La rivalidad entre dos grupos del crimen organizado en Guerrero, en disputa desde hace años por el trasiego de heroína hacia Estados Unidos, fue el detonador que marcó la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que a 10 años de los hechos, sigue siendo un misterio lo que ocurrió.
La teoría supone que en septiembre de 2014, mes de la desaparición de los jóvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural ‘Raúl Isidro Burgos’ de Ayotzinapa, en Iguala, era una ‘zona caliente’ del estado controlada por el cártel de los Beltrán Leyva y el cártel de la Familia Michoacana quienes, como hasta hoy, se disputan el control del cultivo de amapola en las montañas de Guerrero.
En ese entonces, los Beltrán Leyva que dirigían uno de los cárteles más poderosos, estaban asociados con diversos cárteles locales, entre ellos ‘Los Ardillos’, ‘Los Tequileros’ y ‘Los Rojos’, quienes a su vez tenían una disputa muy marcada con ‘Guerreros Unidos’, ligados a La Familia Michoacana.
Este escenario de disputa sustenta la tesis de que los jóvenes normalistas fueron confundidos con miembros de grupos criminales, asesinados y desaparecidos por órdenes militares, según recogen los periodistas José Luis Montenegro y Jesús Lemus Barajas en su podcast ‘Mundo Narco’.
En aquel momento, los Beltrán Leyva estaban comandados por Clara Elena Laborín Archuleta, esposa de Héctor Beltrán Leyva, quien mantenía el control y la relación con ‘Los Rojos’; mientras que La Familia Michoacana estaba al mando de Jesús Méndez Vargas alias ‘El Chango’.
¿Qué pasó la noche del 26 de septiembre de 2014?
La noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala Guerrero tuvo lugar uno de los episodios de violencia y violación de Derechos Humanos que dieron un giro de 180 grados a la historia reciente de México, cuando un grupo de estudiantes de la Normal, de entre 17 y 25 años, acudió a aquella ciudad para abordar autobuses para participar, como cada año, en la conmemoración del 2 de octubre, recordando la represión y asesinato de estudiantes en la capital del país en 1968.
Sin embargo, todo cambió cuando, según se ha descubierto con el paso de los años y las investigaciones: policías de Iguala abrieron fuego a los autobuses para impedir que los estudiantes salieran de la ciudad. Las fuerzas policias fueron auxiliadas por civiles (que después se descubriría que eran miembros de Guerreros Unidos) para cerrar el paso a cinco autobuses, donde fueron detenidos 43 estudiantes, que más tarde habrían de ser desaparecidos.
Esa misma noche y hasta la madrugada del 27 de septiembre, continuaron las agresiones contra los estudiantes y la población, principalmente por parte del crimen organizado, que dio como resultado 43 jóvenes estudiantes que siguen desaparecidos y seis personas ejecutadas, entre ellas tres normalistas, incluyendo a un joven cuyo cuerpo apareció al día siguiente con muestras de tortura.
‘Los Rojos’ vs ‘Guerreros Unidos’, la historia
‘Los Rojos’ y ‘Guerreros Unidos’ son grupos antagónicos desde su origen, el primero vinculado a los Beltrán Leyva y, el segundo, a la Familia Michoacana.
‘Los Rojos’, fundado por Jesús Nava
El Cártel de Los Rojos fue liderado en un principio por los hermanos Arturo ‘El Barbas’ y Héctor ‘El Ingeniero’, así como Alfredo ‘El Mochomo’ y Jesús Nava Romero alias ‘El Rojo’, el fundador y quien murió abatido en diciembre de 2009, un grupo del crimen organizado que contaba con una relevante participación en el trasiego de droga hacía Estados Unidos.
Tras los hechos ocurridos en Ayotzinapa, la rivalidad con cárteles locales, principalmente ‘Guerreros Unidos’ fue en escalada, abarcando su dominio en un mayor número de localidades e incluso extendiéndose por los estados de Puebla y de Morelos.
Una de las figuras claves ligada a la desaparición de los 43 normalistas, y parte de este grupo delictivo es Santiago Mazari Hernández, alias ‘El Carrete’, quien fue detenido cuando estaban por cumplirse cinco años de la tragedia y trasladado a Puente Grande, sumando cuatro auto de formal prisión por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).
‘Guerreros Unidos’
Este grupo criminal se desprende del Cártel de los Beltrán Leyva y se conformó tras la muerte de su líder Arturo Beltrán Leyva en 2009. Fue fundado por Mario Casarrubias Salgado, alias ‘El Sapo Guapo’, quien se desempeñaba como parte del equipo de seguridad de la organización de los Beltrán Leyva.
Junto con Casarrubias, estaban también Cleotilde Toribio Rentería, alias ‘El Tilde’, quien era miembro del escuadrón de la muerte del sicario de la misma organización, Edgar Valdez Villarreal, alias ‘La Barbie’; así como por varios guardaespaldas que formaban parte del mismo grupo criminal dedicado a la extorsión, secuestro y también tráfico de heroína.
Este grupo criminal se caracteriza por por el uso de violencia extrema y prácticas agresivas, lo que prendido las alarmas constantes de las fuerzas de seguridad estatales, lo que aviva la amenaza su supervivencia a largo plazo.
Hace un año, en el marco del noveno aniversario de la masacre de Ayotzinapa, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador reveló que este grupo delictivo sobornó a militares, con vínculos en los tres órdenes de gobierno.
Y a pocos días de que se cumplan 10 años de los hechos, las autoridades federales y locales detuvieron recientemente a Gildardo López Astudillo alias ‘El Gil’ o ‘El Cabo’, líder del grupo criminal vinculado directamente en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La ‘verdad histórica’ difiere de versión del COVAJ
En septiembre de 2023, justo hace un año, el entonces subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, dijo en el segundo informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia (COVAJ) que la mal llamada verdad histórica acusa que integrantes de ‘Guerreros Unidos’ incineraron a los estudiantes en el basurero de Cocula por tratarse de supuestos integrantes de un grupo contrario, denominados ‘Los Rojos’.
Sin embargo, la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa (CoVAJ) reveló que, al considerar las condiciones climáticas del terreno y la vegetación, dicho evento no pudo haber sucedido.
Además de que, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos tras la salida de la terminal de autobuses, en tanto que del análisis de las comunicaciones telefónicas y testimonios recabados, se desprende que los estudiantes fueron divididos en al menos tres grupos y llevados a diferentes destinos.