Áreas naturales y biodiversidad de México en indefensión
Debido a su gran biodiversidad, en México se tienen identificadas 23 ecorregiones terrestres, sin embargo, 11 de ellas presentan una protección muy limitada, pues no se cubre ni siquiera el 10 por ciento de su superficie total
Luis HerreraAunque México cuenta con 23 ecorregiones terrestres que dan testimonio de su gran biodiversidad, 11 de ellas tienen una protección tan reducida que no cubre ni siquiera una décima parte de su superficie, según lo advierte la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Esto podría solucionarse luego de que la comisión propusiera en su “Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas 2020-2024“, el aumento de las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC).
El concepto de “ecorregión” es definido por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) como las unidades geográficas con flora, fauna y ecosistemas característicos.
“Son una división de las grandes ‘ecozonas’ o regiones biogeográficas. Las divisiones políticas de municipios, esta dos y países, no respetan los procesos ecológicos, por lo que es importante el desarrollo de políticas públicas que incluyan escalas espaciales adecuadas y que consideren la dinámica ambiental”.
En su “Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas (ANP) 2020-2024”, sin embargo, la Conanp reconoce los rezagos existentes con respecto a la protección de las ecorregiones que tienen presencia en el territorio nacional.
“De las 23 ecorregiones terrestres (Nivel 2, por su escala o grado de detalle) que existen en México, en un poco menos del 50 por ciento, las ANP de competencia de la Federación cubren menos de un 10 por ciento del total de la ecorregión y eso constituye un reto que deberá ser cubierto con nuevas áreas protegidas federales, estatales o municipales, ADVC u otras modalidades de conservación, a fin de tener un mínimo del 10 por ciento protegido de cada ecorregión”.
Esas ecorregiones que tienen una proporción mínima de su territorio bajo protección, son las siguientes, según se encuentra plasmado en el libro “100 años de conservación en México: Áreas Naturales Protegidas”, que publicó la Conanp, en 2018.
Altiplanicie Mexicana; Planicies Costeras y Lomeríos Secos del Golfo de México; Planicie Costera y Lomeríos del Pacifico Sur; California Mediterránea; Planicie Semiárida de Tamaulipas-Texas; Sierra Madre del Sur; Piedemonte de la Sierra Madre Occidental; Planicie Costera, Lomeríos y Cañones del Occidente; Depresiones Intermontanas; Sistema Neovolcánico Transversal; y por último, Planicie Costera y Lomeríos Húmedos del Golfo de México.
Aumento de Áreas Naturales Protegidas
De acuerdo con el “Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas 2020-2024”, la vía que se utilizará para aumentar la superficie protegida de estas ecorregiones será la de las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC).
“Es a través de las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC) que se buscará la protección progresiva de ecosistemas poco representados en las otras ANP, con lo cual además de incrementarse la superficie territorial del país, se buscará lograr una mayor representatividad de los ecosistemas bajo protección”, dice el documento.
Según la Conanp estas Áreas Naturales Protegidas (ANP) son destinadas voluntariamente por el propietario del predio, que puede ser una persona física, moral, privada, pueblos y comunidades indígenas o una organización social.
Entre los beneficios que pueden obtener los propietarios de las ADVC están: el uso y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales; blindaje ante obras públicas (exploración y explotación minera y de hidrocarburos); certificación nacional y posibles alianzas con organizaciones civiles, gubernamentales o académicas.
La ampliación de las áreas protegidas, indica el Programa de la Conanp, también se necesita en los ecosistemas marinos del país.
“En el ambiente marino y costero, existen ANP en siete de las nueve ecorregiones marinas que corresponden a ambos litorales del país (…). La mayor parte del territorio insular mexicano (más del 98 por ciento) y las zonas de mayor importancia con arrecifes de coral están dentro de alguna ANP (todas las islas con una superficie mayor a las 34 hectáreas están ubicadas dentro de ANP) (…). No obstante, aún se requiere proteger zonas que han sido identificadas como áreas prioritarias para la conservación, incluyendo arrecifes de coral e islas que aún no cuentan con protección”.
Necesidad añeja
El Gobierno de Enrique Peña Nieto ya reconocía como una asignatura pendiente la ampliación de las zonas naturales protegidas del país; así se puede constatar en el libro de la Conanp citado con anterioridad, mismo que fue publicado hacia el final de esa administración federal.
“En lo que corresponde a los ecosistemas continentales, el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas brinda una buena protección a superficies importantes de los principales tipos de vegetación que predominan en México.
“Las evaluaciones que se han realizado sobre la representatividad ecosistémica del actual Sistema de ANP indican que en el ambiente terrestre es aún necesario incrementar las superficies protegidas que contengan selvas secas o caducifolias (también llamadas bosques tropicales secos) y pastizales naturales no inducidos; ambos tipos de ecosistemas han sido rápidamente transformados por las actividades de desarrollo y son pocas ya las oportunidades para proteger zonas en buen estado de conservación con estos tipos de vegetación en el país”.
Por ello, afirma que en los próximos años será muy importante incrementar los esfuerzos para proteger ecosistemas con estos tipos de vegetación a través de distintos instrumentos, tanto por ANP como por otras modalidades de conservación”.
Después, expone un corte de caja de aquel Gobierno: “Aún son numerosos los sitios prioritarios terrestres, costeros y marinos que fueron identificados en los análisis de vacíos y omisiones de conservación en 2007 como de alta y extrema prioridad. Del total de sitios prioritarios terrestres resultantes de dicho análisis, al 2016 se ha protegido a través de ANP federales el 10 por ciento de los sitios de prioridad extrema y el 55 por ciento de prioridad alta; en contraste, del total de sitios prioritarios marinos se ha protegido a través de ANP el 53 por ciento de los sitios de prioridad extrema y el 43 por ciento de prioridad alta”.