Aumenta discriminación a mujeres de la capital
La última edición de la Encuesta Sobre Discriminación del COPRED revela un incremento de la discriminación que viven las mujeres de la capital, quienes ahora son el tercer grupo social más excluido a nivel local; especialistas lo atribuyen a que se ha visibilizado más la problemática y existe más consciencia al respecto
David MartínezEn los últimos cinco años, la discriminación a las mujeres aumentó. Ahora son el tercer grupo más discriminado en la Ciudad de México, señalan autoridades en la materia.
De acuerdo con la Encuesta Sobre Discriminación (EDIS) 2021, del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED) de la Ciudad de México, las mujeres son el tercer grupo social más excluido a nivel local, lo que representa un alza respecto a la edición 2017 del estudio, cuando estaban en el séptimo lugar.
Según la EDIS 2021, el 75 por ciento de la muestra contestó que desde su percepción, las mujeres son de los sectores que más padecen discriminación.
También, revela el estudio, el 38 por ciento de los encuestados para la EDIS, consideró que las mujeres enfrentaron más dificultades y discriminación durante la pandemia de COVID-19 de las que viven cotidianamente.
Especialistas en estudios de género afirman que los resultados del COPRED se deben a que hay nuevas formas de discriminación que se han visibilizado y porque la sociedad es más consciente de la problemática que ha azotado a las mujeres.
Problema histórico
Las mujeres son un sector de la población que vive una discriminación histórica y sistemática, dice Lucía Núñez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Agrega que los resultados del COPRED indican que hay más conciencia del problema que padecen las mujeres a diario, afirma la especialista.
Argumenta que actualmente la sociedad es más consciente y conoce más sobre la discriminación hacia las mujeres por los movimientos feministas y porque también se habla más de feminismo y de la violencia de género en medios de comunicación.
“Se está evidenciando más porque se habla más de eso gracias a los grupos amplios de mujeres y feministas, que han tomado más fuerza gracias a la denuncia”, explica.
En la Ciudad de México, las movilizaciones feministas se intensificaron desde el 2019, debido a un repunte de feminicidios y violencia de género a nivel local que ha seguido en aumento y que entonces obligó a decretar la Alerta Por Violencia Contra Las Mujeres en la metrópoli.
También, el 9 de marzo de 2020, tuvo lugar el primer paro nacional femenino: se documentó en diversos medios de comunicación que miles de mujeres no asistieron a sus centros laborales y de estudio en protesta por la violencia que padecen.
Nuevas formas de exclusión
Además de que la exclusión que padecen las mujeres se ha visibilizado más, también se han evidenciado nuevas formas de discriminación, dice la investigadora del CIEG de la UNAM.
“Existen nuevos instrumentos de análisis para evidenciar discriminaciones que no se consideraban como tal, que van de la mano de una sociedad distinta y se revela que tenemos formas de discriminación que antes no se tenían”, detalla.
La especialista pone de ejemplo que una supuesta forma de discriminación que antes no se consideraba como tal, es la caballerosidad porque se deriva del concepto de que la mujer es débil.
“También sucede con la idea de pensar que todas las mujeres somos buenas porque se nos enarbola con un valor ligado a la situación de género como cuidadora, como buena madre”, declara.
Otra forma de exclusión que se ha visibilizado es la indirecta: la mayoría de las normas son igualitarias y estipulan los mismos tratos para hombres y mujeres pero no consideran la problemática cotidiana de las mujeres.
“En la ley parece que todos somos iguales y las normas acaban resultando en una igualdad que borra las diferencias y los problemas que enfrentamos”, señala.
Discriminación a mujeres, multifactorial
El problema de la discriminación contra las mujeres no solo es por su género, también influye la raza y la clase social, afirma Núñez.
“Tenemos muchas acciones que intentan atender, revertir y eliminar estas discriminaciones, pero nos falta mucho porque se sigue creyendo que la discriminación por el género es aislada, pero no, opera con otras desigualdades”, menciona.
Por ejemplo, las leyes estipulan acciones para sancionar las formas burdas y más comunes de discriminación. Y están diseñadas para aplicarse en casos de mujeres de clase social media, habitantes de las urbes y de color de piel claro.
“La situación persiste porque no existen políticas efectivas para erradicar la discriminación contra mujeres de piel morena, en situación de vulnerabilidad económica o con alguna discapacidad”, comenta.
Por ello, considera que se necesitan políticas efectivas que no solo combatan la discriminación por género también desde el espectro social y económico.
Al respecto del tema económico, el artículo “Los roles de género en la brecha salarial” publicado en septiembre de 2021 por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) detalla que las mujeres del país ganan en general 13 por ciento menos que los hombres.
“Es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer percibe 87”, detalla el IMCO.