Ausencia de gasolina, ¿fenómeno de redes o contingencia?

Para Felipe Gaytán, investigador en Sociología por la Universidad La Salle, de no restablecerse los servicios a la brevedad el problema podría tomar mayor fuerza y desencadenar una crisis social
Erick Miranda Erick Miranda Publicado el
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La psicosis generada por el desabasto de gasolina en la Ciudad de México continúa agudizándose.

En estaciones de servicio, las largas filas de automóviles y de personas cargando bidones se han convertido en estampas recurrentes, además de un caos vehicular en los alrededores.

Y, aunque inicialmente el “desabasto” fue rechazado tanto por autoridades locales como federales, dicha situación se ha ido agravando, dejando a su paso afectaciones de todo tipo.

Pérdida de tiempo, gastos inesperados, disminución de ingresos y hasta agresiones físicas son algunos de los hechos que se han suscitado al momento de que ciudadanos han acudido a buscar combustible durante los últimos tres días.

Para Felipe Gaytán, investigador en Sociología por la Universidad La Salle, el clima de psicosis generado en la Ciudad de México, y al menos otros ocho estados del país, tiene su origen en dos errores que se cometieron al momento de emprender acciones para combatir el huachicoleo a nivel nacional.

“Esta estrategia tuvo dos grandes errores, los cuales consisten en: una sobrestimación de la capacidad de Pemex, de poder surtir a todas las gasolineras en tiempo y forma; y, un tema de comunicación, donde no se explicó el alcance de lo que iba a suceder ni las probables consecuencias que podrían surgir”.

La incertidumbre comenzó a crecer en los estados más afectados por el huachicol, como Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Puebla y el Estado de México, señala el también catedrático, sin embargo, ese miedo llegó a la capital del país por un “efecto domino”.

“A principios de semana, la Ciudad de México atravesaba por un desabasto y no una escasez; un desbasto originado por un proceso de distribución. Lo que pasó fue que muchas personas vinieron a reabastecerse a la capital y agotaron las reservas de ciertas zonas periféricas, produciendo un ambiente de psicosis y también la circulación de Fake News, mismas que lograron agravar la situación”, asegura.

De no restablecerse los servicios a la brevedad, advierte el especialista, el problema podría tomar mayor fuerza y desencadenar una crisis social, que a su vez podría emparentarse con tintes políticos que afectarían al nuevo Gobierno (tanto local como federal) y que pondrán en duda la eficacia o ineptitud de nuestros gobernantes.

Peligro inminente

Un aumento en la compra y almacenaje de combustibles, puede derivar en periodo de escasez, asegura Felipe Gaytán, sin embargo, existen otro riesgos, tales como:

– Riesgo ecológico, que afectan al medio ambiente por derramamientos o posibilidad de incendios

– Riesgos sociales, que pueden poner en riesgo la integridad de terceros al momento de que dichos materiales son transportados

– Riesgos por especulación, que consisten en la acumulación masiva y una probable reventa ilegal de gasolinas

Medidas ante el desabasto

Para eficientar el uso y consumo de gasolina en la vida cotidiana, el experto señala que deben tomarse en cuenta las siguientes recomendaciones:

– Home office, con el fin de evitar viajes de traslado

– Uso de automóvil compartido, aprovechando el consumo de gasolina y provocando una menor cantidad de vehículos en circulación

– Concientización de la conducción, con la finalidad de evitar maniobras que demanden un mayor gasto de combustible en periodos breves

– Control vehicular, con el propósito de respetar los programas de circulación y las condiciones mecánicas de los automotores

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