Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo de la Judicatura, consideró como inviable la continuidad del magistrado José Luis Vargas al frente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Si bien también reconoció que no tiene facultades para intervenir en la crisis institucional desatada por su destitución.
“La permanencia en la presidencia del Tribunal Electoral del magistrado José Luis Vargas ya no es viable. No hay condiciones para que siga en el cargo que dice que sigue ostentando. Me parece que, con realismo y responsabilidad, debería dar un paso al lado y permitir que se retome el canal de institucionalidad”, dijo Zaldívar desde el recinto de la Suprema Corte.
La postura de Zaldívar se da un día después de haber recibido en privado a los magistrados Reyes Rodríguez Mondragón, Janine Otálora, Felipe de la Mata, Felipe Fuentes e Indalfer Infante. Adelantando que también se reunirá con Vargas, quien ayer manifestó su molestia porque el ministro “no le toma la llamada”, y con Mónica Soto, quien también solicitó un encuentro.
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— Suprema Corte (@SCJN) August 6, 2021
De este encuentro con los magistrados, Zaldívar negó las versiones de que vetó el nombramiento de Rodríguez Mondragón como nuevo presidente del TEPJF. Así como rechazó haber discutido con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien también se reunió ayer, la posibilidad de impulsar a Otálora como interina mientras se resuelve la crisis institucional.
“El tema es qué es lo más conveniente en esta transición después de que se ha removido, por esta mayoría, al que era presidente del Tribunal Electoral. ¿Qué es lo que conviene? ¿Nombrar de inmediato a un nuevo presidente o dar un plazo de transición, un interinato, para que permita el diálogo entre ellos y generar una candidatura que llegue mucho más legítima?”, explicó.
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Tras esto, recalcó que, a si consideración, los cinco magistrados opositores a Vargas actúan de una manera responsable, conciliadora y abierta al diálogo. Aprovechando para manifestar su respeto a cada uno de ellos, en particular a Rodríguez Mondragón, a quien calificó como un magistrado “muy serio, muy estudioso, probo”. Asegurando no tener problema de ningún tipo con él.
Reiterando que ni la Suprema Corte ni el Consejo de la Judicatura tienen injerencia sobre el TEPJF, Zaldívar postuló que esta situación no se puede resolver por la vía jurídica, si no política. Así como fue tajante al negar que la crisis institucional por la que atraviesa este organismo sea un reflejo del ambiente general que se vive al interior del Poder Judicial.
“En todo el Poder Judicial de la Federación, y ahí están los resultados, estamos actuando con una enorme responsabilidad, seriedad y cuidado de las formas institucionales. Esta es una descomposición que se fue llevando a cabo por una serie de conflictos internos, pero por supuesto que no reflejan en modo alguno el ambiente ni la mística del Poder Judicial.”