Cannabis, una esperanza verde contra el Covid-19
La falta de un reglamento para regular la cannabis medicinal podría frenar el avance de investigaciones científicas para combatir al coronavirus SARS-Cov-2
Rubén ZermeñoLa pandemia de COVID-19 ha dejado más de 75 mil muertes en el país y casi un millón de decesos en todo el mundo, además de provocar una crisis económica y de salud. La cura podría estar en la cannabis, una planta utilizada ancestralmente por sus propiedades terapéuticas pero estigmatizada y prohibida en la mayor parte de naciones.
En días recientes, Ikänik Farms, filial de la Compañía Pideka, anunció que junto con el Grupo de Inmunovirología de la Universidad de Antioquia, Colombia, descubrió que cepas de cannabinoides inhibieron hasta en un 62.5 por ciento la replicación del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad COVID-19.
La siguiente fase del estudio se realizará en México, pero la burocracia y el incumplimiento de los plazos por parte de las autoridades para emitir un reglamento que regule la cannabis medicinal podrían frenar la investigación.
El 19 de junio del 2017 el Congreso de la Unión hizo reformas a la Ley General de Salud para permitir el uso medicinal de la planta y 180 días al Ejecutivo federal para generar la reglamentación necesaria. El plazo venció y la Secretaría de Salud no cumplió.
Apenas a finales de julio, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) entregó a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) un borrador del reglamento.
El plazo para la regulación de la cannabis medicinal venció. El pasado 9 de septiembre debió de aparecer publicado en el Diario Oficial de la Federación el reglamento, de acuerdo con una orden emitida por un juez federal para cumplir la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) del 14 de agosto de 2019.
Pero el pasado 21 de septiembre, el juez decimoquinto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México concedió una prórroga de 70 días hábiles adicionales para llevar a cabo la armonización normativa.
Con ello, se suman un total de mil 010 días naturales desde que se debió expedir el reglamento el 18 de diciembre de 2018.
Debido a esta parálisis, al menos 25 protocolos de investigación de diversas instituciones se encuentran sin avanzar y miles de pacientes sin poder tener un tratamiento que les dé una mejor calidad de vida.
Camino para la cannabis medicinal con obstáculos
Alberto Checa Rojas es doctor en Ciencias Biomédicas y director de investigación en Ikänik Farms, bajo sus hombros estará la batuta de la siguiente fase de la investigación de los efectos de la cannabis en el SARS-CoV-2.
La investigación se realizará en México, siempre y cuando el reglamento que regulará a la cannabis se publique.
“La siguiente etapa es darle un poco más de peso y profundidad. En México vamos a llevar la parte para conocer cómo es el mecanismo por el cual está actuando sus estrictos en la célula y a nivel del virus.
“Nosotros vamos a fragmentar el virus y ver pieza por pieza cómo está actuando alguna proteína del virus, su material genético y cómo es que está siendo afectado. Solo sabemos que se está inhibiendo. Esto lo vamos a hacer si nos lo permite el reglamento”, comenta a Reporte Índigo.
El biólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comenta que además de los frenos que enfrenta la ciencia por las legislaciones, también los tiempos se alargan por lo tardado de los procesos en las aduanas, por lo que pide al Gobierno que sea más flexible cuando se trata de temas tan delicados como la salud.
“Uno de los grandes frenos que tiene la ciencia en México, y no es por atacar al Gobierno, ni a los pasados, han sido las aduanas. Nos retrasamos mucho en el proceso aduanal, no sé si sea la falta de experiencia, pero se retrasan mucho. Por ejemplo, en Estados Unidos un producto lo tienes en tres días viniendo de Inglaterra, aquí te puede tardar un mes y un mes es vital para una investigación.
“El Gobierno debería ser más flexible en estos asuntos de investigación y de salud. Debería de tener unos controles diferentes. Nosotros necesitamos acelerar todo ese tipo de procesos porque son necesarios, ya vimos que una pandemia nos afecta no solo en salud, sino económicamente y socialmente”, agrega.
Otro de los focos rojos que percibe Checas Rojos en las investigaciones mexicanas es la falta de inversión, tanto oficiales como de la iniciativa privada.
“Es importante que el Gobierno entienda que invertir en tecnología, ciencia y salud debería de ser vital y es algo a lo que no se le ha dado prioridad en ningún sexenio, por lo que deberíamos de insistirle a esta administración que sí es importante y tenemos que prepararnos para otras pandemias”, advierte.
Por ejemplo, el especialista señala que la primera fase de la investigación se realizó en Colombia porque tienen leyes claras para regular la cannabis medicinal y porque cuentan con la infraestructura científica necesaria para llevarlas a cabo, situación que no ocurre en México.
“En México casi no hay laboratorios de nivel de bioseguridad 3. Me sorprendió que Colombia tuviera más y que ellos pudieran aislar el virus. Estuve preguntado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y en el Instituto Nacional de Biotecnología y nadie está aislando el virus aquí en México.
“Estamos muy rezagados, en México tenemos tanto capital humano que no debería de estar pasando por esto. También tenemos muchos recursos económicos, aunque siempre nos digan que estamos en crisis, tenemos mucho capital económico y no solo el gobierno, también las empresas”, agrega.
Finalmente, el investigador señala que, si no hubiera frenos externos, podrían tener lista una fórmula farmacéutica con base en cannabinoides para combatir el COVID-19 a finales del próximo año, ya que a diferencia de las vacunas conocen la toxicología de las moléculas de los extractos cannábicos.