Violencia contra periodistas, plaga que no cesa
La violencia contra la prensa no frena. Con la cifra acumulada de 11 periodistas asesinados en los siete meses transcuridos este año, el 2017 ya es igual de violento que el 2016.
Ahora fue el hondureño Edwin Rivera Paz, el comunicador ejecutado en el estado de Veracruz luego de haber permanecido en el país en calidad de refugiado político desde el mes de febrero.
J. Jesús Lemus
La violencia contra la prensa no frena. Con la cifra acumulada de 11 periodistas asesinados en los siete meses transcuridos este año, el 2017 ya es igual de violento que el 2016.
Ahora fue el hondureño Edwin Rivera Paz, el comunicador ejecutado en el estado de Veracruz luego de haber permanecido en el país en calidad de refugiado político desde el mes de febrero.
Edwin Rivera Paz, de 28 años, había salido de Honduras para salvar su vida tras el asesinato de su compañero de trabajo, Igor Abisai Padilla Chávez, un periodista de nota roja ultimado el pasado 17 de enero en el barrio de Suyapa, en el municipio de San Pedro Sula, la ciudad más violenta de América Latina.
Tras el asesinato de Igor Abisai Padilla Chávez, y luego de las amenazas de muerte recibidas, Edwin Rivera Paz decidió refugiarse en México, el país más peligroso del mundo para los periodistas, y peor aún, decidió quedarse a vivir en Veracruz, el estado número uno en la cantidad de periodistas asesinados, 23 desde el año 2000 a la fecha.
Con la muerte de Edwin ya son tres los periodistas extranjeros asesinados en México en una década: el norteamericano Bradley Roland Wheyler fue asesinado en Oaxaca, el 27 de octubre del 2006; el estadunidense Armando Montaño fue encontrado muerto en la Ciudad de México, el 2 de julio del 2012, y ahora el hondureño Edwin Rivera, ejecutado en Acayucan, Veracruz.
De acuerdo con la opinión de Miquel Pellicer, uno de los máximos analistas de medios en Europa, la sociedad mexicana se encamina al punto que nunca debe llegar: “ver con cotidianidad el asesinato de periodistas”.
El gobierno de Honduras no ha manifestado posición sobre el asesinato de Edwin, que producía al lado de Igor Abisai Padilla Chávez el programa de humor “Los Verduleros”, del canal HCHC de Honduras; las primeras investigaciones realizadas por comunicadores independientes no disocian el asesinato de Rivera Paz con el de Padilla Chávez.
De acuerdo con la clasificación que hacen organizaciones internacionales de defensa de los derechos de periodistas, Honduras es el segundo país más violento de América Latina para el ejercicio periodístico, sólo después de México, aunque proporcionalmente el número de homicidios de comunicadores es mayor en cuanto al número de habitantes.
En México, con 127 millones de habitantes, en sólo 17 años se han registrado 108 ejecuciones de periodistas; mientras que en Honduras, con 8 millones 500 mil habitantes, el número de asesinatos de comunicadores, del 2003 a junio del 2017 ya se contabilizan 64 comunicadores ejecutados.
‘Salir de Honduras para entrar en Guatepeor’
Edwin Rivera Paz ingresó a México por la frontera con Tapachula. Allí logró permiso del Instituto Nacional de Migración (INM) para vivir y transitar en el país mientras llegaba a Estados Unidos, en donde solicitaría el asilo político argumentando que temía por su vida, tras haber sido testigo de la muerte de su compañero periodista Igor Abisai Padilla Chávez.
“No es que Rivera Paz no haya sabido el riesgo que estaba asumiendo al ingresar a México”, dijo Mariela Iolany Pérez, periodista de Radio Progreso de Honduras, “lo que sucede es que México, con todo y que es una tierra de muerte para periodistas, es el paso obligado de miles de desplazados por la violencia que buscan asilo político en Estados Unidos, y este compañero no tuvo más alternativa que asumir el riesgo”.
Queriendo salvar su vida, explicó la periodista Mariela Iolany Pérez, Edwin Rivera Paz “salió de Honduras para entrar en Guatepeor”, como detalla el popular refrán, lo que vuelve a poner a México en la mira internacional sobre las agresiones de las que los comunicadores están siendo objeto por parte de los grupos del crimen organizado.
Su caso llama poderosamente la atención, pues de acuerdo con indagatorias de periodistas independientes de Honduras, pese a que el comunicador estaba en calidad de refugiado en México, “fue ejecutado por un comando armado que actuó con características propias de las ejecuciones que se han registrado contra periodistas en Honduras”, lo que presume que fue perseguido en suelo mexicano por sicarios que lo siguieron desde su país.
Ola trágica
El homicidio del comunicador hondureño Edwin Rivera Paz se suma a la lista de periodistas mexicanos ejecutados durante este año:
Comunicador Estado
Cecilio Pineda Birto Guerrero
Ricardo Monlui Cabrera Veracruz
Miroslava Breach Chihuahua
Javier Valdez Sinaloa
Maximino Rodríguez Baja California Sur
Erik Bolio López Puebla
Marcela de Jesús Natalia de la Cruz Oaxaca
Jonathan Rodríguez Córdova Jalisco
Filiberto Álvarez Morelos
Salvador Adame Michoacán
‘Nos están exterminando’
Para el analista de medios y especialista en temas de periodismo, Miquel Pellicer, “aun cuando la situación de violencia que se vive contra la prensa en México se ve geográficamente muy lejana de Europa, ese es un tema que preocupa demasiado a la comunidad europea, la que debe influir políticamente para que se mejoren las condiciones del ejercicio periodístico en esta región”.
Consideró que ninguna sociedad que se precie de ser democrática, como lo expone el Gobierno de México a nivel mundial, puede subsistir sin la participación crítica de la prensa y el trabajo profesional de los periodistas, “los que en este momento son el eslabón más débil” en la revuelta social generada por los grupos del crimen organizado.
A pregunta expresa de Reporte Indigo sobre lo que sucede en México, Miquel Pellicer no dudó en señalar que “nos están exterminando”, y ello es producto del trabajo de denuncia que se hace por parte de los periodistas, “porque el que tiene México es un periodismo valiente”, que afronta las consecuencias de su trabajo frente a las mafias y grupos de poder.
Consideró que la diplomacia europea debe desplegar su influencia política para que el Estado Mexicano genere mejores políticas de protección para los periodistas, no solo mexicanos, sino de cualquier nacionalidad que ejerzan en el país.