Con una sonrisa en el rostro, Gilberto Mendoza se subió a un escenario. Frente a él, más de una docena de personas esperaban escuchar su rutina de stand up, el primer show que hacía en su vida.
A pesar de las miradas clavadas en él, el joven de 27 años logró su cometido: hablar de VIH, el virus que le fue diagnosticado en 2019 y al que hoy en día busca quitarle el estigma social como lo peor que le podría suceder a alguien.
“Cuando tenía que pensar sobre qué hacer mi rutina, me dije: ¿Por qué no reírnos de algo que toda la vida nos dicen que debemos tenerle miedo? Al hacerlo es una manera de apropiarnos de las cosas, de decir ‘es mío, es mi diagnóstico y quiero reírme de algo que dicen debo respetar y hablarle de usted’, y sí, es una pandemia que sigue matando personas, pero en el otro sentido no tenemos que tenerle siempre temor”, comparte.
Fue a través de la Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivxs donde Gilberto aprendió a unir el arte con la información para hacer visible el diagnóstico y que más personas entiendan que no es negativo vivir con VIH.
“La Red me dio esta oportunidad para utilizar mi voz como una herramienta, porque aunque en un inicio si se piensa en VIH se viene a la mente que vas a morir o qué van a decir nuestros papás, tiene otras mil cosas positivas.
“Es un impulso para todo, te da la capacidad de convertir algo que pudo ser lo peor de tu vida en algo que es lo mejor que te pudo pasar. Te das cuenta que debes desarrollar otras partes de tu cuerpo como la salud mental”, señala Gilberto.
Para el joven profesionista en Ciencias Políticas y Administración Pública, “hablar sin tapujos” sobre VIH también es una herramienta revolucionaria para que otras personas se sientan identificadas y sepan que sus vidas no terminarán si son diagnosticadas con el virus.
Además, pretende que la gente llegue a reconocerse y valorarse aún cuando haya personas que decidan alejarse de sus vidas por poseer el virus, algo que él mismo vivió con amigos de la universidad.
“Por otro lado, también es chido porque nueva gente llega a tu vida, conoces a personas con el mismo diagnóstico que tú y que están luchando por lo mismo. Ahí te das cuenta que no estás solo, surgen grandes amistades en lugares como esta Red, espacios en los que encuentras a tus pares.
“Sin embargo, es también por la misma soledad que puedes llegar a tener al inicio que es importante la atención psicológica porque te ayuda a enfrentar los comentarios negativos”, comparte.
Hoy en día, Gilberto es coordinador de la Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivxs en Ciudad de México, la cual integran 50 miembros en su mayoría de 15 a 29 años, quienes se reúnen tanto en línea como de manera presencial para coincidir en actividades como clases de baile o informativas de la mano de un experto.
En México, la Red está presente en otros estados como Veracruz y Yucatán, y a su vez forma parte de la misma cadena en el resto de América Latina y el Caribe y del Global Network of People living with HIV.
A través de esa organización, Gilberto tuvo la oportunidad de viajar a Sudáfrica para hablar de su experiencia y de cómo es la respuesta de México ante los diagnósticos; una experiencia que obtuvo a través de una convocatoria y una entrevista previa para participar.
De la mano de la Red, el activista también ha colaborado en la publicación del Manual para las Juventudes con VIH en Ciudad de México, un material impreso y digital que responde a las preguntas esenciales que hay sobre el virus, como los lugares en los que se pueden realizar pruebas.
A finales de este año se han publicado dos ediciones del Manual, la segunda con ayuda de marcas como Levi´s y que están disponibles en clínicas de salud de Iztapalapa. En la tercera se prevé que puedan abordarse temas como el VIH y el cristal y la Viruela del Mono.
“Este es un trabajo difícil porque al final es por amor al arte, no recibimos ningún ingreso; entonces, se trata de mantener un equipo equilibrado, que al final es lo más enriquecedor de esta organización”, dice.
El comienzo de todo el activismo para visibilizar el VIH
Gilberto se enteró de su diagnóstico a través de una prueba rápida, la cual confirmó en una clínica ubicada en la Condesa, donde le ofrecieron atención mental para saber afrontar la situación.
Un día, después de salir de consulta con su psicólogo, vio que un actor con VIH hacía activismo, lo que lo motivó a buscar sitios en los que pudiera hacer lo mismo. En Twitter, se encontró con diferentes organizaciones y eventos enfocados en el virus.
“Busqué y así fue como di con la Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivxs. De todos los colectivos fue el que me llamó la atención porque era una red de jóvenes, me encontré con personas menores que yo quienes además de su diagnóstico tenían otras actividades, eso te motiva, te da un impulso para ser parte del cambio”, resalta Gilberto.
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