt #discriminación pic.twitter.com/cDkB72pAF3
— Mercedes Sánchez Plascencia (@cartodynamics1) June 24, 2024
“La discriminación es una conducta aprendida, socialmente aceptada y normalizada en todos los ámbitos de la vida y se expresa a través de desprecio, desigualdad, intolerancia y violencia si a una persona o grupo de personas”, señala la Secretaría de Salud en una publicación.
Tanto la CIDH, como el Gobierno de México, consideran que la violencia y discriminación ejercida contra las expresiones de orientaciones o identidades de género no normativas se basan en prejuicios y racionalizaciones que a su vez se justifican con base en la heteronorma.
Por su parte, la CIDH agrega que para que esta violencia ejercida contra un grupo social específico exista, se requiere de un contexto y una complicidad social, además de que se tratan de actos que tienen un impacto simbólico.
“Generalmente, dichos prejuicios provienen de la valoración positiva que se da a la heterosexualidad, así como a la presunta congruencia que se cree debería existir entre la identidad de género de una persona y el sexo que le fue asignado al nacer, o bien a las características corporales que se consideran ‘normales’.
“En ocasiones, esto contribuye a casos de violencia que pueden terminar con la vida de las personas. La discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género y características sexuales diversas tiene una naturaleza estructural”, menciona el Conapred al respecto.
Crímenes de odio, un peligro latente y recurrente
Letra S, Sida Cultura y Vida Cotidiana, organización civil cuyo propósito es la difusión de información de temas relacionados con salud, sexualidad y sociedad, además de la defensa de los derechos humanos de las personas LGBT+ y de quienes viven con VIH, reportan que durante 2023 se registraron 66 asesinatos por odio en México.
Estos homicidios están presuntamente relacionados con la orientación sexual y la identidad o expresión de género de las víctimas.
No obstante, Letra S señala que debido a que muchos de estos crímenes no llegan a ser denunciados o dados a conocer a través de medios de comunicación, la cifra real respecto a este tipo de delitos rondaría los 150 homicidios.
Entre 2021 y 2023, la organización ha contabilizado 231 asesinatos por odio: 78 en 2021, 87 en 2022 y 66 en 2023. De la cifra de 2023, destaca que el 65 por ciento de las víctimas son mujeres trans, equivalente a 43 de los 66 casos reportados.
Por otra parte, se registró un total de 16 homicidios de hombres gay, que equivale al 24 por ciento, mientras que el asesinato de mujeres lesbianas representó el seis por ciento con cuatro casos.
De acuerdo con esta organización, en 2024, la cifra preliminar de homicidios LGBT+ registrada hasta el 14 de mayo de 2023 es de 31 víctimas: 28 mujeres trans, 2 hombres gay y una mujer lesbiana.
En ocho de estos casos destaca la violencia extrema a la que fueron sometidas las víctimas, tales como: golpes, violencia sexual, indicios de tortura (cuerpos atados de pies y manos y embozados)
Kenlly Pacheco, coordinador del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT+, menciona que desde esta organización los crímenes a los que más frecuentemente se enfrentan las víctimas son los asesinatos o crímenes de odio, las desapariciones y los atentados.
¿Sabías que los delitos que se cometen por odio o discriminación no son registrados en el país? En México solo hay estadísticas de los crímenes que se dan en contra de la comunidad LGBT+ pero mira #EnPortada quienes buscan cambiar esta situación https://t.co/FkBshtosy9 pic.twitter.com/3KXrZq9rVS
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) August 19, 2019
“Una de las vertientes más visibles, que desde las organizaciones podemos identificar, como población LGBT+ y población en general, es la primera vertiente (los crímenes de odio), pues en general es el tema que más se ha podido posicionar respecto a lo que implica. La violencia sistemática puede comenzar con un discurso de odio y llegar hasta su expresión más fuerte que es un crimen por odio.
“Respecto al tema de desaparición, hemos identificado; primero poniendo que esta es una realidad por la que pasan las personas LGBT+, no todas desde luego, que este delito tiene ciertas particularidades como la saña con la que se lleva a cabo debido a la orientación, a la identidad de la expresión de género. En cuanto a los atentados, hemos identificado que en algunos casos estos iban encaminados a convertirse en crímenes de odio, que estaban enfocados a querer arrebatar la vida a una persona, sin embargo, por alguna circunstancia quedó únicamente en un atentado, por lo que la víctima se considera un sobreviviente”, explica Pacheco.
Combatiendo la violencia contra la comunidad LGBT+ ‘a ciegas’
Kenlly Pacheco, del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT+, menciona que además de registrar un incremento en las agresiones a personas pertenecientes a la comunidad, también han reportado un alza en los registros de desaparición de personas de este grupo poblacional.
“Hemos identificado un alza en los registros que tenemos desde el Observatorio Nacional de crímenes de odio, especialmente hubo un foco rojo al inicio de año, cuando durante los primeros 15 días del año identificamos ciertos casos de personas LGBT+ que, además, participaban en estos comicios electorales y eso nos llamó a prestar atención a qué es lo que estaba pasando en cuanto a la violencia hacia nuestras poblaciones.
“Por otro lado hay un alza en los registros que tenemos respecto al tema de desaparición de personas LGBT+, y qué bueno que lo hemos podido identificar. Gracias al trabajo de organizaciones de la sociedad civil que colaboran con el Observatorio, que tiene qué ver con identificar cédulas de búsqueda de personas a través de ciertas características en redes sociales, se han identificado cédulas de búsqueda de personas de años anteriores. No se tenían en el radar y hoy en día gracias a la tecnología hemos podido sumar a estos registros”, explica.
Además de resaltar la labor de las organizaciones que colaboran con el Observatorio, Pacheco menciona que aunque en México se vive un clima de violencia generalizado, la orientación sexual de la identidad y expresión de género, tiene un peso importante en los crímenes de los que son víctimas las personas de la comunidad LGBT+.
Pacheco resaltó la importancia de que esta problemática sea atendida por las autoridades, pues los registros de este tipo de agresiones y crímenes son realizados por organizaciones, debido a que las instituciones no han trabajado para crear estadísticas al respecto.
“México continúa siendo el segundo país en el que se registran más crímenes de odio en América Latina sí, lamentablemente, solo después de Brasil. Desde las organizaciones de la sociedad civil tenemos que estar muy al pendiente y tenemos que ver cómo seguir articulándonos para hacerle frente a esta situación. Es una alerta para todas y todos en el sentido de que no podemos seguir normalizando la violencia y seguir haciendo como si no estuviera pasando nada respecto a nuestras poblaciones.
“Ahora, también es importante mencionar que estos datos vienen directamente del trabajo que realizamos desde las organizaciones, pues hoy en día no existen estadísticas por parte de las instituciones que deberían de realizarlas. Esto dice mucho respecto a lo que nos hace falta para poder desacelerar esta cantidad de registros que hemos identificado a lo largo de los últimos años”, concluye.