María José Salinas es activista, representante de la Alianza por la Libertad del Vapeo ALLVAPE AC. y usuaria de estos productos desde hace seis años.
En entrevista comenta cómo cambiar los cigarrillos por dispositivos electrónicos ha mejorado su vida y su salud, también, lamenta que las políticas prohibicionista del Gobierno federal alejen a nuevos usuarios.
“Nos tienen a los usuarios atados de manos en el sentido de que satanizan el producto y alejan a las personas que buscan en el vapeo la reducción de daños al dejar de fumar. Llevo seis años sin fumar, mi salud ha cambiado muchísimo, hacer la transición es poder salvar vidas”, comenta.
La activista narra cómo se han acercado a Cofepris para hacerles llegar estudios científicos internacionales y nacionales en los que se habla sobre la reducción de riesgos con el vapeo, pero no los han recibido.
“Es muy curioso cómo el gobierno se ha encargado tanto de demeritar y satanizar al vapeo y no han querido revisar ninguno de los estudios que les hemos presentado en las oficinas de Cofepris. Parece que solo lo que ellos dicen es lo que es.
“No es casualidad, hay interés detrás y relaciones particulares de gente del Gobierno con las farmacéuticas. Uno pensaría que son las tabacaleras, pero realmente ellas están viendo cómo migrar a este tipo de alternativas. En cambio, las farmacéuticas se benefician de todas las enfermedades que produce el tabaquismo como cáncer, enfermedades cardiovasculares y males cardíacos. Suena muy macabro pero están dejando en evidencia que el interés real no es la salud de las personas”, denuncia.
Alejandro Svarch Pérez, titular de la Cofepris, calificó la semana pasada a los vapeadores de una “invención perversa”. Al respecto, Federico N. Fernández, director ejecutivo de la Red Somos Innovación y coordinador del Índice Global de Políticas Efectivas Anti-Tabaquismo, explica que con la política prohibicionista del Gobierno federal no solo se aleja a futuros usuarios para que tengan mejor salud, sino que se desalienta la innovación en México.
“El prohibicionismo es una política absolutamente inhumana porque al actual fumador solo le queda la disyuntiva de dejar todo absolutamente o morirse, no tiene otra alternativa (…) También que una innovación (como los vapeadores) sea fanatizada desde las esferas de un Gobierno de un país tan importante como lo es México manda el mensaje de que no vengan a innovar aquí”, concluye.
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