Es preciso reconocer los padecimientos mentales que han derivado de la emergencia sanitaria, y generar políticas que visibilicen y promuevan su atención oportuna para prevenir el suicidio, alertó la senadora Bertha Alicia Caraveo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 se registraron 7 mil 818 fallecimientos por lesiones autoinflingidas en el país, lo que representa 0.7 por ciento del total de muertes en el año y una tasa de suicidio de 6.2 por cada 100 mil habitantes. Este índice alerta más en el grupo de jóvenes de 18 a 29 años, quienes presentan 10.7 decesos por esta causa por cada 100 mil jóvenes.
De este modo, la legisladora de Morena destacó que se requieren reformas y políticas públicas para combatir el estigma alrededor de la salud mental, la atención médica adecuada de la depresión y la conducta suicida, así como garantizar que se atiendan los padecimientos psicológicos de la población.
Recordó que en el Senado de la República se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, a través de un dialogo abierto sobre la salud mental en el hogar, la escuela y el trabajo, a fin de abordar este problema de salud pública y disminuir las tasas de incidencia.
Bertha Caraveo recordó que, durante el foro “Retos de atención a la Salud Mental y Prevención del Suicidio en México”, que se realizó recientemente, las y los senadores, al igual que especialistas, coincidieron en que el suicidio se puede prevenir si se identifican actitudes previas, pero para ello se debe contar con la participación de familiares como grupo de apoyo, así como eliminar estigmas sobre la asistencia psicológica.
También coincidieron en que, pese a que existen diversos mecanismos para recibir atención en materia de salud mental, es necesario incrementar recursos presupuestales, tecnológicos y humanos, además de incentivar a quienes padecen algún trastorno para que reciban atención psicológica.
En ese foro, Diana Tejadilla, directora de Normatividad y Coordinación del Consejo Nacional de Salud Mental, destacó que el Programa Nacional para la Prevención de Suicidio se concentra en la atención primaria y en las estrategias de prevención que incluyen a la comunidad, para que estas puedan detectar comportamientos suicidas.
Refirió que el personal de salud mental y para prevenir adicciones de todo el país ha recibido capacitación, y pueden implementar brigadas y grupos de apoyo, a fin de concientizar y sensibilizar a la población adulta para el cuidado de los niños.
Alejandro Alarcón López, coordinador de Programas Médicos en la División de Medicina Familiar del IMSS, comentó que en el contexto de la pandemia fueron contratados 334 psicólogos temporales, quienes formaron 242 equipos de salud mental, para brindar atención en 162 hospitales donde se llevó a cabo la reconversión para atender a pacientes con COVID-19.
Sin embargo, agregó que el Instituto requiere 324 psicólogos para las unidades de primer nivel, toda vez que 81 por ciento de las atenciones que brinda son en las Unidades de Medicina Familiar, puesto que la depresión y ansiedad tienen la misma prevalencia que la diabetes e hipertensión, y dichos padecimientos mentales se han duplicado a lo largo de la pandemia.