A través de múltiples recomendaciones desde el 2010 a la fecha, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha dejado en evidencia las carencias del sistema de salud de México y las malas condiciones en la que se desenvuelven los médicos y muchas veces los pacientes también son atendidos en hospitales públicos.
En su Recomendación General sobre el derecho a la protección de la salud, el órgano autónomo asegura estar consternado por la prestación de los servicios médicos en el país.
“Esta Comisión Nacional de los Derechos Humanos observa con preocupación las condiciones bajo las cuales se prestan los servicios de salud por parte de las instituciones del país, en donde se señalan como responsables de violar el derecho a la salud entre otras, al Instituto Mexicano del Seguro Social, al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, a la Secretaría de Salud, al Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas y al Hospital de Pemex.
“La reiteración de quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, así como ante los Organismos Públicos de los estados de la República, permiten observar el incumplimiento de las obligaciones básicas en el ámbito de la prestación de los servicios de salud, ya que no siempre se garantizan la disponibilidad, la accesibilidad, la aceptabilidad y la calidad”
Entre los problemas más graves que enfrentan las instituciones encargadas de prestar el servicio de salud, la CNDH destaca la falta de médicos, especialistas y personal de enfermería necesarios para cubrir la demanda, la falta de capacitación para elaborar diagnósticos eficientes y otorgar tratamientos adecuados a las enfermedades así como la insuficiente supervisión de residentes o pasantes por el personal de salud.
La carencia de infraestructura hospitalaria y de recursos materiales también se señala como un obstáculo para garantizar de manera efectiva la protección del derecho a la salud, ya que en muchas ocasiones, en las quejas se hace referencia a la insuficiencia de camas, de medicamentos y de infraestructura hospitalaria, sobre todo en las zonas rurales; de instrumental médico o equipo indispensable para atender a los enfermos o realizar las intervenciones quirúrgicas necesarias.
Tampoco se cuenta con equipo y materiales adecuados para la elaboración de estudios y análisis clínicos en hospitales públicos; material instrumental o de reactivos para realizar los estudios de laboratorio ni de herramientas para las cirugías o la rehabilitación.
Asimismo, en las quejas se menciona la “dilación en los diagnósticos, lo que propicia una atención deficiente”.
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