Basura y desperdicios ‘alimentan’ presa La Boca en NL

Uno de los afluentes que nutren de agua a la presa La Boca en el municipio de Santiago está rodeado de bolsas, envases, basura plástica y otros desperdicios que arroja la gente en una cañada cercana al río
Alejandro del Toro García Alejandro del Toro García Publicado el
Comparte esta nota

La gran cantidad de basura y desperdicios que se encuentra en uno de los ríos que nutre de agua la presa La Boca hace pensar si la población neolonesa realmente aprendió a valorar el vital líquido tras la sequía.

El embalse, ubicado en el municipio de Santiago, es uno de los suministros de agua más importantes para la zona sur de la ciudad de Monterrey.

En el mes de marzo del año pasado, la presa La Boca llegó a tener niveles de hasta 13 por ciento de su capacidad, que es de 35 millones de metros cúbicos.

En la actualidad, según datos de Agua y Drenaje de Monterrey (AyD), la presa cuenta con 25.5 millones de metros cúbicos, aproximadamente un 70 por ciento de su capacidad total.

Una desagradable realidad

Reporte Indigo pudo constatar que por el afluente es fácil detectar basura plástica de todo tipo, desde llantas hasta cajas y cacharros. Incluso durante el recorrido realizado se observó la tapa de un retrete.

Aunque el agua proviene de fuentes naturales a través de ríos que descienden de la sierra de Santiago, la problemática es que al llegar a los puntos más poblados en su trayectoria, la acción humana comienza a contaminar.

Si bien el líquido de esta presa pasa por procesos de potabilización en la planta La Boca de la paraestatal AyD, la realidad es que en su trayecto el agua llega muy sucia al sitio: simplemente al acercarse al río se percibe un olor desagradable, sobre todo en los sitios donde se estanca y se mezcla con la basura.

Basura en río que alimenta de agua la presa La Boca en Santiago Nuevo León
La presencia humana es evidente ante la gran cantidad de basura en el afluente. Foto: Víctor Hernández

Estos desechos plásticos afectan a la flora, a las especies acuáticas y a los seres humanos, además que pueden tardar cientos de años en descomponerse.

Los plásticos liberan en el agua aditivos como ftalatos y bisfenol, los cuales provocan efectos hormonales negativos como alterar el sistema hormonal de vertebrados e invertebrados.

El cuestionamiento ante el panorama de contaminación es qué hacen las autoridades municipales de Santiago, y cómo puede la propia comunidad neolonesa contrarrestar este daño.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil