La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) y el Órgano Administrativo Desconcertado de Prevención y Readaptación Social firmaron un convenio para que la empresa Klasnic S.A. de C.V sea quien provea de suministros a los centros penitenciarios del país y para que los reos realicen las compras mediante una tarjeta.
De acuerdo con Joel Guevara Trejo, Director General de Klasnic, implementarán un fideicomiso empresarial para que haya transparencia en las compras y ventas, una tienda electrónica mediante tablets e identificación por biometría para que los internos realicen las compras y así controlar las transacciones y eliminar el efectivo en las prisiones federales.
“Vamos a implementar un sistema innovador y tecnológico para garantizar el abasto del producto y una mejor estancia para los internos”, dijo el titular de la iniciativa privada.
Rogelio Miguel Figueroa Velázquez, Comisionado del Órgano Desconcertado de Prevención y Readaptación Social (PYRS) dijo que además de garantizar el abasto y precios competitivos dentro de la prisión, el que los presos dejen de utilizar efectivo ayudará a controlar la gobernabilidad.
Ruth Villanueva Castillejas, tercera visitadora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) recalcó que aunque los presos hayan perdido la libertad, no han perdido sus demás derechos humanos por lo que el sistema penitenciario se debe de manejar con base al respeto a sus garantías.
Al finalizar la firma del convenio, Rogelio Cerda Pérez, Procurador de la PROFECO, recordó a los asistentes que los presos tienen los mismos derechos que los que se encuentran en libertad, por lo que trabajarán para velar que se cumplan.
“Todas las normas que se apliquen en el mercado nacional, deben de aplicarse en todos los centros penitenciarios, incluyendo las Islas Marías. No hay ninguna razón para que exista un divorcio en los precios del mercado al de los centros penitenciarios”, dijo el titular de la PROFECO.
A la firma del convenio llegaron tras recibir cientos de denuncias de internos que se quejaban de los altos precios de los productos en las cárceles.
