Mientras en varias partes del país comienzan a soplar vientos de cambio y de democracia en varias instituciones gremiales y empresas, en el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), su líder Víctor Félix Flores Morales, concentra todo el poder desde 1995.
Junto con él se mantienen en el STFRM viejas prácticas de intimidación, amenazas, enriquecimiento a costa de los trabajadores y corrupción, que le han valido ser conocido en el gremio como “cacique”.
Pese a que se le ha denunciado penalmente y laboralmente por extorsión, fraude, amenazas, defraudación fiscal calificada, intimidación, peculado, enriquecimiento ilícito y abuso de confianza, el poder del líder de los ferrocarrileros sigue intacto.
Esto se debe, principalmente, a la relación que ha tenido siempre con el poder, a pesar de que ha vivido la alternancia de partidos políticos en el Gobierno federal por tres ocasiones.
Durante la segunda mitad de este año arrancó en el país la democratización de varios sindicatos y la celebración de elecciones en otras empresas en las que se votó por nuevos líderes y representantes.
En días recientes el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que habría elecciones libres para elegir al sucesor de Carlos Romero Deschamps al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
A la siguiente semana la Secretaría del Trabajo y Previsión Social anunció que a partir del 3 de noviembre quedaría cancelado el contrato colectivo de trabajo celebrado entre el Sindicato Miguel Trujillo López con la empresa General Motors de México, en su planta de Silao, Guanajuato.
Y el 23 de septiembre se realizaron elecciones en las que la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) le arrebató a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) la representación de los trabajadores de la planta de NISSAN México en Aguascalientes.
Sobre la situación del STFRM y los abusos de Víctor Flores, el 18 de marzo de este año el presidente López Obrador instruyó a la Secretaría del Trabajo a presentar un informe sobre el sindicato ferrocarrilero y las denuncias contra su líder.
En dicho informe la STPS confirmó que legalmente Víctor Flores era el legítimo secretario general del sindicato a pesar de que los grupos disidentes denunciaron que la “toma de nota” de Flores fue ilegal y violó los estatutos sindicales por hacerse antes de tiempo, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y no después de que el nuevo presidente (Andrés Manuel López Obrador) tomara posesión, como se hacía con anterioridad.
“La toma de nota de la directiva de dicho Sindicato fue expedida durante la administración anterior, el 29 de agosto de 2018 y comprende su vigencia hasta noviembre de 2024.
“Conforme a dicha constancia, el Sindicato en alusión es presidido por Víctor Félix Flores Morales como su Secretario Nacional, cargo equivalente al de Secretario General”, informó la dependencia.
Al respecto, la disidencia del STFRM cuestionó la relación del nuevo Gobierno federal e incluso trascendió que Víctor Flores había pactado su permanencia al frente del sindicato con la actual administración.
El origen del poder de Flores ante ferrocarrileros
El 27 de marzo pasado se llevó a cabo en Aguascalientes el Congreso Nacional Ferrocarrilero Zona Centro Norte.
En el evento, Víctor Flores designó a Teófilo Román Cabañas como el segundo Vocal del Comité Nacional de Vigilancia y Fiscalización por el fallecimiento de la persona que estaba en el cargo a pesar de que el nombramiento le correspondía al auxiliar Hilario Lagunes Flores.
Debido al descontento de los trabajadores ferrocarrileros y a la falta de la realización de mesas de trabajo, hubo rechiflas y empujones que incluso impidieron que Flores tomara la palabra.
Aquel día también se promovió la destitución de Eduardo Canales como secretario Nacional de Talleres del STFRM y actual líder del Frente Ferrocarrilero de Reconstrucción Sindical (FERRO), una organización que nació para democratizar el sindicato y terminar con el mandato de Víctor Flores.
En entrevista con Reporte Índigo, Eduardo Canales comenta que Víctor Flores es un “cacique sindical” que incluso ya duró al frente del sindicato más tiempo del que duró Carlos Romero Deschamps al frente del STPRM.
Su poder se origina, comenta, después de ayudar a que se concretara la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), un proceso que comenzó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y que terminó durante el mandato de Ernesto Zedillo.
“Cuando llegó en 1995 recibió un sindicato democrático, en el que no había reelección, el periodo de secretario general era de tres años, los trabajadores podían votar libremente en sus centros de trabajo (no en las oficinas del sindicato de ferrocarrileros como se hace actualmente) y había una apertura democrática.
“Llega él y le toca el proceso de privatización, él forma parte activa del proceso de privatización de Ferrocarriles Mexicanos, políticamente (el proceso de privatización) es exitoso, lo que hace que los gobiernos lo premien, le dan todas las aperturas para que modifique los estatutos para que se quede en el poder. Por eso en la actualidad el sindicato se volvió de su propiedad”, explica.