Salir de fiesta a bares o antros no debería ser un acto que ponga en riesgo la salud de las personas; sin embargo, la exposición al consumo de bebidas adulteradas es tanta que el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia Ciudad de México (CCSJCM) calcula que entre un 95% y un 98% de estos delitos quedan impunes debido a la falta de denuncia por parte de las víctimas.
El spiking consiste en adulterar la bebida de una persona sin su consentimiento para abusar de ella.
De acuerdo con la doctora Mireille Arango, toxicóloga del hospital Ángeles Lomas, las drogas de abuso más frecuentes son: escopolamina, ketamina, benzodiacepinas (diazepam, alprazolam, clonazepam) y el GHB (éxtasis líquido), que tienen como efecto inmediato la pérdida de la voluntad, conciencia y autonomía de quien las consume, lo que permite al perpetrador realizar diversos tipos de abusos.
“Todas estas sustancias, lo que buscan, es la sumisión química“, explica la doctora para Reporte Indigo, ya que, entre otros efectos, se destaca la pérdida de la memoria a corto plazo.
Como el “spiking” va de la mano con el consumo de bebidas alcohólicas, “muchas veces piensan los pacientes que se les pasaron las copas”, agrega Arango.
De acuerdo con los datos del CCSJCM, solamente el 5% de los hombres y el 2% de las mujeres se atreven a denunciar este acto, por lo que los perpetradores tienen hasta un 98% de probabilidad de que jamás serán investigados por las autoridades, lo que vuelve muy atractivo este delito para ciertas personas.
Salvador Guerrero Chiprés, presidente del CCSJCM, dice a Reporte Indigo que es de suma importancia la denuncia, el seguimiento y el acompañamiento a la víctima.
“En el caso de las mujeres, sobre todo, denunciar es de mucho menor atractivo que en el caso de los hombres, porque antes hubo una recomendación donde les dijeron ‘no vayas a este lugar’ […]”, refiere durante la entrevista.
En bares, antros y fiestas privadas… el spiking no perdona
El spiking se da tanto en fiestas privadas como en bares, cantinas y antros; sin embargo, éstos últimos representan el foco rojo en relación a esta actividad, por lo que Diego del Campo, gerente de bares con casi 20 años de experiencia, explica algunos pormenores de este delito.
El Coordinador general de Garage 51 relata que, en ocasiones, el “spiking” se da por parte de células del crimen organizado que extorsionan a los establecimientos; también dice que puede ser un acto individual de algún mesero, por lo que, como responsable de un bar, cuida mucho el tipo de contrataciones que hace, pues desde la misma entrevista de trabajo los delincuentes miden el potencial de cada establecimiento.
Asimismo, cuenta que los depredadores suelen identificar “a los chavitos que se ve que no salen mucho”, por lo que abusan de su desconocimiento para robarlos.
“Es el gancho. Llegan, te invitan un trago y pues una cosa lleva a la otra. Los chavitos piensan a esa edad que todos son sus amigos y pues no”, asegura en entrevista.
Estas son las principales víctimas de spiking
Salvador Guerrero Chiprés, expresa que “normalmente, (las víctimas) nos dicen que nunca se dieron cuenta de cuándo pasó y cómo pasó” y que los síntomas son diversos: aletargamiento, adormecimiento, pérdida de capacidades cognitivas, mareos, etcétera, por lo que advierte que “son experiencias muy variadas según la sustancia que se ingiera”.
Por su parte, Liliana y Mariana, quienes fueron víctimas de alcohol adulterado en un bar de Zona Rosa y en una fiesta privada, respectivamente, cuentan que tuvieron que ser auxiliadas por sus amigos para poder permanecer seguras.
Liliana relata que en un bar en la alcaldía Cuauhtémoc ingirió cerveza preparada (con chile, limon, gomitas y jugo de jitomate), pero a los pocos tragos, mientras mantenía una conversación con un amigo, se desvaneció.
Tras la pérdida del conocimiento, sus amigos y personal del bar la auxiliaron para reincorporarse y una amiga la llevó a una unidad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la colonia Roma, donde le dijeron que fue por beber alcohol, pero jamás le hicieron un exámen toxicológico.
“Cuando me incorporo, tenía muchísimo frío, me dolía mucho la cabeza, me temblaba todo el cuerpo […] Yo sentí como que minimizaron mi caso porque me dijeron ‘fue tu borrachera‘, cuando prácticamente no había tomado nada”.
Mientras que Mariana cuenta que en una fiesta privada unos hombres (conocidos de sus amigas) comenzaron a preparar micheladas y que uno de ese grupo le entregó una a ella y a sus amigas, posteriormente le dio un trago y detectó un sabor irregular, por lo que dejó de tomar; sin embargo, con ese trago fue suficiente para perder la conciencia.
“Transcurrió un rato y después me desmayé. se me borró el cassette hasta el siguiente día”, dice sobre aquella fiesta, donde sus amigas la cuidaron tras su percance.
¿Cómo cuidarse del spiking?
Tanto la doctora Mireille Arango, como Salvador Guerrero y Diego Martín Del Campo, coinciden en que la cultura de la prevención es la manera más fácil de prevenir el spiking.
Desde planear la salida con personas de confianza en un lugar seguro, pasando por el conocimiento del sabor del licor que se va a ingerir, hasta el reconocimiento de la resistencia alcohólica, son elementos vitales para el autocuidado.
Asimismo, en caso de ser víctima, tener la confianza de denunciar el hecho, pues el no denunciar hace que más del 95% de los delincuentes que cometen este delito permanezcan fuera de la óptica de la policía.
Asimismo, el CCSJCM tiene publicado un decálogo del autocuidado nocturno para no ser víctima de la adulteración de bebidas.