¿Atención o simulación?

Las estrategias implementadas por el Gobierno de la Ciudad de México para combatir la violencia de género podrían resultar efectivas si se contemplan acciones a mediano y largo plazo, no solo para atender las agresiones denunciadas recientemente
Laura Islas Laura Islas Publicado el
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El Gobierno capitalino anunció en los últimos días estrategias como la designación de abogadas para las mujeres en los MP y la capacitación de conductores y policías para atender casos de violencia de género en el transporte público.

Ahora la pregunta es si estas medidas funcionarán o tendrán los mismos resultados poco eficaces de las ya implementadas.

Casos de feminicidio, violación, acoso sexual e intento de secuestro se han visibilizado en los últimos meses en la capital del país, sobre todo en enero a partir de las denuncias en redes sociales de mujeres jóvenes que narraban haber sido víctimas de personas que las intentaban sustraer en el Metro o en sus inmediaciones.

Esta situación obligó a las autoridades locales a anunciar cinco acciones inmediatas para prevenir y combatir las agresiones contra las mujeres en este medio de transporte, a las que se han sumado más. Por ejemplo, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, presentó este lunes la Estrategia de Abogadas de las Mujeres en Agencias del Ministerio Público.

La medida contempla la instalación de 156 juristas en las 78 agencias del MP capitalino que darán asesoría especializada con perspectiva de género a las mujeres víctimas de la violencia en su proceso de denuncia como una manera de acceso a la justicia, ya que la CDMX tiene el segundo lugar en carpetas de investigación iniciadas por este delito con 20 mil

Además, se dio a conocer que la Secretaría de Movilidad (Semovi) busca capacitar a policías y conductores para que puedan atender situaciones de este tipo.

No obstante, estas acciones no deben ser paliativos por la situación de emergencia que se vive en esta entidad. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tan solo en enero del 2019 ocurrieron 3 feminicidios y 16 mujeres fueron víctimas de homicidio doloso.

En el primer mes del año hubo 126 mujeres víctimas de lesiones dolosas y 166 víctimas de lesiones culposas. También se contabilizaron 6 presuntas mujeres víctimas de secuestro y 895 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra este sector de la población.

Frente a este contexto, organizaciones como el Comité Alerta de Género Ciudad de México, integrado por académicas, colectivas de mujeres, activistas e integrantes de la sociedad civil, han insistido en la necesidad de declarar la Alerta de Violencia de Género en la capital del país.

De esta forma, el Gobierno capitalino podría implementar medidas de urgencia y de profundidad que tendrían que ser evaluadas e implementadas en consenso con las víctimas para avanzar en lograr una vida libre de violencia para las mujeres en la ciudad, explicó la organización el pasado 26 de febrero en conferencia de prensa.

Para Zue Valenzuela, del Comité Alerta de Género Ciudad de México, la medida de designar abogadas en los Ministerios Públicos es buena como un primer paso porque éstos no están capacitados para atender con esta perspectiva. Lo siguiente que se espera es que el número de litigantes mujeres se incremente.

“Las acciones que están haciendo es reconocer que existe este contexto de violencia, en ese sentido me parece que lo que están haciendo ahorita es apagar un poco los fuegos cuando las instituciones han fallado. Falla la Procuraduría, fallan los Ministerios Públicos y es por ello que la Secretaría de la Mujer tiene que autorizar a esas abogadas para acompañar los casos.

“Lo que considero es que se deben de atacar también las medidas a mediano y largo plazo y no solamente ahorita con un contexto de violencia”, dijo Valenzuela.

Aunque a diferencia de las anteriores administraciones que se negaron a reconocer que en la Ciudad de México había violencia de género, la gestión de Claudia Sheinbaum sí lo ha hecho.

Pero las acciones emprendidas han sido unilaterales sin tomar en cuenta a las organizaciones de la sociedad civil para saber cómo se va a evaluar su éxito, lo que sí sucedería con la aprobación de la Alerta de Género, explicó Zue.

“El gran defecto de estas medidas es que no hay indicadores para saber si fallaron o no. Por ejemplo, el que reduzcan las denuncias no quiere decir que no estén ocurriendo los hechos, más bien es que quizá no se está denunciando porque las personas no están confiando en la autoridad, no tenemos indicadores para medir”, dijo.

Actualmente el proceso de activación de la Alerta de Género en la Ciudad de México está detenida por un trámite administrativo, ya que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), que depende de la Segob, es la que tiene que realizarla pero se encuentra sin titular, explicó Valenzuela.

Ante las constantes agresiones que viven las mujeres en la capital del país, organizaciones han insistido en la necesidad de declarar la Alerta de Violencia de Género desde el 2017

‘Yo ya no podía más’

Zue Valenzuela fue víctima de un intento de secuestro la noche del pasado 15 de enero cuando salía de la estación Coyoacán del Metro de la Ciudad de México, pero al denunciarlo al día siguiente ante el Ministerio Público las autoridades clasificaron el delito como intento de robo.

Tras hacerse público su caso en redes sociales, Zue participó en una reunión con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; y la procuradora, Ernestina Godoy, y el 4 de febrero su caso fue reclasificado como privación de la libertad en la Agencia 50.

Sin embargo, ese día mientras se encontraba en las instalaciones sufrió una serie de hechos revictimizantes como falta de asistencia jurídica cuando ampliaba su declaración y que la psicóloga la abandonara a mitad de la entrevista pese a que en ese momento ella se encontraba mal emocionalmente, recordó.

Además, al ir a la certificación médica fue sentada a un lado de varios hombres que habían sido detenidos como probables responsables de otros casos relacionados con intentos de secuestro en el Metro.

“Ahí empecé a llorar y yo ya no podía más, en la certificación médica no valoraron ninguna de las lesiones que todavía tenía, solamente fue una certificación como ‘quítate la blusa, bájate el pantalón, es todo, te puedes ir’”, contó la joven.

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