La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) cuenta con 797 registros de mujeres quienes han sido víctimas de ataques con ácido y otros productos químicos en los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Al estar consideradas como una de las formas extremas que puede alcanzar la violencia de género, las agresiones con ácido y otras sustancias químicas han despertado preocupación en los últimos años tanto en el ámbito de las autoridades gubernamentales, como de la sociedad civil que está concentrada en la defensa de los derechos de las mujeres.
En respuesta a una solicitud de transparencia, en la que se le requirió que informara sobre la incidencia de este tipo de ataques con ácido en contra de mujeres, cometidos durante las administraciones de Peña Nieto y de López Obrador, la Conavim señaló: “Se encontraron 797 casos en los que de la narración de los hechos por parte (de) mujeres víctimas se desprende que fueron agredidas o amenazadas con causarles daño con ácido o algún químico similar como gasolina (Folio: 331001222000210)”.
Los estados con más casos
Los registros proporcionados por la Conavim y obtenidos, a su vez, del Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), muestran que las cinco entidades federativas con la mayor incidencia de estos ataques con ácido en contra de mujeres, y de amenazas sobre la comisión de este tipo específico de agresiones, son las siguientes:
En el primer lugar nacional, Chihuahua, con 97 casos; en el segundo sitio del país, Quintana Roo, con 87 casos; en el tercer puesto, el estado de Jalisco, con 67 casos; en el cuarto lugar, Aguascalientes, con 55 casos; y en el quinto sitio, el estado de Morelos, con 52 de estos hechos de violencia de género.
En el apartado de “Vínculo con víctima”, los registros evidencian que la mayor parte de estas agresiones con ácido, y de amenazas vinculadas con este tipo de ataques, ocurrieron al interior del ámbito “familiar” de la víctima, con 701 casos; entre los familiares que han incurrido en estas formas de violencia se mencionan, por ejemplo, estos: “Cónyuge o pareja”, “Expareja”, “Hijo (a)”, “Hermano (a)”, “Madre o padre”, “Novio (a)”, “Padrastro o madrastra”, “Suegro (a)”, “Sobrino (a)” y “Nieto (a)”.
Después del ámbito “familiar”, está la categoría de “en la comunidad”, en la que el agresor suele ser el “vecino (a)” de la víctima, con 27 casos; sigue la categoría de “Laboral y docente”, con ocho casos; mientras que el resto de los hechos (61) está en otras clasificaciones o carecen de este dato.
Con respecto al “Lugar de los hechos” donde se cometieron estas agresiones con ácido y otros químicos o, en su caso, las amenazas de esta misma naturaleza, los registros muestran que en su gran mayoría ocurrieron en “espacio particular”, con 723 casos, predominantemente en la subcategoría de “casa habitación”, aunque también hubo hechos así en “empresa” y “negocio”.
Después está la categoría de “espacio público”, con 71 casos, y donde se incluyen múltiples subcategorías que evidencian los distintos escenarios que alcanza la violencia de género, como estos: “centro recreativo”, “estacionamiento”, “jardín o parque”, “centro comercial”, “escuela o colegio”, “central de autobuses” y “mercado”.
Dos casos más ocurrieron en el “transporte privado”, y de un caso restante se desconoce este dato.
Perfil de denunciantes
Los ataques con ácido y otras sustancias químicas, así como las amenazas de sufrir esta forma de violencia extrema, se encuentran presentes en todos los rangos de edad de las mujeres mexicanas, según puede corroborarse en la información proporcionada por la Conavim.
De esta manera, aunque en su mayor parte estas agresiones y amenazas han tenido por víctimas a mujeres adultas entre los 18 y 59 años, con 744 casos, las autoridades también han tenido conocimiento de 24 casos en los que las víctimas fueron menores de edad en el rango de 0 a 17 años; así como de otros 29 hechos contra adultas mayores de 60 a 85 años de edad.
En algunos casos de estas agresiones se informa específicamente el “área anatómica lesionada” con las sustancias químicas.
En al menos 16 casos los químicos se arrojaron contra la cabeza de las mujeres; en 20 casos las lesiones se causaron en la cara de las víctimas; en cinco casos se atacó el cuello; en otros cinco hechos las lesiones se infligieron en la espalda; en dos casos se atacaron los senos de las mujeres agredidas; en tres casos los productos químicos se arrojaron en el tórax; en otros 10 se atacaron las extremidades superiores; en seis más los químicos se arrojaron sobre el abdomen; en dos hechos se lesionó la región genital; y en otros cinco los productos químicos alcanzaron las extremidades inferiores de las mujeres.
De estos 797 hechos registrados en el Banavim sobre mujeres que fueron atacadas o amenazadas con ácido y otras sustancias químicas, 190 ocurrieron durante el Gobierno de Peña Nieto, mientras que 602 se enmarcan en la actual administración de López Obrador (en los cinco casos restantes la fecha se desconoce o es imprecisa).
La reforma
El 6 de septiembre de 2022, la Cámara de Diputados reformó la: “Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, a fin de incluir en la definición de violencia física, cualquier acto que inflige daño no accidental, usando ácido o sustancia corrosiva, cáustica, irritante, tóxica o inflamable o cualquier otra sustancia que pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas o ambas”.
El 15 de marzo de 2022, cuando el dictamen obtuvo la aprobación del Senado, se informó que su objetivo es: “erradicar los ataques con ácido que, junto con los feminicidios, son una forma extrema de violencia que pretende marcar el cuerpo de las mujeres”. La senadora Ana Lilia Rivera Rivera identificó que estos ataques “tienen alta carga simbólica, ya que pretenden marcar de por vida a la víctima, mediante la desfiguración de su rostro”.