Los Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (SCALL) como los que están instalando actualmente los Gobiernos de la Ciudad de México y Jalisco en hogares urbanos, también podrían operar adecuadamente en otras 23 entidades federativas del país, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
En el caso de la Ciudad de México, donde el programa “Cosecha de Lluvia” se diseñó con alcances masivos, la apuesta es que los hogares que sean equipados con los SCALL cuenten con agua hasta por siete u ocho meses al año, sin tener que comprar pipas, según lo informó el Gobierno capitalino el 3 de abril de 2019.
El IMTA ha impulsado el aprovechamiento de los SCALL particularmente para las zonas rurales del país que carecen de infraestructura hidrosanitaria.
“La captación de agua de lluvia es un medio por el cual se puede obtener agua para uso y consumo humano de buena calidad a bajo costo. En lugares del mundo con precipitación alta o media y en donde no se dispone de agua en cantidad y calidad necesaria para consumo, se recurre al agua de lluvia como una fuente de abastecimiento, que es aceptada como una fuente mejorada de agua”, señala en su documento “Tecnologías apropiadas para el acceso sostenible al agua en el medio rural marginado”.
Para que estos sistemas sean viables, señala el IMTA, se requiere que la “precipitación nominal” anual supere los 500 milímetros (mm).
“El volumen de precipitación en un lugar determinado se mide en milímetros (mm) y se maneja anualmente con fines de estudio y análisis. De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se considera que a partir de 500 mm de precipitación nominal al año, el nivel de precipitación es suficiente para generar un escurrimiento que permita captar un volumen de agua conveniente para el almacenamiento”.
Según el organismo, en el país hay en total 25 entidades federativas con un promedio anual de precipitaciones que está por arriba de ese mínimo, y que se ubica en el rango de los 2 mil 357 y los 546.69 mm/año, lo que los vuelve “potencialmente viables en cuanto a precipitación para la instalación de SCALL”.
Las entidades son Tabasco, Chiapas, Veracruz, Campeche, Oaxaca, Quintana Roo, Puebla, Nayarit, Colima, Guerrero, Morelos, Yucatán, San Luis Potosí, Jalisco, Michoacán, Tamaulipas, Tlaxcala, Estado de México, Sinaloa, Hidalgo, Nuevo León, CDMX, Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes.
Estados SCALL
Para identificar qué estados presentan condiciones propicias para implementar los SCALL, el IMTA analizó los niveles de lluvia que registraron durante tres décadas.
“La OMM considera la precipitación normal como el promedio calculado de un periodo uniforme con al menos 30 años de registro de información. Para el periodo 1981-2010, la precipitación normal promedio del país fue de 740 mm anuales y para 2015 se estimó una precipitación de 872 mm anuales”.
Fue así como determinó que la mayor parte de las entidades son aptas para explotar los SCALL.
“El 68 por ciento de la precipitación normal ocurre entre los meses de junio y septiembre. La distribución espacial es bastante irregular debido a las condiciones climatológicas del país y el cambio climático. En general, la parte sur y centro del país presentan condiciones de precipitación mayores a 500 mm al año abarcando el 78 por ciento de los estados, es decir, 25 entidades federativas son potencialmente viables para la implementación de sistemas de captación de agua de lluvia”.
Sin embargo, el organismo también advierte que para la realización de un proyecto de SCALL, es necesario realizar estudios hidrológicos sobre las zonas de estudio, tomando en cuenta las estaciones meteorológicas cercanas y otras variables que inciden en la precipitación final aprovechable.
Seguridad hídrica con cosechas de lluvia
Las tecnologías de captación de agua de lluvia como los SCALL, señala el IMTA, generan diversos beneficios a las comunidades, entre estos: ayudan al abastecimiento de agua potable, disminuyen la presión sobre los acuíferos y son útiles para evitar inundaciones.
La utilización de estos equipos se enmarca en el objetivo que tiene México por alcanzar la “seguridad hídrica”, que el IMTA define así: “la capacidad de una sociedad para disponer de agua en cantidad adecuada y calidad aceptable para su supervivencia y la de todos los seres vivientes en los ecosistemas en que habitan, así como para asegurar su desarrollo socioeconómico sostenible, gestionando los riesgos climáticos, meteorológicos y antrópicos relacionados con el agua, en un clima de paz a través de una buena gobernanza”.
Un reto difícil para el país, pues la mayor parte del territorio nacional presenta una “hidrología difícil”.
“Un 70 por ciento de su territorio es árido o semiárido, con grandes variaciones estacionales e interanuales de precipitación, y (…) el restante 30 por ciento experimenta riesgo de inundaciones recurrentes ocasionadas tanto por sistemas meteorológicos tropicales como por frentes fríos.
“De no tomarse las medidas apropiadas, se estima que en México, el déficit de agua hacia el 2030 será de alrededor del 25 por ciento de la demanda proyectada”.
SCALL en marcha
Cuando el Gobierno de la Ciudad de México puso en marcha su programa de “Cosecha de Lluvia” el 3 de Abril de 2019, informó que el mismo “llegará a 100 mil viviendas en los próximos años e incluso, si la capacitación es eficiente, podría ampliarse hasta 200 mil hogares”; para el 10 de diciembre de 2020, ya sumaba 20 mil 145 sistemas, con beneficios para 100 mil habitantes de las alcaldías de Iztapalapa, Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan y Milpa Alta.
En Jalisco, por su parte, su programa de SCALL “Nido de Lluvia” comenzó en julio de 2021 con una fase piloto de 600 viviendas en la colonia Mesa Colorada Poniente, Zapopan, y la meta de alcanzar en 2022 las siete mil casas con este tipo de equipos.
Los SCALL de “Nido de Lluvia” pueden tratar y almacenar hasta 2 mil 500 litros en un tanque, que puede llenarse alrededor de 13 veces por año, y que es apto para abastecer a una familia de cuatro integrantes hasta por 2 semanas en promedio.