Luego de la crisis de sequía fuerte que generaron cortes de agua en todo Nuevo León en 2022, alumnas de la Universidad de Monterrey se dieron a la tarea de crear un proyecto para contribuir al ahorro del vital líquido y con ello surgió “Aquaris”.
Verónica Iribe Sepúlveda, Ana Paula Garza García, Krista Garza Mendiolea e Ingrid Agneli Morales, estudiantes de la Licenciatura en Diseño Industrial de la UDEM, presentaron su proyecto que formó parte de su evaluación final en otoño del año pasado.
“Aquaris” es un recolector y almacenador de aguas grises de la lavadora que permite su reutilización, esto porque a través de una investigación confirmaron que el uso de la lavadora genera uno de los mayores gastos de agua en casa, 60 litros en promedio en cada ciclo.
“Detectamos la necesidad de recuperar el agua gastada en el ámbito doméstico. Fue una oportunidad de no solo hacer un producto nuevo, sino de realmente generar un cambio y concientizar sobre el consumo (del recurso)”, señala Verónica.
Por su parte, Ingrid explicó que en el desarrollo del Proyecto de Evaluación Final echaron mano de todo lo que aprendieron: desde modelación digital hasta renderizado, impresión en 3D e inyección de plásticos. Ana Paula añade que quizá una de las herramientas más importantes que les brindó la carrera es el design thinking.
“Es una manera de trabajar que te ayuda a empatizar con las personas, definir la problemática y los objetivos. Esto es algo muy vigente en la profesión porque, una vez que empatizas con la situación, pasas a proponer y probar prototipos que atienden a estas necesidades. Así, tu proyecto no se cicla en la primera idea que tuviste y creíste correcta, sino en lo que vas detectando”, señaló.
Krista añadió que deseaban ofrecer una solución que implicara algo más que solo instalar tambos o cubetas que guardan el líquido: “Aquaris” debería contar con un diseño modular y por lo tanto apto para acomodarse en los pequeños cuartos de lavado.
“Aquaris”, ¿cómo funciona?
“Aquaris” es un producto que mide 190 x 64 x 37.6 centímetros y está fabricado en polipropileno, el contenedor principal cuenta con capacidad de 120 litros. Este contenedor tiene tres orificios: dos en la parte trasera y uno en la inferior.
Los primeros dos conectan -por medio de la manguera del desagüe- al contenedor con la lavadora. El tercero es para sacar el líquido del recipiente, o bien, permitir su retorno a la lavadora.
En el contenedor, el agua atraviesa un proceso de filtración, eliminando la suciedad que dejó el ciclo de lavado y reduciendo la cantidad de jabón o detergente. Tras el filtrado los usuarios pueden decidir entre dejar que el líquido retorne a la lavadora -listo para otro ciclo- o sacarlo en dichas cubetas y emplearlo en distintas tareas domésticas.
Las estudiantes también diseñaron la base de tal contenedor (el cual incluye repisas aptas para colocar productos de lavandería) y cubetas de plástico reciclado de 5, 10 y 15 litros.
“Junto con estas cubetas medidoras, creamos un folleto que ayuda a concientizar sobre la cantidad de agua que usamos en cada actividad. Por ejemplo, decimos que con tantas cubetas de 5 litros podrás lavar tu carro o trapear determinados metros cuadrados de piso”, puntualiza Verónica.