Reacomodos tras la captura del Mayo y crisis de inseguridad, los retos de Harfuch

La captura del ‘Mayo’ Zambada y del ‘Chapito’ debilitará al Cártel de Sinaloa, lo que podría ocasionar más violencia por la disputa territorial con el Cártel de Jalisco Nueva Generación
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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Con la captura por parte de las autoridades de Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López “El Chapito”, principales líderes del Cártel de Sinaloa, el mapa de los grupos del crimen organizado en México cambiará.

Si bien, esto podría ocasionar una hegemonía del Cártel de Jalisco Nueva Generación, también podría provocar río revuelto ya que grupos criminales de menor escala buscarían controlar y arrebatar las rutas y negocios del Cártel de Sinaloa. Esto, a su vez, generaría más violencia en el país.

Además de la reconfiguración del territorio por parte de los grupos criminales, el próximo secretario de Seguridad del país, Omar Hamid García Harfuch, deberá de enfrentar fuera de las fronteras del país, un momento en el que la cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos, se encuentra desgastada y de llegar Donald Trump a la presidencia del país norte, esta crisis se podría agravar todavía más.

Internamente, organizaciones sociales advierten que los retos para García Harfuch serán principalmente reducir los homicidios, una problemática que ha crecido transexenalmente y a la cual no se le ve solución.

También, el “súper policía” deberá trabajar para mejorar la tipificación de los delitos contra la libertad e intentar frenar las extorsiones, un delito que no ha cedido.

García Harfuch tiene en su trayectoria haber coordinado la estrategia de seguridad en la Ciudad de México, en donde logró contener y bajar algunos índices delictivos, pero también tiene sobre sus hombros varias controversias y la amenaza latente contra su vida.

Además del atentado que padeció el 26 de julio de 2020, en días recientes fue asesinado en Coacalco, Estado de México, Milton Morales Figueroa, la mano derecha de García Harfuch.

Las consecuencias de las capturas

De acuerdo con el especialista en seguridad y actual investigador postdoctoral del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Juan Manuel Aguilar Antonio, la captura del “Mayo” Zambada y de “El Chapito”, no necesariamente significará una disminución del trasiego de drogas en su país.

“La DEA y el FBI y en general en Estados Unidos están casados con la idea de que capturando a los grandes capos desmantelan a las organizaciones criminales, esa es una idea que viene desde Al Capone, pero realmente eso ni desmantela, ni disminuye el narcotráfico y mucho menos la violencia”, explica.

Lo que sí va a ocurrir con estas detenciones es que el Cártel de Sinaloa se va a debilitar y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, liderado por Nemesio Oseguera, se fortalecerá.

El Cártel de Sinaloa operaba con tres cabezas o fracciones, la del “Mayo” Zambada, la de los “Chapitos” y la de Aureliano Guzmán Loera “El Guano”, hermano de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

“Con estas capturas la estructura queda descabezada en dos terceras partes del cártel. Los ‘Chapitos’ de ser 4 hermanos, solo quedan dos y los que quedan no son los hermanos que puedan tener un mayor liderazgo, ni mayor control para tomar decisiones, pero sí tienen un liderazgo moral.

“Yo sí creo que va a haber una inestabilidad, va a haber territorios muy fuertemente disputados. Estas disputas van a ocurrir en territorios en donde hay un empatamiento de operaciones entre el Cártel de Jalisco y el Cártel de Sinaloa, es decir, en entidades como Zacatecas, Aguascalientes, Durango, Chihuahua y Sonora”, agrega.

Estas disputas y el debilitamiento de los sinaloenses, pueden ser el momento ideal para que los jaliscienses tomen el control completo de estos territorios.

“Aquí pueden pasar dos cosas: las organizaciones delictivas locales pueden continuar en alianza con el Cártel de Sinaloa, quedando como pequeñas franquicias y disputándose el territorio con el Cártel de Jalisco a través de la violencia o el otro escenario sería que estos grupos se dobleguen y hagan alianza con ‘El Mencho’, quien se posiciona como el principal líder criminal de todo el territorio nacional y tras el debilitamiento del Cártel de Sinaloa se verá todavía más fortalecido.

“La fiesta por su cumpleaños en Tonaya, Jalisco, es un mensaje de que sigue vivo, que está al pie del cañón en la estructura del Cártel de Jalisco y es el principal líder criminal de México y gran parte del mundo”.

El papel de García Harfuch

Uno de los grandes éxitos como secretario de Seguridad de la Ciudad de México de Omar García Harfuch, opina Aguilar Antonio, fue su capacidad para contener el avance de las organizaciones criminales y de los cárteles nacionales dentro de la capital del país. Esta estrategia, incluso derivó en el intento de asesinato de julio del 2020.

“Durante el sexenio de Claudia Sheinbaum hubo muchos intentos de introducción del Cártel de Sinaloa y del Cártel de Jalisco Nueva Generación en la Ciudad de México, pero no lo lograron hacer. Incluso hubo una alianza entre el Cártel de Jalisco y la Unión de Tepito.

“En general, García Harfuch tiene un contexto muy adverso ya que en el pasado la organización criminal que ahora es la más poderosa, intentó hacerle daño. Ahora, ese grupo, con un Cártel de Sinaloa disminuido, tiene un poder de fuerza todavía más grande”, comenta.

Finalmente, el especialista considera que el debilitamiento de la Secretaría de Seguridad y la encomienda a las Fuerzas Armadas para tareas de seguridad, le podrían jugar en contra al próximo secretario de Estado.

“Otro de los retos es que va a estar al frente de una Secretaría de Seguridad Pública muy acotada y en un contexto en el que se está discutiendo la permanencia de la Guardia Nacional, y si se llega a materializar la transferencia de la Guardia Nacional a la Sedena, prácticamente la capacidad de acción y operación de García Harfuch va a ser nula porque no va a tener ninguna institución con capacidad de investigación policial, ni de hacer operaciones, ni para poder implementar una estrategia de seguridad adecuada.

“Todo el peso de la operación de seguridad va a ser más de lo mismo que hemos visto desde el año 2006 hasta nuestros días, todo el trabajo recaerá en la Sedena”, concluye.

Debilitamiento institucional

Para el especialista en seguridad y exdirector general de seguridad nacional de la Presidencia de la República, Manuel Balcázar, uno de los retos que enfrentará Omar García Harfuch en cuanto asuma la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana es meramente institucional, es decir, tendrá que hacer cambios organizacionales, de cooperación e incluso cumplir con mecanismos y herramientas que quedaron en el olvido durante la actual administración.

“Una tarea muy importante para Omar García Harfuch es recomponer el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) porque hoy es catastrófico y hasta un poco trágico escuchar a la titular, Rosa Icela Rodríguez, que él va a relevar, decir que no tenía ninguna información sobre la captura del ‘Mayo’ Zambada. Eso se le puede atribuir a cualquier civil ordinario, como los que no estamos en el sector público, los que no tenemos aparatos de inteligencia, los que no tenemos mecanismos de coordinación y sin embargo, pareciera que la secretaria es eso, un civil ordinario.

“Además de eso, el próximo secretario debe recomponer la relación de alto nivel con los países con los que México comparte frontera, Estados Unidos por un lado, Guatemala y Belice por el otro y si nos apuramos mucho hasta el Caribe”, opina el especialista.

Ante el olvido de herramientas como el Consejo de Seguridad Nacional y el Centro de Nacional de Inteligencia, así como la falta de un Programa para la Seguridad Nacional durante este sexenio, si quiere tener éxito en su gestión, Omar García Harfuch deberá de cambiar de estrategia. Foto: Especial

Otro de los retos, pero internos, que tendrá García Harfuch, es realizar una evaluación del funcionamiento de los centros regionales de inteligencia ya que la coordinación con entidades federativas y municipios es fundamental por lo que también deberá de echar andar el Consejo Nacional de Seguridad Pública.

“Prácticamente también ha estado abandonado y es el órgano que define de manera colegiada con los 32 gobernadores la política de seguridad pública”, opina.

El “súper policía” también deberá de presentar al inicio de su gestión el Programa para la Seguridad Nacional, el cual no se presentó durante la actual administración y es obligatorio, de acuerdo con la Ley de Seguridad Nacional. Dicho plan funciona para programar los esquemas de políticas públicas y para tener una orientación de hacia dónde van a ir los esfuerzos institucionales.

Finalmente, el último reto institucional de García Harfuch será coordinarse con las otras instituciones que forman parte del Consejo de Seguridad Nacional.

“Desde 2005 los presidentes no tienen claro para qué sirve el Consejo de Seguridad Nacional y cuál es la diferencia con el Gabinete de Seguridad Nacional, por facultades el Consejo es una herramienta muy poderosa ya que además de tener a la Defensa y Marina, la Fiscalía, la Secretaría de Gobernación y el propio CNI, debe de tener también el alcance de la Cancillería, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, la Secretaría de la Función Pública y la Secretaría de Hacienda”.

Ya en el rubro personal, el especialista opina que el perfil político de Garcia Harfuch puede jugar en contra para darle continuidad durante el sexenio a la estrategia de seguridad.

“La debilidad más grande Omar García Harfuch es su perfil político, él llega como un técnico de la seguridad, pero por su perfil mediático es posible que en algún momento más avanzado del sexenio busque desarrollar alguna oportunidad o atienda alguna encomienda, eso podría frenar los esfuerzos. Es algo que ya vimos con Alfonso Durazo cuando dejó la titularidad de la Secretaría y Ricardo Mejía Berdeja. Ese el gran problema de la seguridad es que muchas veces tienes perfiles técnicos que ya le comienzan a entender y se van por algo político”; concluye.

Un nuevo enfoque

El pasado 4 de julio, la presidenta electa, Claudia Sheibaum, anunció que Omar García Harfuch sería el próximo titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal. A partir de dicho anuncio, la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) realizó un análisis sobre la incidencia delictiva, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Tras dicho análisis, la organización enumeró los tres principales retos de seguridad que enfrentará el “súper policía” al inicio y muy probablemente durante su administración.

El primero de ellos, consideró MUCD, es reducir el número de homicidios.

“A nivel nacional será crucial buscar una considerable reducción de homicidios dolosos, ya que, a dos meses del cierre de la administración del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, su gobierno ha registrado la mayor cantidad de carpetas iniciadas por homicidios dolosos en un sexenio, con 153 mil 520 carpetas iniciadas contra 110 mil 602 en la misma cantidad de meses del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Reducir el número de homicidios, tipificar correctamente los delitos contra la libertad personal y frenar las extorsiones, son los principales retos que enfrentará la próxima administración en materia de seguridad. Foto: Especial

“Para la administración de Claudia Sheinbaum será necesario estudiar las estrategias empleadas anteriormente, principalmente centradas en profundizar la militarización de la seguridad pública, para buscar enfoques más eficientes para reducir la violencia letal que afecta a todos en el país.

“Impulsar un enfoque particular por entidades con mayor concentración de este delito será clave para lograr una disminución realmente significativa de la violencia letal a nivel nacional. (…) Observar los comportamientos y necesidades de cada territorio es fundamental, por eso, sugerimos dar seguimiento la cantidad de carpetas iniciadas por violencia letal también a nivel municipal”, recomendó la organización.

El siguiente reto que enlista MUCD tiene que ver con los delitos contra la libertad personal, los cuales no han sido bien tipificados.

En México, el registro de delitos contra la libertad personal se compone por un compendio de 8 subtipos: secuestro extorsivo, secuestro para causar daño, secuestro con calidad de rehén, secuestro exprés y secuestro de otro tipo, así como tráfico de menores, rapto y la categoría “otros delitos que atentan contra la libertad.

“En el primer semestre de 2024 el 97 por ciento de las víctimas a nivel nacional fueron registradas en la categoría de ‘otros delitos que atentan contra la libertad personal’, lo que significa que no existe claridad de cómo fueron víctimas de este delito. (…) este debe de ser uno de los temas a considerar de la nueva administración: es urgente mejorar estos registros y especificar su comportamiento y caracterización, de otro modo, no puede hablarse de que existe la atención necesaria”.

Finalmente, la organización no gubernamental pide a la nueva administración atender las extorsiones.

“El 16 de julio, en conferencia de prensa, Andrés Manuel López Obrador admitió que durante su administración no pudo disminuir el delito de extorsión a nivel nacional. Se trata de un pendiente urgente y preocupante que afecta a distintos sectores sociales.

“Debido a que sólo conocemos el 3 por ciento de las víctimas de extorsión en el país y además los registros que existen no brindan información respecto a los distintos subtipos de este delito (extorsión telefónica, cobro de piso, pago por ‘protección’, etc.) es casi imposible observar adecuadamente las extorsiones para prevenir su comisión y proteger a todas las personas que ya son víctimas. Es urgente atender este vacío”, concluyó MUCD.

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