Baños mixtos: la inclusión en un país de prejuicios
Los proyectos de baños mixtos son internacionales. Universidades de países como Estados Unidos, Suecia, Inglaterra, Canadá, México y Argentina han emprendido este tipo de sanitarios para tratar de acabar con las corrientes de ideología de separar los espacios públicos entre hombre y mujeres
Gibrán ZafraLa sociedad en general tiene en su casa uno o varios baños que son utilizados por hombres, mujeres, visitas y familiares sin distinción. Eso es lo común, la generalidad. De esa lógica parte el proyecto de crear sanitarios mixtos o incluyentes, el cual inició en una universidad privada y ha sido replicado en planteles de otra pública de la Ciudad de México, buscando cambiar la imagen de división de espacios.
Entre septiembre y octubre de 2017, la Universidad Iberoamericana abrió cerca de 14 baños para todo género en su plantel ubicado en Santa Fe. Aunque en un principio el proyecto tuvo críticas y especulaciones, ha servido para que la comunidad universitaria lo normalice y lo vea como un asunto de igualdad en su día a día.
“Nosotros los llamamos baños incluyentes, porque tienen esa finalidad: que las personas que así lo decidan lo puedan utilizar, poder ir al baño libremente, un baño similar al que tiene la gente común en su casa; incluso en muchos restaurantes existen los baños compartidos”, explicó en entrevista la maestra Elvia González del Pliego, coordinadora del Programa Asuntos de Género de esa institución.
En enero pasado, la FES Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), anunció que abriría en su plantel un baño mixto en busca de combatir la discriminación por identidad de género. Dos meses después en los primeros días de marzo, la FES Aragón ejecutó el mismo proyecto en busca de romper paradigmas y lograr los mismo derechos para todas las personas.
“Toda persona puede usar este baño sin importar identidad y expresión de género”, se lee en el letrero de los sanitarios de la Ibero, donde se ven dibujados a un hombre, una mujer, una representación de alguien con la mitad de los géneros así como una persona en sillas de ruedas.
Sobre las críticas que ha recibido el proyecto, la maestra González del Pliego aseguró que son cuestiones de desconocimiento, ignorancia y grandes prejuicios. “Mi opinión es que todos los prejuicios que pueda tener la gente en la cabeza sobre temas de género, sobre división de espacios, roles de hombres y mujeres, los transfieren en su imaginario a esos espacios, siempre van a pasar esas historia de hablar sin conocerlos y sin utilizarlos”.
La coordinadora del Programa Asuntos de Género dijo que dentro de la comunidad universitaria han logrado con el proyecto que se entienda que no se transgrede ni la seguridad ni la integridad de nadie; además agregó que se trata de temas de evolución y desarrollo de una sociedad.
“Hay mucho trabajo por hacer, todavía falta una cultura donde la gente pueda ir y vea como algo normal que son baños para todas las personas; yo no sé si las oficinas públicas estarían en disposición de hacer algo así. Debemos de trabajar en el imaginario social. Así como alguna vez existieron baños para personas de color y personas blancas, por fin se entendió en una absoluta ridiculez”, concluyó en entrevista la catedrática.
Un fenómeno internacional
Los proyectos de baños mixtos son internacionales. Universidades de países como Estados Unidos, Suecia, Inglaterra, Canadá y Argentina han emprendido este tipo de sanitarios para tratar de acabar con las corrientes de ideología de separar los espacios públicos entre hombre y mujeres.
Instituciones como la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, así como las argentinas de Córdoba, La Plata y Buenos Aires, también lo han implementado a principio del año.
En febrero pasado, la Universidad de Dublín anunció que pondrá en funcionamiento 170 sanitarios incluyentes en sus instalaciones; además, buscarán adaptar las instalaciones de la institución para que ningún color determine el sexo de las personas.