La Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora en octubre la lucha contra el cáncer de mama. El mes está por concluir pero no por eso hay que bajar la guardia ante este problema de salud pública y de género.
“Es un problema de salud pública porque desde 2006 es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres mexicanas. Se puede producir en cualquier grupo social y económico. Es un problema de mujeres en mayor medida, aunque también afecta a los hombres. Pero al afectarlas a ellas también lo hace a sus núcleos familiares, más aún en hogares monoparentales donde son las jefas de familia”, expresa la doctora Alejandra Armengol, en entrevista con Reporte Índigo.
Existe una mayor probabilidad de que las mamas de las mujeres sean invadidas por células cancerosas de modo anormal, por ello se realizan campañas que aluden al color rosa por el género femenino.
“Hay que tener políticas públicas para poder combatirlo, es algo que en México está un poco olvidado por estas campañas de Octubre Rosa. Realmente lo que importa decir es el diagnóstico a tiempo y el tratamiento oportuno”, menciona la oncóloga.
La médico especialista refiere que el cáncer que no se palpa o no se toca en las mamas es el que tiene mayor probabilidad de curación. Por ello insiste en realizarse la mastografía anualmente y autoexplorarse cada mes.
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Hay que identificar cuáles fueron los factores de riesgo para el desarrollo de un tumor mamario ya sea no modificables (como la edad, el género, la genética, la primera y última menstruación) y modificables, que dependen del estilo de vida.
“Es muy importante decir que no se puede presentar ninguno de los factores que mencioné y tener cáncer de mama, es muy esporádico y en muchas ocasiones no podemos identificar ningún factor de riesgo. Se presenta en mujeres jóvenes, es muy importante que esto se sepa, que se diga”, revela.
Diagnóstico, tratamiento y rehabilitación oportunos
Al ser un problema de salud pública, Armengol Alonso insiste en la obligación, y no sólo buena voluntad, del Estado mexicano de garantizar que todas las mujeres puedan acudir a sus citas y valoraciones.
“Es importante decir que sí es un cáncer tratable y que siempre hay algo qué hacer. En México no sólo importa el diagnóstico oportuno, sino que importa el tratamiento oportuno”, señala.
En ambos es necesario contar con una perspectiva de género que atraviese de forma transversal diferentes esferas de la vida de las pacientes, por ejemplo, el trabajo y la familia.
“Tenemos datos sobre las pacientes que estaban integradas a una vida productiva, además de la de la casa, porque es un trabajo no pagado, y muchas tienen problemas para recuperarlo o encontrar un trabajo nuevo”, lamenta.
La experta adscrita al Departamento de Hematología y Oncología en Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Dr. Salvador Zubirán afirma que la rehabilitación también debe ser integral.
La doctora Alejandra Armengol considera que este problema de salud pública y de género no puede convertirse en uno económico, por ello, insiste en que el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación deben estar al alcance de todas.
“Sobre la reconstrucción mamaria, aunque a algunos les parecería algo estético solamente, los doctores nos señalan que la reconstrucción oportuna y de forma inmediata tiene mejores desenlaces porque perder una mama no sólo es una pérdida física, también es emocional. Además, en el sistema público todavía no están desarrollados los organismos para que todas las mujeres la tengan de forma gratuita a nivel nacional. Todas, independientemente de dónde vivan en la República mexicana, tienen el derecho a recibir la misma atención y no según el código postal donde vivan”, sentencia.