Campo mexicano: urgente renovación ante abandono y violencia

Autoridades y cámaras industriales alertan que la crisis en el agro puede agravarse dado el desinterés de las nuevas generaciones en las actividades agrícolas
Daniel Flores Daniel Flores Publicado el
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Renovarse o morir: es el dilema que enfrenta el campo mexicano en los últimos años y que ha puesto en alerta máxima a trabajadores y empresarios que buscan rescatarlo del abandono histórico.

La emergencia se ha agravado por diversos factores como la intromisión del crimen organizado en la cadena alimentaria, la escasez de agua, las sequías prolongadas y la falta de apoyos federales para reactivar la economía de los sectores rurales a nivel nacional.

A ello se añade la falta de mano de obra, el envejecimiento de los trabajadores y el escaso interés de las nuevas generaciones en integrarse a los esquemas laborales del sector.

El problema es tan profundo que tanto los productores, como los trabajadores, empresarios y representantes agropecuarios advierten que, de no atenderse de inmediato, el campo mexicano dejará de ser útil para millones de mexicanos.

A pesar de que este sector es clave para la producción de millones de alimentos en la República mexicana y genera miles de empleos directos, existe un abandono presupuestario y una ola de inseguridad que ha permeado grandes extensiones de tierra.

Las cifras oficiales del Gobierno federal revelan que se utilizan más de 23 millones de hectáreas para la agricultura y más de 100 millones de hectáreas para la ganadería en todo el país.

Sin embargo, a pesar de esta extensión de terreno de trabajo, los agricultores y las familias que han cultivado la tierra durante generaciones han comenzado a dejar de hacerlo por diversas razones. Hasta el momento no hay una estadística o un censo que muestre una radiografía del abandono que sufre el campo mexicano.

La desbandada que han emprendido miles de campesinos y personas dedicadas a actividades agrícolas en todo el país se debe sobre todo a la pelea de la plaza que desataron grupos del crimen organizado.

Las cámaras empresariales agrícolas han denunciado en los últimos años cómo los trabajadores de la tierra han sido amenazados, despojados e incluso sometidos al llamado “cobro de piso” y asesinados.

No solo es la violencia: productores enfrentan falta de financiamiento

La falta de apoyos gubernamentales y de inversión ha puesto en jaque a este sector de la población, que carece de recursos para invertir en los campos del país.

Son más de 4 millones de unidades o productores agropecuarios que carecen de recursos económicos o préstamos para la compra de semillas, fertilizantes, forrajes, maquinaria y equipos, que les permitan garantizar la siembra, cosecha y crianza de ganado, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Mientras tanto, un reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público revela que el 94 por ciento de las unidades agropecuarias del país se encuentran fuera del radar de los bancos comerciales del país. Es decir, no cuentan con acceso a préstamos o financiamiento para sembrar o cosechar.

La llamada urgente de Sin Maíz no hay País

Víctor Manuel Chima Ortiz, colaborador de comunicación de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, advirtió que el abandono que enfrenta el campo mexicano ha sido por generaciones y no hay voluntad política para rescatarlo.

“Sabemos que tenemos una gran deuda con el campo y sus trabajadores. Por años los apoyos que se le ha dado a este sector son escasos y no han logrado mitigar los problemas que tiene trabajadores y productores. La situación es difícil porque no hay ni siquiera señales de que se pueda ver algún tipo de rescate a mediano o a largo plazo”, precisó.

Por eso, el activista urgió al Gobierno federal y a las autoridades estatales y locales a priorizar una política pública en materia agrícola, además de establecer un compromiso con una agricultura libre de agrotóxicos y transgénicos, sin conflicto de interés.

“El abandono que enfrenta el campesino tiene varias aristas y una de ellas es por el maíz transgénico que se comercializa y la falta de incentivos para que productores y dueños de parcelas puedan seguir sembrando productos saludables y libres de químicos”, sostuvo.

Chima Ortiz agregó que, desde hace varios años, diversas organizaciones civiles defensoras de la tierra y del maíz han encabezado una lucha para exigir a las autoridades el bienestar de los campesinos y precios justos para los productos que ofrecen.

“La agonía que viven las tierras de cultivo es tal que han comenzado a abandonarlas y a dejarlas de trabajar. La situación es preocupante y debería ser un tema de discusiones a nivel nacional por las implicaciones que esto dejará”, enfatizó el especialista en el campo mexicano.

Crisis del campo puede agravarse, alertan cámaras empresariales

La crisis en la que se encuentra el campo mexicano puede todavía empeorar, pues son cada vez menos las personas que se interesan por las actividades agrícolas.

La Encuesta Nacional Agropecuaria de los últimos años informa que entre 2014 y 2019, el uso de maquinaria agrícola fue a la baja, mientras que en los años posteriores se observa una reducción en el número de trabajadores que se emplean en el cultivo de la tierra.

El panorama ha generado preocupación entre las cámaras empresariales agrícolas que notan que la demanda de alimentos de primera necesidad en el país es creciente.

El INEGI estima que en México existen 9.3 millones de predios rurales con una extensión territorial de 190.3 millones de hectáreas.

El panorama ha generado preocupación entre las cámaras empresariales agrícolas que notan que la demanda de alimentos de primera necesidad en el país es creciente. Foto: Especial

De este territorio, el 69 por ciento está destinado a la agricultura y el 11por ciento a la ganadería, áreas en su mayoría trabajadas por pequeños productores. Por ello, las confederaciones agrícolas de varios estados del país han alertado en múltiples ocasiones sobre las dificultades que enfrentan los agricultores para llevar a cabo un relevo generacional.

Según los datos publicados, el 51.56 por ciento del total de la superficie agrícola es cultivada por personas que poseen menos de dos hectáreas y apenas el 5.82 por ciento de los predios es mayor a 20 hectáreas.

¿Qué plan tiene el gobierno de Sheinbaum Pardo para el campo?

El Gobierno federal inició un plan para garantizar la cadena alimentaria en el país y mantener la estabilidad de los precios de los productos básicos.

Con el “Programa Nacional de Soberanía Alimentaria”, la administración federal ha puesto todas sus cartas sobre la mesa para recuperar y fortalecer este pilar económico mediante un presupuesto más robusto en dependencias clave, como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, cuya asignación fue de 74 millones de pesos para este año.

“Es un programa muy completo de soberanía alimentaria y de alimentación sustentable y saludable para todas y todos los mexicanos; es producir lo que consumimos

“Por supuesto que hay mercado, eso va a seguir existiendo, pero no simplemente es apoyar a los pequeños y medianos productores, sino también tener alimentos saludables y a buenos precios para las familias mexicanas’’, dio a conocer al inicio de su gestión la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

La administración federal se fijó como meta contar con autosuficiencia de productos básicos como el frijol, arroz, verduras y maíz y dar apoyos a los medianos. y pequeños productores. Foto: Especial

De manera paradójica, en los cinco estados de mayor producción agrícola del paísJalisco, Veracruz, Oaxaca, Chihuahua y Sinaloa– se encuentran también los más altos niveles de pobreza, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Para Paulina Magaña, coordinadora de salud alimentaria de El Poder Del Consumidor, la administración federal debe garantizar que se distribuyan alimentos de buena calidad y se considere el ciclo completo del sistema alimentario, desde la producción y consumo hasta el manejo de residuos.

“El objetivo del Gobierno federal es que se fomente una alimentación saludable y se garantice una seguridad alimentaria para todos los mexicanos. Es necesario un enfoque integral que considere el ciclo completo del sistema alimentario”, precisó.

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