Armas de manipulación
Las plataformas digitales son hoy en día el medio de comunicación favorito de los candidatos presidenciales por la inmensa difusión que alcanzan entre la ciudadanía y por la efectividad que tienen para llegar a un público deseado en específico
Ernesto SantillánLas redes sociales se han convertido en el canal predilecto de comunicación y transmisión de información para quienes buscan obtener un puesto de elección popular por ser el medio que actualmente ejerce la mayor influencia entre la sociedad.
Hoy en día, el número de personas que usan las redes sociales para informarse o simplemente para entretenerse es mucho mayor que el que utiliza la televisión, la radio o los medios impresos.
Además, si a esto se le agrega que en las redes sociales se pueden utilizar algoritmos específicos para que los mensajes que se difunden a través de estas plataformas digitales lleguen a un público en especial, estas herramientas se vuelven aún más poderosas e importantes cuando de buscar el apoyo ciudadano se trata.
En este sentido, el Mtro. Héctor Sánchezbenitez, quien forma parte de los académicos del Tec de Monterrey campus Toluca, coincide en que en este momento las redes sociales son el medio de comunicación más influyente que existe.
“Con la creación de algoritmos, ahora se puede escoger de manera muy específica a qué sector de la población le llega un mensaje o una propuesta en específico de alguno de los candidatos de acuerdo con sus intereses personales que las redes sociales registran, haciendo de éstas una herramienta muy valiosa”, explica.
A pesar de que el experto no cree que la manipulación del electorado a través de las redes sociales sea lo que vaya a definir al ganador de la elección el próximo 1 de julio, sí considera que los ciudadanos que se encuentran indecisos son el objetivo perfecto de las campañas creadas por los candidatos para intentar ganar su apoyo.
Sin embargo, Héctor Sánchezbenitez recalca que para que las redes sociales sean efectivas a la hora de tratar de ganar el voto de los internautas, éstas deben ser usadas correctamente, pues cada red social cuenta con un público en específico y lo que funciona para Facebook, por ejemplo, no necesariamente tendrá el mismo resultado en Twitter o en cualquier otra de las plataformas disponibles.
El académico también dijo que es muy importante que los usuarios de las redes sean capaces de identificar la información falsa, pues de lo contrario podrían terminar apoyando a un candidato cuyo proyecto de nación no respaldan o que ni siquiera conocen.
Desafortunadamente, para que las redes sociales no sean una simple herramienta mediante la cual los políticos manipulan al electorado a través de propuestas falsas o populistas, la ciudadanía debe mantenerse informada y verificar que la información que consume es fidedigna.
El Miedo
El miedo avanza silenciosamente en esta campaña. En spots, redes sociales y discursos políticos se habla del peligro que presuntamente representaría que tal o cual candidato lleguen a la Presidencia.
“¿Qué no oyó lo del Peje? Quiere sacar a los narcos a la calle, que si el perdón, que no sé qué. ¡Imagínese cómo se va a poner esto! Tengo miedo”, comenta la encargada de una tienda de abarrotes a la que le acaban de poner protecciones en la entrada de su negocio a una de sus clientes.
Así arranca uno de los dos nuevos spots que lanzó recientemente José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México. El exsecretario de Hacienda y Crédito Público le pone nombre y rostro a la amenaza, Andrés Manuel López Obrador, su rival y abanderado de Morena.
Para la psicoanalista social y exconsejera electoral, Irene Aguado Herrera, las emociones juegan un papel importante en las elecciones ya que la afección o empatía por los candidatos se genera por los afectos y hay toda una estrategia de mercadotecnia detrás.
“Primero te infunden miedo y después te dan los elementos para que tú digas que no es un miedo infundado y además te ofrecen la solución”, agregó la también doctora y profesora investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México en entrevista para Reporte Indigo.
Irene Aguado agregó que las estrategias políticas hacia el electorado parten de las emociones y sentimientos para después pasar por la razón.
“Si es un buen vendedor de imagen, el candidato no solamente utiliza tus sentimientos, no solamente se dirige a tus emociones, sino que también te da argumentos para que tú los racionalices, es decir, al mismo tiempo te da elementos para que construyas un orden de pensamiento que ya generaste y el cual te da la solución”, comentó la investigadora.
“Confía en mí, voy a ser tu presidente y en mi gobierno los delincuentes estarán en la cárcel y en México viviremos en paz”, señala el final del nuevo spot de Meade y el cual ejemplifica lo señalado por la investigadora.
El miedo como protagonista de una campaña política no es algo nuevo, en mayo de 2010 Irene Aguado junto con Laura Palomino presentaron en la Revista Electrónica de Psicología Iztacala su informe “Jóvenes, Participación Política y Campaña del Miedo”, en el que analizaron el impacto, apropiación de los mensajes y papel que jugó en la preferencia electoral la denominada “campaña del miedo” de 2006 en contra de Andrés Manuel López Obrador.
Durante el estudio se analizaron las conductas de 80 jóvenes y se concluyó que la transmisión del miedo constituyó el eje y el objetivo de la denominada campaña sucia.
“Esta emoción no sólo impactó en el electorado en el sentido de su votación sino en la generación de emociones concomitantes como el enojo, el coraje, la tristeza y la apatía, reforzando en ellos una visión negativa de la política que durante mucho tiempo ha prevalecido en el país al concebírsele como una actividad sucia y alejada de los intereses y objetivos de la vida y el bienestar común”, señala el estudio.
Además del sentimiento negativo de la política, el estudio reveló que el miedo provocó una polarización de la sociedad, principalmente entre los más jóvenes.
Es por eso que los candidatos buscan crear un liderazgo sobre la base de las emociones y promueven su imagen para que la gente se sienta identificados con ellos.
“Los cinco que van encarrerados le están apostando a que eso es lo que va a definir el sentido del voto, con quién te identificas, a quién le crees como acto de fe o qué ilusión te compras; no qué proyecto político te convence”, concluyó la psicoanalista.
La esperanza
Mientras que el miedo se apodera de una parte de la sociedad, el rayo luminoso de la esperanza marca el camino hacia las urnas de otros.
Según el estratega político Aleix Sanmartín, el ser humano no se mueve por la racionalidad, se mueve por la emoción, toma decisiones emocionales y después las racionaliza. Lo mismo ocurre en las elecciones.
“Las elecciones no son ni más ni menos que una prolongación de la guerra y la propaganda, entonces en México, como en todos los países del mundo, los candidatos y los partidos someten a la consideración de los ciudadanos narrativas o historias que pretenden adherir desde el punto de vista emocional a los ciudadanos”, dijo el estratega en entrevista a Reporte Indigo.
Estas narrativas emocionales han logrado en el extranjero que Donald Trump haya ganado las elecciones en Estados Unidos, que el Reino Unido haya decidido a favor del Brexit y que en algunos países ganen partidos populistas.
En México ocurre lo mismo, los políticos venden narrativas emocionales al electorado que van de la esperanza al miedo o al enojo, porque estas historias son las que enganchan y consiguen votos a diferencia de las narrativas y propuestas racionales.
“López Obrador está proponiendo una narrativa de esperanza, una narrativa casi teológica de la salvación. Margarita Zavala está proponiendo una narrativa basada en los valores conservadores. Anaya está proponiendo una narrativa de modernidad, de futuro. El único que está presentando una narrativa racional es Meade y así le va, no levanta nada”, dijo Sanmartín tras analizar las narrativas de campaña de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República.
A López Obrador en uno de sus nuevos spots se le ve vestido con una camisa blanca, impecable con bordados mexicanos, rodeado de naturaleza y música tranquila de guitarra de fondo.
“Nosotros vamos a garantizar que ningún joven se quede sin la oportunidad de estudiar. Van a tener becas y también se les va a contratar para que sean aprendices y se van a capacitar para el trabajo. Lo resumo en una frase: becarios sí, sicarios no”, promete el candidato presidencial de Morena.
Los comentarios en redes sociales sobre el spot están llenos de palabras como esperanza, revolución, ganar y confianza.
Para el estratega político además de que las narrativas conecten con las emociones, también deben de conectar con los valores del electorado y presentar al candidato de manera auténtica.
“López Obrador te podrá gustar más o menos, pero es auténtico, te lo crees y sí te crees que es mesiánico, sí te crees que se inspira en los grandes líderes o que tiene una visión histórica. Como también te crees que Margarita Zavala es una candidata conservadora que defiende la familia y que defiende los valores tradiciones de Acción Nacional, sí te la crees. Esas narrativas son las que impregnan al ciudadano de una manera exitosa, porque conectan con la antropología del ciudadano”, concluyó Aleix Sanmartín.
La razón
César Astudillo, académico en al área de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y abogado experto en elecciones coincidió en que el voto emocional será el protagonista de estos comicios pese a que las democracias consolidadas se sustentan en el voto racional.
Que el voto sea emocional y no racional según Astudillo tiene que ver con que haya una sociedad poco educada, hecho que provoca que las personas reaccionen en cuestión de lo que ven en su entorno y si su entorno es adverso esto condiciona su voto.
El entorno social y el hartazgo político también lleva a que la sociedad emita un voto de castigo.
“El entorno en que cada quien vive lo condiciona a uno para votar en un sentido u otro, no está mal en la medida que haya información para tomar una decisión. Uno de los significados del voto es la posibilidad de premiar o castigar y en ese sentido es altamente valido que quienes vayan a hacer un voto de castigo lo hagan ya que permite evaluar a una persona, a un gobierno, o a un partido”, agregó el especialista.
Según Astudillo, en el voto de castigo también influirá que la estima del presidente se encuentra en mínimos históricos, mientras que la inseguridad y la corrupción están en sus máximos.
“De acuerdo a lo que hemos visto en las últimas encuestas parecer ser que una buena parte del electorado va a votar a partir de estas emociones, de la sensación de que las cosas no están bien en seguridad, económicamente, en materia laboral; eso los va a mover a votar”, comentó para después advertir que las encuestas son radiografías del momento y que pueden cambiar.
En estas elecciones las emociones definirán el voto y no la razón ni las propuestas, advierte Astudillo y agrega que el voto adecuado para nuestro país sería uno emitido conscientemente.
“Un voto adecuado para nuestro país es un voto híbrido, híbrido entre lo emocional y lo racional, yo le he llamado a esto un voto consciente, porque el voto emitido conscientemente es un voto que se ha informado, ve quiénes son los candidatos, trata de ver sus historias, qué han hecho, cuándo han pasado por cargos púbicos y qué están ofreciendo”, concluyó Astudillo.
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