El uso de inteligencia artificial (IA) ayudará a que la industria textil y de la moda, una de las más contaminantes de México y el planeta, se acerque más a sus objetivos relacionados con la sustentabilidad.
La utilización de estas herramientas tecnológicas además de reducir tiempo en la creación de colecciones, disminuye los desperdicios derivados de los procesos de este sector productivo que, según Rodolfo Martínez de Kornit, empresa fabricante de moda sostenible bajo demanda, aporta 10 por ciento de las emisiones de carbono del mundo, posicionándose como la segunda más contaminante solo después de la minería.
Además de estos beneficios, la personalización de prendas y accesorios, tendencia que de acuerdo con Patricia Medina, directora de Sourcing para Aztex Trading, avanza para quedarse, se volverá más fácil de materializar.
Según especialistas como Medina, Martínez y Danae Chávez, de la startup Re.colecto, la creación de prendas bajo demanda, fabricada a través de procesos sostenibles, que implican el uso de IA, llevará a la industria de la moda hacia el cero desperdicio, sin embargo, este cambio se producirá de forma lenta.
“Toda, absolutamente toda la tecnología que se está dando ahorita está enfocada en hacer todo más sustentable, empezando porque las compras ya no se van a hacer de manera tradicional, porque ya no vas a colocar en una fábrica un pedido de 20 mil prendas de las cuales se te quedaban 19 mil, que tras un ciclo de baja de precios te quedaban 10 mil que terminabas tirando a la basura”, menciona Medina.
Personalización e IA, el futuro de la moda
La directora de Sourcing de Aztex Trading, empresa creadora de prendas con telas provenientes de fábricas que trabajan con telas realizadas de manera sustentable, mencionó que la aplicación de tecnologías como la IA no solo cambian la forma de producir ropa, sino que también modifican los hábitos de consumo.
“Todo el nuevo enfoque va encaminado a transformar los procesos de compra, en las grandes firmas de moda a nivel mundial se está haciendo uso de la inteligencia artificial, lo que se vuelve muy interesante porque parte de lo que se hace es personalizar la prenda en el último momento, previo a que el cliente se la lleve”, explica Medina.
Tanto Patricia como Rodolfo aseguran que el interés en poseer prendas únicas por parte de los consumidores puede convertirse en una oportunidad para la industria, pues eso significa que la ropa sea creada bajo demanda y así evitar la sobreoferta, lo que reduce desperdicios y costos.
Por su parte, Chávez indicó que en iniciativas como Re.colecto, cuyo objetivo es facilitar el reinicio del ciclo de vida de las prendas, hacer a la moda sustentable no nada más se trata de darle un nuevo uso a una prenda que ya ha sido utilizada.
“Nuestro corazón late por ver el textil, la ropa, bien aprovechada. Moda sustentable para nosotros no solo es la parte del reciclaje, que es parte de lo que nos dedicamos, sino también el proceso desde el diseño, desde la creación de tu patrón de tu prenda, toda la parte de los desfiles, es decir, todo el ciclo de vida del producto, qué va a pasar con ese textil y poder ser responsable. Las marcas se están sumando a eso, a la tendencia, a esta vanguardia, lo que está empujando que la producción y el consumo se hagan de manera consciente y responsable, lo que es responsable de toda la cadena”, afirmó la gerente general de Re.colecto.
Chávez asegura que es tanto responsabilidad del productor como del comprador consumir de forma consciente.
Rodolfo Martínez destacó que al menos 30 por ciento de las prendas que se fabrican a nivel mundial acaban en rellenos sanitarios, además del gasto que representa, tanto monetario como de recursos, la fabricación de una sola prenda. También mencionó que esta industria gasta el 20 por ciento del agua disponible en el planeta.
“Por dar un ejemplo, para la fabricación de un jean, bajo métodos tradicionales, un pantalón de mezclilla como el que todos traemos, se consumen 200 mil litros de agua. Lo que la industria gasta en fabricar anualmente este producto son 28 millones de litros, que alcanzan para todo el consumo de la población de Estados Unidos de agua, para beber, de 72 años”.
De acuerdo con Martínez, es importante que los consumidores conozcan estos y otros datos acerca del impacto de la industria textil y de la moda para cambiar sus hábitos de consumo y para entender por qué está cambiando la oferta.
“Imagina un mundo donde solo vamos a crear lo que necesitamos y sin desperdicio. Tiene que ver mucho con el modelo de suministro, actualmente es así: produzco las miles de prendas, de tela o hilo y después se genera la demanda, de la cual el 30 por ciento no se vende. El modelo disruptivo que se está impulsando y muchas compañías lo estamos llevando a cabo, como Kornit, es lo opuesto, producimos la demanda, primero te piden y luego se fabrica.
“Un ejemplo, puede ser la venta a través de Amazon, que te venda una playera, buscas tu diseño, lo mandas, la compras, aprietas un botón y en ese momento la playera se agarra de un stock de prendas genéricas, se manda a imprimir con tu diseño, se empaca y la recibes en 24 horas. Vendiste primero, cobraste primero, no desperdiciaste nada y produjiste lo que se necesita”, asegura Martínez.
Diversificando los canales de compra
Tras la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, el comercio electrónico, así como las ventas a distancia, vivieron un auge importante, convirtiéndose, en ocasiones, en la forma preferida de algunos compradores para adquirir productos y contratar servicios.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el comercio electrónico minorista en México creció 23 por ciento durante el 2022, año en el que las ventas del sector de la venta al por menor lograron un valor de 528 mil millones de pesos, a la vez que alcanzó a los 63 millones de consumidores.
Pese a que las ventas de este sector se desaceleraron por segundo año consecutivo en 2022, después de haber crecido hasta 81 por ciento debido a la emergencia sanitaria en 2020, las ventas digitales minoristas han triplicado el valor que tenían en 2019 cuando alcanzaron los 184 mil millones de pesos.
Francisco Plascencia, gerente senior del área Adquisición de Nuevos Clientes de la consultora Kantar, indicó que mediante la recolección de datos en más de 12 mil hogares mexicanos, la empresa realizó diversos hallazgos respecto al consumo de ropa y calzado en los hogares mexicanos.
“Recabamos un montón de datos que se traducen en tendencias, insights, que nos ayudan a entender todos los canales de compra para lo que es ropa y calzado, nos ayuda a entender la segmentación demográfica para comprender el mercado, así como al comprador, información que nos da una guía.
“Tenemos un entorno postpandemia en donde todos nos vimos impactados por la emergencia de salud. Un poquito lo que nos dice la historia de la pandemia es que nos cierran centros comerciales y aunque sí había algunas tiendas, principalmente eran los autoservicios, donde a lo mejor agarrábamos una prenda ocasionalmente. Hoy estamos en un momento en el que podemos tener contacto, se reabrieron las tiendas departamentales físicas, así que contamos con varios canales para comprar ropa y calzado”, mencionó.
Plascencia destacó que debido a las condiciones macroeconómicas favorables tras la pandemia, como el incremento de remesas, el aumento al salario mínimo y de las tasas de empleo, permiten que haya recursos adicionales que se reflejan en un mayor flujo de efectivo entre las clases bajas.
El consultor indicó que a pesar de que la inflación incrementó el precio de todos los productos y servicios, 9 de cada 10 hogares compran ropa y calzado para toda la familia durante el año. Sin embargo, los canales de compra no son los tradicionales, pues además de que las adquisiciones en línea se mantienen en boga, se suma el surgimiento de las redes sociales como medio de compra-venta.
“Tenemos redes sociales, como Instagram, y canales de compra como Mercado Libre, Amazon que son gigantes donde puedes encontrar lo que quieras. Las compras a terceros, como en Marketplace de Facebook, son otros de los elementos”, aseguró Plascencia.
Hacia el cero desperdicio
La industria de la moda busca diversificar sus procesos para tornar hacia una producción más sustentable, reduciendo así su huella de carbono. El reciclaje de prendas así como el reuso de materiales son algunas de las medidas impulsadas desde las bases de este negocio.
Intermoda, la exposición de negocios de moda más grande de Latinoamérica, celebró su edición 80, entre el 16 y el 19 de enero, con una serie de cambios para continuar por el camino trazado desde hace un año, cuando se propusieron ser el evento de este tipo más sustentable.
Jorge Castellanos, presidente de esta organización, indicó que Intermoda es el primer evento que forma parte del Movimiento Global de Destinos Sostenibles (GDS-Movement) y de #Meet4Impact, lo que se refleja en los temas que se tratan en las conferencias que se ofrecen a los asistentes, así como en la realización de esta exposición.
“La ONU nos está auditando y de 17 directrices que nos marcó como meta para ser 100 por ciento sustentables, para este 2024 ya cumplimos ocho. Vamos a la mitad, pero fue hace un año que empezamos. El objetivo es llegar a 2026 siendo 100 por ciento sustentables, estamos teniendo muy buen apoyo del Gobierno, de Expo Guadalajara, iniciamos ofreciendo alimentos que hayan sido producidos en el estado, sustituyendo los portagafetes, que están hecho de productos reciclados, tenemos contenedores para ropa usada, entre otras cosas”, explicó Castellanos.
Además de llamar a los expositores a buscar la sustentabilidad, y a premiarlos por ello, Intermoda ofrece un programa de actividades especializado, colabora con fundaciones locales, cumple con la separación de resíduos, prima la circularidad; es decir, reduce el uso de plásticos y emplea de otras formas los materiales reciclados.
Emprendedores expositores, como María Rojas, creadora de Negro Neón; una marca de joyería hecha con plástico reciclado, perciben cómo comienza a cambiar el consumo de los clientes, quienes cada vez con más frecuencia buscan conocer el origen de los productos para asegurarse de que se crean con materiales y técnicas amigables con el medio ambiente.
“En este momento estamos pasando por la crisis económica postpandemia, primero porque la gente ya no está gastando en cosas que no son de primera necesidad. En mi caso tengo dos tipos de clientes, a los que les gusta el producto estéticamente y se lo llevan sin importar si es de plástico reciclado, sustentable o ecológico y por otra parte tengo el cliente que me pregunta por el material y se enfoca en que se trata de un producto con materiales reusados. Nosotros estamos llegando mucho a ese mercado que se enfoca en adquirir productos sustentables”, explicó Rojas.