Avanza empoderamiento criminal de las mujeres
De acuerdo a la organización Equis Justicia para las Mujeres A.C., la pobreza, un bajo nivel educativo y hasta el amor son algunos de los factores que han llevado a las féminas ha tomar un papel activo en la vida delincuencial del país y a incrementar la población carcelaria a nivel estatal y federal
J. Jesús LemusEl empoderamiento de las mujeres crece en nuestra sociedad, pero no sólo para bien pues este sector ha participado más en la vida delincuencial del país, según lo reflejan las cifras de mujeres que se encuentran procesadas y/o sentenciadas en las cárceles federales y estatales de todo el país.
Se estima que a la fecha son más de mil 121 mujeres las recluidas en cárceles federales y cerca de 9 mil 601 las que permanecen en prisiones estatales.
Actualmente representan casi el 5.1 por ciento de toda la población carcelaria, la mayoría de los procesos penales enfrentados están relacionados con las drogas.
Entre los detonantes principales para que este sector de la población se involucre en la comisión de delitos del orden federal y del fuero común, destacan la pobreza y la procedencia de hogares y comunidades marginadas, según lo reconoce la organización Equis Justicia para las Mujeres A.C.
También se reconoce que muchas de las mujeres en prisión cuentan con un bajo nivel educativo, y que la mayoría de ellas se dedicaba a actividades informales, como limpieza de casas, lavado y planchado de ropa, elaboración de alimentos, venta informal en semáforos. Y algunas con una historia de vida marcada por la violencia, incluyendo la sexual.
Por esas razones la citada organización presentó una propuesta de reforma judicial para mujeres encarceladas que pretende eliminar el carácter oficioso de la prisión preventiva por delitos contra la salud y armonizar la Ley General de Salud, a fin de quitar la catalogación de los delitos como graves y la imposición de la prisión preventiva.
En dicha propuesta también se recomienda “revisar las penas establecidas para delitos contra la salud, sobre todo a nivel federal, y considerar la reducción de las mismas, así como la introducción de factores atenuantes”, en donde se considera que “un elemento que puede favorecer la proporcionalidad es la eliminación de la pena mínima como figura obligatoria”.
Esta propuesta civil considera que “las mujeres recluidas y sus hijos e hijas sufren de manera desproporcionada los impactos del encarcelamiento”, lo que se debe, en primera instancia, a las situaciones de vulnerabilidad de las que proceden y a cómo éstas se recrudecen en los espacios penitenciarios de todo el país, donde la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha reconocido condiciones de maltrato.
Población en aumento
De todas las cárceles federales, la que registra mayor población de mujeres a la fecha es el Centro Federal de Readaptación Psicosocial número 16 de Morelos, en donde se encuentran mil 117 mujeres, de las que el 50 por ciento ya cuentan con sentencia condenatoria, y la otra mitad está en el desahogo de su proceso penal.
En el complejo federal de las Islas Marías se encuentran recluidas cuatro mujeres también con sentencia condenatoria, mientras que en las cárceles estatales se registra casi el 70 por ciento de las más de 9 mil mujeres internas aún en desahogo de sus procesos penales y casi el 2 por ciento vive con por lo menos un hijo en prisión.
De acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en su informe especial sobre “Las Condiciones de Hijas e Hijos de las Mujeres Privadas de la Libertad”, el número de mujeres que viven con hijos en prisión ha aumentado desde el 2013, cuando había solo 396 casos, para llegar al cierre del 2016 con 618.
Población en cárceles federales y estatales
En una respuesta otorgada a Reporte Indigo vía transparencia, el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS) del Gobierno federal, establece que:
Prisiones federales
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Prisiones estatales
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Mujeres y cárteles
El cártel de los Arellano Félix no registra ninguna procesada o sentenciada en penales federales sea asociada a su labor delictiva, según lo reconoce el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social.
Pero los principales grupos de las drogas que operan en el país, como Los Caballeros Templaros, como el de La Familia Michoacana, del Golfo, de Jalisco Nueva Generación, de Juárez, de los Hermanos Beltrán Leyva, de Sinaloa y de Los Zetas, registran mujeres procesadas y sentenciadas por su pertenencia a estructuras delictivas.
“Las redes de tráfico de drogas reclutan a las mujeres más vulnerables para desempeñarse en los roles más bajos y peligrosos”, señala la organización Equis Justicia para las Mujeres A.C., “suelen ser reclutadas por la pareja o por el grupo familiar”, y ven en los delitos de drogas una manera de percibir ganancias rápidas.
De acuerdo a la organización no gubernamental, los delitos de drogas en los que se ven involucradas muchas mujeres “son también delitos ‘de amor’ o ‘de género’, pero una vez que son encarceladas, las mujeres suelen ser abandonadas por las personas que las involucraron. Esto no es exclusivo de los delitos de drogas, un patrón parecido se registra en casos de secuestro y extorsión”.