Autos que se desvanecen

La complejidad y la presencia de una honda corrupción en el proceso de devolución de los automóviles robados en Jalisco, que llegan a ser recuperados por las autoridades, está llevando a que cada año cientos de estos vehículos no sean retornados a sus dueños. 

La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) ha constatado que personal de la Fiscalía General exige dádivas a los propietarios de los autos que son encontrados, con las que condicionan una entrega pronta del bien, y si no acceden al pago, se atienen a las consecuencias. 

Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
Comparte esta nota

“Especialmente el robo de autos se convierte en un suplicio para la víctima, porque tarda meses en recuperar su automotor y con el previo pago del depósito vehicular donde se encontró alojado durante el tiempo de la investigación”
Guillermo Martínez Moradiputado local
https://www.youtube.com/watch?v=OTeKPwKy1uI

La complejidad y la presencia de una honda corrupción en el proceso de devolución de los automóviles robados en Jalisco, que llegan a ser recuperados por las autoridades, está llevando a que cada año cientos de estos vehículos no sean retornados a sus dueños. 

La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) ha constatado que personal de la Fiscalía General exige dádivas a los propietarios de los autos que son encontrados, con las que condicionan una entrega pronta del bien, y si no acceden al pago, se atienen a las consecuencias. 

En estas componendas estarían involucrados peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), que obstaculizan la emisión de los dictámenes de identificación de los autos hallados, necesarios para su liberación.  

Esto pone a la víctima en un dilema: pagar el soborno y corromperse para obtener en pocos días el auto que le robaron o negarse al contubernio, pero siendo revictimizada con una tardanza deliberada de 10 meses o más antes de que se le devuelva lo que es suyo. 

Este problema, sin embargo, no es generalizado en la dependencia. Su Fiscalía Central que ve los robos en la metrópoli de Guadalajara (con Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá), tiene porcentajes mínimos de autos que no fueron devueltos a sus dueños, pero fuera de ahí, en el resto de Jalisco, la gravedad es otra: 

En la Fiscalía Regional, que se encarga de los robos de vehículos en todo el Estado con excepción de Guadalajara, la mitad de todos los que se recobran no llegan a ser retornados a sus dueños. 

Esta Fiscalía Regional reporta que de 2007 a 2015 se recuperaron 5 mil 906 autos de los 17 mil 823 que se robaron en el interior del estado (el 33 por ciento), sin embargo, no le regresó a sus propietarios 2 mil 789, es decir, la mitad de todos los recobrados (47 por ciento). 

Si se analiza solo la actual administración estatal, de 2013 a 2015, la Fiscalía Regional reporta la recuperación de 2 mil 614 autos de los 6 mil 100 robados (el 43 por ciento), pero no devolvió a las víctimas mil 159: el 44 por ciento de los hallados.

El peor registro es de 2011, ese año no se le devolvió a sus dueños siete de cada 10 autos recuperados (68 por ciento) en el interior del Estado; en 2012 bajó a 51 por ciento; en 2013 fue el 54 por ciento, en 2014 el 48 por ciento, mientras que el mejor es el de 2008, sólo 38 por ciento.  

Cuando se suman también los autos recuperados que no fueron restituidos en Guadalajara desde 2007, son 2 mil 993 los que no han vuelto a las manos de sus dueños, mil 190 de estos en la actual gestión (40 por ciento). 

Laberinto

¿Qué es lo que lleva a que mientras en Guadalajara es mínima la proporción de autos recuperados que no se devuelven a sus dueños (menos de un punto porcentual), en el resto de Jalisco esto pasa con la mitad de las unidades?  

Así lo justifica la Fiscalía Regional:

“Se encuentran aún en corralones; se remitieron al Ministerio Público (MP); los vehículos están remarcados; los dueños no han ido a recogerlos; se consignaron a juzgado; se pusieron a disposición del juez; no se acreditó la propiedad o no se encuentra acreditada la propiedad; falta de interés del propietario”.

Pero omitió hablar de la corrupción. En su recomendación 9/2015, la CEDHJ documentó esta historia reveladora:

Un hombre es víctima del delito el 3 de junio de 2013, en El Salto, ahí le roban su camioneta y acude al MP a denunciar. El hallazgo del vehículo se da en unos cuantos días en Zapotlanejo, inexplicablemente, el agente del MP del lugar decide no hacérselo saber de inmediato. 

Luego de dilatar innecesariamente la espera de la víctima por dos meses, el 13 de agosto la agencia de Zapotlanejo finalmente le llama para comunicarle que su camioneta había sido encontrada. 

El 14 de agosto el hombre acude al MP para acreditar su bien, ahí se le informa que el IJCF hará un dictamen de identificación, y que podrá tener su camioneta al día siguiente, siempre y cuando entregue una dádiva de 3 mil 500 pesos. 

Él se niega, se le advierte entonces que los trámites demorarán de 15 a 22 días, no hay problema, les responde, puede esperar. Las consecuencias de su decisión fueron inmediatas: 

El agente de Zapotlanejo debía remitir el expediente a El Salto (donde se denunció el delito), pero este paso no lo dio sino hasta transcurridos otros dos meses, solo porque sí, lo hizo hasta octubre, cuatro meses después del hallazgo de la camioneta. 

Al mes siguiente, en noviembre, el agente de El Salto le notifica a la víctima que sus documentos se “extraviaron” en la agencia de Zapotlanejo, por lo que tendría que volver a presentarlos, y así lo hizo. 

En diciembre de 2013, cuando al fin se realizaría el dictamen de identificación del IJCF, su perito reporta que la camioneta no fue hallada en el depósito señalado (Grúas Zapotlanejo), por lo que el trámite no pudo llevarse a cabo. 

No sería sino hasta abril del 2014 que se concreta el dictamen del IJCF que libera su camioneta tras casi un año de espera; y cuando va por ella al depósito, se entera que tiene una deuda por 15 mil pesos que debe cubrir por todo el tiempo que se mantuvo retenida. 

El saldo de su negativa a participar en un acto de corrupción: la entrega aplazada de su camioneta por 10 meses desde que fue hallada, y un cobro inmerecido de 15 mil pesos. 

La CEDHJ confirmó, por cierto, que el perito del primer dictamen del IJCF nunca acudió al depósito, donde siempre estuvo la camioneta. 

Suplicio para recuperar

Ha habido intentos por corregir lo tortuoso de este proceso: en 2012 se inauguró un Centro Vehicular de Devolución Inmediata, aún sin impactar en los indicadores, y en septiembre se presentó una iniciativa por el diputado Guillermo Martínez Mora. 

Ahí plantea un artículo 122 quáter en el Código de Procedimientos Penales para que el MP emita en no más de 48 horas los dictámenes requeridos en estos robos.  

Dice: “Especialmente el robo de autos se convierte en un suplicio para la víctima, porque tarda meses en recuperar su automotor y con el previo pago del depósito vehicular donde se encontró alojado durante el tiempo de la investigación”.

“Muchas veces el pago por el tiempo que duró el auto en el depósito vehicular, asemeja su propio costo o un porcentaje muy cercano a él”, aúna. 

Según esto, el promedio de entrega varía entre 22 días y un mes, pero si el vehículo participó en un hecho delictivo, serán seis meses. 

Los 100 mil

En cifras globales, considerando lo que pasa en Guadalajara y el resto de Jalisco, de 2007 a 2015 se robaron 100 mil 899 automóviles, se recuperaron 29 mil 603 (29.3 por ciento), y 2 mil 993 no se devolvieron a sus dueños. 

Sólo en el actual gobierno (2013-2015) se han robado 36 mil 593 autos, 10 mil 804 se recuperaron (29.5 por ciento) y mil 190 no se retornaron a sus propietarios. 

La mayor incidencia en nueve años es la de 2013, se robaron 16 mil 159 vehículos, más del doble del 2007: 7 mil 425. 

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil