Para los especialistas en inteligencia y seguridad nacional Manuel Balcázar y Juan Manuel Aguilar Antonio, la captura de Rafael Caro Quintero responde más a una reacción que a una estrategia real de seguridad del Gobierno federal.
Aguilar Antonio explica que la detención fue sorpresiva, ya que el presidente nunca había manifestado que iría por él, además de que la aprehensión de capos tampoco forma parte de la estrategia de seguridad de esta administración.
“Los cárteles de la droga en México se están fortaleciendo de una forma muy determinante por la ausencia de una política de seguridad de combate y contención hacia estos grupos. Más que una estrategia, el gobierno está siendo reactivo.
“Lo trascendental sería ver que después de este evento el tema del combate al crimen organizado se convierta en un eje fundamental de la agenda de cooperación México-Estados Unidos y conocer qué tanto podría afectar la estabilidad político-social y qué tanto afectaría la popularidad del presidente”, opina.
Por su parte, Balcázar, quien fue exdirector general adjunto de Seguridad Nacional de la Presidencia de la República, opina que además de la falta de estrategia, nos encontramos ante un doble discurso del presidente que, por un lado, critica el modelo neoliberal en la economía, pero en la seguridad lo practica.
“En la economía el modelo neoliberal nos dice: ‘hay que dejar hacer y dejar pasar’. La estrategia de seguridad aplicada en esta administración también está dejando hacer y dejando pasar.
“El problema es que en el modelo económico neoliberal las fuerzas del mercado son las que regulan y aquí pareciera que se está apostando a que las fuerzas criminales sean las encargadas de regular. Este es un modelo de hace 30 años en el que existía un monopolio político y un monopolio criminal del que Caro Quintero era parte. Hoy que tenemos un monopolio político en construcción y una atomización criminal, lo que necesitamos es la rectoría del Estado”, concluye.
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