Históricamente en múltiples naciones, prominentes actores de la vida política terminan residiendo durante periodos largos o cortos en otro país.
Esto con el propósito de defenderse jurídicamente de cualquier acusación o señalamiento.
Lo hacen a través de la inmunidad diplomática o de algún instrumento que les garantice estar fuera del alcance legal de su país de origen.
El presidente Felipe Calderón ha sido denunciado ante la Corte Penal Internacional de La Haya. Es acusado de crímenes de guerra y lesa humanidad por algunas organizaciones no gubernamentales
De acuerdo a distintos medios de comunicación, el presidente mexicano se encuentra en medio de intensas negociaciones con universidades de Estados Unidos para obtener un puesto académico.
Se ha reportado que el mandatario se ha reunido en más de una ocasión con el presidente de la Universidad de Texas en Austin. También habría dialogado con autoridades de Stanford, Harvard y Georgetown.
Sin embargo, de acuerdo a fuentes extraoficiales, las últimas tres no se mostraron interesadas en adoptar a Calderón. A pesar de que el presidente realizó sus estudios de posgrado en Harvard.
Aunque él mismo lo desmintió, esas mismas fuentes señalan que el embajador Arturo Sarukhán sería el interlocutor principal entre Calderón y las instituciones académicas.
En el pasado, han sido varios los personajes de la vida política mexicana que han salido del país. No solo presidentes, también secretarios de estado y líderes sociales y políticos.
Carlos Salinas de Gortari prácticamente salió huyendo del país ante el clima socioeconómico que imperaba.
El denominado autoexilio lo cumplió en Inglaterra e Irlanda, en donde participaba en foros académicos y empresariales.
Su sucesor Ernesto Zedillo también decidió salir del país. Fue invitado a diversos consejos de administración como asesor y terminó dando cátedra. Es actualmente el director de estudios sobre globalización en la Universidad de Yale, una de las más prestigiosas de Estados Unidos.
El ex presidente cuenta con una demanda por violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
El juez federal de distrito en Connecticut fallará el próximo 7 de septiembre sobre la figura de “inmunidad de estado” que solicitó al gobierno de Felipe Calderón y al Departamento de Estado de aquel país.
Por seguridad personal
En el caso de la administración calderonista, el presidente no está solo. Los secretarios de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y Defensa, Guillermo Galván, también cuentan con demandas ante la corte Penal Internacional.
De hecho, tan solo en la Secretaría de Seguridad Pública federal tres funcionarios cercanos a García Luna también se encuentran bajo la lupa de La Haya, por el caso Florence Cassez.
Es por eso que no se descarta que el mariscal en temas de seguridad de la actual administración abandone el territorio nacional y se refugie en un clima políticamente menos hostil.
Pese a que las causas del autoexilio presidencial son en su mayoría por asuntos político-legales, las de la familia Calderón Zavala tienen una segunda motivación. Esto es por la seguridad e integridad del presidente y su familia.
No es ningún secreto que después de seis años de guerra contra el crimen organizado, y miles de detenidos, el jefe del Ejecutivo ha sido objeto de amenazas de muerte.
De acuerdo a personal del Estado Mayor Presidencial, la seguridad del actual mandatario ha sido la más completa y voluminosa en la historia de la presidencia. No es para menos.
El perímetro de seguridad del presidente es prácticamente imposible de penetrar, los estándares del Estado Mayor así lo demuestran.
Sin embargo, a partir del 1 de diciembre la familia Calderón estará más vulnerable.
Y aunque seguirá contando con protección por parte del Estado Mayor en México, el temor por su seguridad y la de su familia respalda su decisión de abandonar el país.
