Así es el acompañamiento que reciben las mujeres abandonadas en prisión en México

Las mujeres que viven en prisión son generalmente abandonadas por sus parejas y/o familias, a diferencia de los hombres en reclusión, por lo que a través de la organización ‘Ave Fénix’, su fundadora, Citlalli Fernández, busca que reciban el apoyo y acompañamiento que requieren
Laura Islas Laura Islas Publicado el
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Cuando una mujer entra a prisión en México es común que al poco tiempo quede abandonada por sus familiares o su pareja y pueden pasar años o incluso décadas sin que reciba visitas. Citlalli Fernández es una joven que estuvo recluida en el penal de Santa Martha Acatitla durante seis meses y actualmente busca que mujeres en prisión, que se encuentran en esta situación tengan acompañamiento.

“Salí a finales del año pasado, a finales de abril, y a partir de ese momento empecé a ayudar a unas chicas amigas mías que se quedaban allá adentro, muchas inocentes inculpadas. Se fue dando y hubo personas que empatizaron conmigo y empezaron a quererse sumar a la causa”, relata.

Por ello, hace alrededor de un año fundó “Ave Fénix”, una organización a través de la cual brinda acompañamiento a mujeres presas abandonadas, ya sea mediante llamadas telefónicas o la donación de productos de primera necesidad durante al menos 6 meses.

Las mujeres en prisión suelen ser juzgadas más por la sociedad y sus propias familias que los hombres, incluso por delitos menores

“La gente se empezó a dar cuenta de que había muchas personas abandonadas ahí, muchas que llevaban muchos años y no tenían familias, ya las iban dejando, que también necesitaban apoyo emocional, de un apoyo integral”, explica.

Citlalli menciona que a la fecha hay 22 acompañantes de manera fija y 17 de nuevo ingreso y junto con la organización Marea Verde están haciendo una convocatoria para un nuevo grupo durante los próximos seis meses. Si una persona quiere ser voluntaria puede escribir a sus cuentas en Twitter (@afenixmexico y @MareaVerdeMex ) o al número 5566021736.

Mujeres en prisión, más leales

Cuando un hombre entra a prisión, sus parejas o sus mamás, sobre todo, suelen estar con ellos y acompañarlos en su proceso, visitarlos, llevarles comida y artículos de primera necesidad, sin importar el tipo de delito por el que estén en la cárcel. “Las mujeres somos más leales”, dice Citlalli.

Sin embargo, cuando se trata de una mujer no es así y al poco tiempo suelen quedar abandonadas por sus familias. Incluso, la joven explica que en muchos casos sus parejas dejan de visitarlas a los pocos meses y luego se enteran de que ya viven con alguien más.

Además, las mujeres en prisión suelen ser juzgadas más por la sociedad y sus propias familias que los hombres, incluso por delitos menores. Y eso que muchas veces ellas suelen estar en prisión por crímenes en los que fueron inculpadas por sus novios o esposos, explica.

“Los acompañantes entran a este proyecto creyendo que ellos van a ayudar a la interna, pero lo que se van dando cuenta en el camino es que también la interna los ayuda a ellos”
Citlalli FernándezFundadora de Ave Fénix

Pero no es lo único, menciona que las mujeres en prisión suelen desarrollar enfermedades como la diabetes por las condiciones en las que se encuentran, así como por el estrés de no saber nada de sus hijos, en caso de tenerlos, o de sus seres queridos.

Nueva vida

Hace un año comenzó una nueva etapa para Chío, una mujer privada de su libertad en el penal de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México. Ella fue la primera de las mujeres beneficiadas por la iniciativa de la organización “Ave Fénix”.

Niza y su mamá Marxa son las mujeres que han acompañado y apoyado a Chío, quien se encuentra en silla de ruedas y le han ayudado a cambiar su vida. Su salud ha mejorado y también su estado de ánimo, porque ellas le llevan frutas, verduras y también medicamentos, relata Citlalli.

“Ahorita estamos haciendo una colecta para las mil 600 mujeres en reclusión para que a todas les toque una bolsita con lo básico, es algo que yo quiero hacer al menos cada 6 meses, para que al menos cada 6 meses tengan un colchoncito de jabón, shampoo, para que les rinda, también tratar de contactar empresas tipo Saba, Kotex, para que puedan apoyar con donativos y alcanzar las metas y llevarles más cositas”, explica.

Con la iniciativa se busca que las mujeres abandonadas y olvidadas —muchas de ellas ni siquiera saben cómo está su situación jurídica— reciban un acompañamiento que les brinde apoyo emocional y también en insumos básicos para que tengan una condición digna dentro de la cárcel.

Mientras que otro de los objetivos es lograr la liberación de mujeres presas. A la fecha, a través de “Ave Fénix”, 10 de ellas han sido liberadas probono con la ayuda del abogado Luis Casarrubias y se está trabajando en la liberación de 5 más en las próximas semanas.

“No podemos sacar a todas, pero al menos que estén con dignidad, que sepan que no están solas y que pueden acercarse a los otros y con toda confianza decir, ‘oye, sabes qué, tengo esta situación o estoy enferma y necesito medicamento’. Y obviamente los acompañantes, durante seis meses, que se hagan cargo de su interna, apoyarlas, con medicamentos o insumos para que puedan trabajar”.

Los beneficios

El acompañamiento ayuda a las mujeres privadas de la libertad contra la depresión y a que tengan motivación, pero es algo recíproco.

“Los acompañantes entran a este proyecto creyendo que ellos van a ayudar a la interna, pero lo que se van dando cuenta en el camino es que también la interna los ayuda a ellos”, señala Citlalli.

Además, las internas les agradecen con dibujos, artesanías y cartas a sus acompañantes.

“Te imaginas a las presas como las películas, acá bien malas, pero se topan con gente tan bonita allá adentro y se dan cuenta de que la gente es buena y con corazones muy bonitos y tan franca y leal, porque la gente de adentro es muy leal y muy transparente y muy franca, si cometieron el delito te dicen: sí, sí estoy pagando mi delito. Y si no, pues no.

“Se llevan una respuesta tan bonita, que te das cuenta de que la terapia es para las dos partes, tanto para la que ayuda como a la que están ayudando”, explica.

Desaparece Dulce tras preliberación

Dulce Pilar Hernández García es una joven de 23 años con discapacidad que desapareció el pasado viernes 1 de julio luego de ser preliberada del penal de Santa Martha Acatitla bajo un programa de la Ciudad de México.

La joven era apoyada por la organización Ave Fénix, quien fue notificada momentos antes de que Dulce recobrara la libertad, pero al llegar por ella debido a su condición, Dulce ya no se encontraba.

Citlalli Fernández, fundadora de la organización, explica que el programa es importante, pero tiene fallas, ya que la joven fue liberada sin un estudio previo psiquiátrico y a su suerte.

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