El Gobierno de Jalisco lanzó un par de estrategias con las que pretende volver compatibles dos ámbitos que hasta ahora han estado en colisión permanente: la protección de su biodiversidad, una de las mayores en el país, por un lado, y por otro, su liderazgo nacional en la producción del sector agropecuario.
Se trata de la “Estrategia del Estado de Jalisco para la Integración de la Biodiversidad en los Sectores Agropecuario, Pesquero-Acuícola y Forestal”, y la “Estrategia Estatal sobre Biodiversidad de Jalisco 2030”, vinculadas entre sí pues la primera está concebida como un componente de la segunda.
En los documentos se reconoce que las actividades económicas del sector agropecuario se han convertido, en los hechos, en la mayor amenaza que enfrentan los ecosistemas presentes en Jalisco, lo que a su vez genera riesgos directos para la sociedad, considerando todos los servicios ambientales que esta obtiene de la misma condición biodiversa del estado.
En la “Estrategia Estatal sobre Biodiversidad de Jalisco 2030” se advierte sobre los efectos en la salud humana.
“La pérdida de biodiversidad puede ejercer un importante efecto directo en la salud humana si los servicios de los ecosistemas ya no alcanzan a satisfacer las necesidades sociales. De manera indirecta, los cambios en los servicios de los ecosistemas afectan a los medios de ganarse el sustento, los ingresos y la migración local y, en ocasiones, pueden incluso causar conflictos sociales.
“Los ecosistemas proporcionan distintos servicios a toda la sociedad, tales como: alimentación, madera, agua, recursos genéticos, regulación de temperatura y humedad, control de erosión y degradación, regulación de polinizadores, purificación del agua y del aire, regulación de plagas y enfermedades, prevención de desastres, recreación, educación, identidad, inspiración y terapéuticos”.
Sin embargo, el sector agropecuario de Jalisco se ha expandido de forma drástica y acelerada en un lapso corto de tiempo, y eso ha generado externalidades sobre la biodiversidad del estado, por ejemplo: “en 2016 el valor de la producción pecuaria creció 66 por ciento respecto al año 2010, pasando de 40 a más de 76 mil millones de pesos”.
Por ello, esta estrategia señala sin ambages que la actividad agropecuaria es, tal vez, la actividad de mayor impacto histórico sobre la biodiversidad de Jalisco, lo que se refleja principalmente en la pérdida de vegetación a través de la deforestación, la degradación de bosques y suelos por sobrepastoreo y prácticas agrícolas inadecuadas, como la quema de residuos agrícolas y su impacto en la generación de incendios forestales, así como en la contaminación de cuerpos de agua y la generación de emisiones de gases de efecto invernadero.
La colisión del sector agropecuario en la biodiversidad
La riqueza medioambiental de Jalisco es una de las más importantes en el país, pues “es el cuarto lugar en biodiversidad nacional (después de Oaxaca, Chiapas y Veracruz) y cuenta con 80 por ciento de los tipos de vegetación existentes en el país, junto con aproximadamente 30 por ciento de la flora mexicana registrada”, indica el documento.
Esto se traduce en que en el estado hay 6 mil 023 tipos de plantas y 6 mil 461 de animales; y en que alberga el 36 por ciento de la riqueza de mamíferos, 53 por ciento de aves, 19.9 por ciento de reptiles, 14.2 por ciento de anfibios y 24.88 por ciento de peces, en relación a los registros nacionales.
Sin embargo, el entorno biodiverso del estado aloja a uno de los mayores motores agropecuarios de México.
“En 2017 aportó el 12 por ciento al Producto Interno Bruto Agropecuario Nacional (PIB Agrícola Nacional), lo cual representó un valor de 67.8 mil millones de pesos en producción agrícola, y es el líder nacional del aporte del PIB Agrícola Nacional”, según complementa la “Estrategia del Estado de Jalisco para la Integración de la Biodiversidad en los Sectores Agropecuario, Pesquero-Acuícola y Forestal.
Por ello, la Visión (meta) al 2030 que fija este último documento, señala que los sectores agropecuario, pesquero-acuícola y forestal del estado de Jalisco integran de forma efectiva y creciente el uso sustentable y la conservación de la biodiversidad en sus planes, programas y acciones, con el fin de garantizar las aportaciones de cada uno de estos tres sectores al desarrollo sustentable, la productividad y la seguridad alimentaria del estado, contribuyendo, a su vez, al bienestar de la sociedad y a la conservación de los servicios ecosistémicos.
La Estrategia
Para lograr esa visión de un sector agropecuario sustentable, la “Estrategia del Estado de Jalisco para la Integración de la Biodiversidad en los Sectores Agropecuario, Pesquero-Acuícola y Forestal” diseñó tres grandes ejes estratégicos: Eje Sustantivo, Eje de Coordinación y Eje de Soporte.
El Eje Sustantivo son “las tareas centrales para lograr integrar la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad en cada uno de los tres sectores”.
Esto se logrará a través de la participación y capacitación para la integración y valoración de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos; la identificación del impacto sectorial en la biodiversidad y manejo sustentable con desarrollo de buenas prácticas; y a través de Instrumentos de gestión y fomento de la producción sostenible y protección de la biodiversidad.
El Eje de Coordinación “promueve la vinculación e interrelación de las diferentes instancias e instrumentos institucionales para facilitar la integración de la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad dentro y fuera de cada sector”.
Dicho eje incluye las líneas Coordinación intersectorial e interinstitucional para el desarrollo económico y ambiental; Instrumentos de planeación sectorial para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad; y Comunicación y difusión sobre biodiversidad y servicios ecosistémicos.
Y finalmente, el Eje de Soporte consistente en “acciones y elementos requeridos para lograr el suministro de los insumos y la habilitación de atribuciones necesarias a nivel institucional para integrar la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad”.
Las líneas que sigue el eje son: Financiamiento para la producción sustentable; Marco jurídico; y Evaluación y seguimiento.