Familias, redes y organizaciones apoyan la maternidad en México ante el abandono de las autoridades

Para criar a sus hijos, las madres echan mano de todo tipo de recursos ofrecidos por la familia y la sociedad
Elizabeth González-Manrique Elizabeth González-Manrique Publicado el
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La sociedad trata, a través de diversas iniciativas en redes sociales, asociaciones civiles que impulsan el Sistema Nacional de Cuidados (SNC) e individualmente, de apoyar a las madres en la crianza de las niñas, niños y adolescentes.

Sin embargo, las políticas públicas que podrían ofrecer un mejor soporte a la maternidad de las miles de mujeres que ejercen este rol en México, siguen sin responder a las necesidades de madres e hijos.

La desaparición de las estancias infantiles, que ofrecían una gama más amplia de opciones de cuidado; así como la eliminación del programa de escuelas de tiempo completo, a través del cual incluso los niños recibían una o dos comidas nutritivas al día, además de permanecer en un lugar seguro mientras sus cuidadores trabajan; son algunas de las medidas que contravienen el derecho fundamental de los menores de edad de permanecer seguros.

Por otra parte, beneficios para los padres y tutores como la aprobación de la jornada de 40 horas de trabajo y la puesta en marcha del Sistema Nacional de Cuidados, fortalecerán la labor colectiva de criar, cuidar y proteger a las infancias, pero aún no tiene fecha fija de materialización

Maternar sin tribu

Karla Pineda, madre de dos niños de 11 y 9 años de edad, materna sin ayuda de su entorno desde que tuvo a su primer hijo, a los 17 años de edad, el cual se gestó, nació y creció durante sus primeros años en un entorno de violencia.

El hijo mayor de Karla, debido a las agresiones sufridas durante el embarazo, nació con malformaciones en las manos y los intestinos, además de que vive con autismo grado 1.

Tuve a mi primer bebé a los 17 años en un entorno con mucha violencia por parte de mi pareja, algo importante de mencionar es que mi niño nació con autismo grado 1 y algunas malformaciones en sus intestinos y manitas, producto de los golpes recibidos durante el embarazo. El tener un niño con una condición clínica, con quien se requiere desde operaciones hasta terapias, es muy duro y más aún cuando el padre no apoya escudándose por el ‘hecho’ de que ‘yo no supe hacer un hijo bien’”, relató Pineda.

Karla se embarazó dos años después y se enteró que daría a luz a una niña, lo que la hizo replantearse el modo en el que vivía y decidirse a dejar atrás la relación violenta en la que se encontraba, sin embargo, esta determinación le costó el apoyo de su familia, quienes no aceptaban su separación.

“Dos años después quedo embarazada de nueva cuenta, esta vez de una niña la cual me hizo replantearme más todo hasta el punto en que me separo de mi pareja y con él, se perdió el apoyo de mi familia, principalmente de mis padres, yo no tenía más familia a quienes pedirles que me ayudaran a cuidar a mis hijos, y, para colmo, tampoco contaba con los estudios suficientes para poder obtener un buen empleo”, explicó.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta finales de 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más, de las cuales 67  por ciento, equivalente a 38 millones, eran madres.

Según datos de este mismo instituto, al igual que Karla, el 11 por ciento de las más de 38 millones de madres, son autónomas.

Trabajar o cuidar

Al trabajo realizado fuera de la casa, de manera remunerada, en varias ocasiones se suma el del interior del hogar, el cual difícilmente se reparte entre los miembros de la pareja, tal y como lo demuestran datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que indica que las mujeres dedican 40 horas a la semana a las tareas no remuneradas, es decir referentes a labores domésticas y de cuidado, mientras que los hombres, en promedio, solo lo hacen durante 16 horas.

Ante la retirada de apoyo, Karla se vio en una encrucijada: cuidar a sus pequeños o trabajar para proveerles, una decisión difícil, pues era impensable quedarse sin comer o prescindir del seguro social.

“Fue sumamente duro y frustrante tener que elegir entre cuidar a mis hijos o tener que trabajar porque claramente teníamos que comer, mi hijo necesitaba al 100 por ciento el seguro social pero también me necesitaba a mi y ese fue el motivo por el cual me aterraba separarme, durante mi divorcio lloré demasiado de impotencia, de frustración, de coraje,  porque yo estaba ahí sola con 2 niños y no entendía como todo tu núcleo era capaz de abandonarte.

“Sin duda alguna, el maternar sin una red de ayuda es sumamente difícil y más aún cuando se tiene que trabajar, porque vives todos los días culpándote por no poder estar con tus hijos, por tal vez dejarlos solos, se vive mortificada pensando si en el lugar donde están de verdad están seguros, porque hay cientos de casos en donde las guarderías gubernamentales no son las mejores y el privilegio de tener una nana o niñera la verdad es que en México, alguien que trabaja solo para pagar lo más indispensable, claramente es un lujo que no puede darse”, menciona.

De acuerdo con el Inegi, siete de cada 10 madres autónomas, trabajan al exterior del hogar para garantizar la alimentación, salud, educación y vivienda de sus hijos.

Karla actualmente labora como trabajadora doméstica, sin prestaciones, y aún debe solventar los gastos y cuidados de sus dos hijos, quienes a menudo se quedan por períodos cortos solos.

Hoy mis hijos tienen 11 y 9 años y aún debo dejarlos solos, aún me duele perderme su niñez, sus asuntos escolares, aun rezo por no enfermarme porque si no ¿quién los cuida y quien trabaja? y aún me cuestionó si es lo correcto”, concluye.

Maternidad 2.0

Un común denominador entre las madres de niños pequeños que usan redes sociales son las redes de apoyo que representan páginas de crianza, maternidad y pediatría.

Tal es el caso de Érika, quien gracias a una página de lactancia materna, que también ofrecía apoyo presencial, logró amamantar de manera correcta a su bebé.

“En cuanto a la lactancia, definitivamente el grupo ‘Lactancia un acto de amor’ me ayudó mucho. Cómo decían ellas ‘hicimos tribu’ fui a un curso de asesoría para la lactancia, íbamos una vez al mes y pesaban al bebé y le daban seguimiento a la lactancia. Recuerdo que al principio yo no tenía un buen agarre y sufrí mucho, pero una prima que es nutrióloga me enseñó el camino y fue quien me acercó a ese grupo. Creo que una red de apoyo hace la diferencia y ahora ya es super fácil hacerla en línea”, comenta la madre de un niño quien espera a su segundo bebé.

Una de las páginas más populares en Facebook es La Mamá Agria, de la que se deriva Maternidad Agria, una iniciativa de Angélica Canarios, una madre de cuatro hijos de diferentes edades, para compartir información actualizada respecto a la crianza de bebés, niños y adolescentes.

Iniciativas en línea, como páginas de maternidad y pediatras, apoyan a las madres, especialmente a las primerizas, en el cuidado de sus pequeños, quienes en ocasiones no cuentan con familiares cercanos para transmitirles conocimientos referentes a la crianza. Foto: Especial

De acuerdo con Canarios, lo que la impulsó a crear hace ocho años la primera página de La Mamá Agria fue una mala práctica médica en el parto de su último hijo, lo que le impidió establecer la lactancia de manera exitosa.

“Yo no sabía que iba a fundar La Mamá Agria, sino que cuando yo tuve a mi último hijo, yo iba para parto normal, entonces, una mala práctica provocó que mi hijo naciera con fórceps y mi bebé se quedó tres días hospitalizado y pues al no tener el contacto con él inmediatamente, porque estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos, me llevó a tener complicaciones con la lactancia porque obviamente él ya no quería el pecho y yo sentía que no tenía mucha leche. Él quería estar siempre pegado y yo creía que no estaba produciendo, yo ya había lactado a dos de mis hijos, bueno de hecho a tres, pero con la primera yo creí que ya se me había ‘secado la leche’. Entonces, pues me puse a buscar información en las web, donde di con un grupo de maternidad y cuando empecé a leer todo lo que ellas recomendaban, muchas cosas como tomar atoles y todo eso, y vi que nada me funcionaba dije ‘no, pues es que esto está peor’.

“Y luego, por azares del destino, di con la página de la Liga de la Leche y ahí fue que empecé yo a leer todo lo que me estaba pasando, me lo estaban explicando científicamente, entonces me acordé de todos estos grupos y pensé ‘no, alguien les tiene que decir’ porque pues obviamente todas estamos pasando por lo mismo y yo sé lo que se siente, que no tienes leche, que tu hijo está llorando. Entonces, La Mamá Agria  nace a partir de que yo empiezo a compartir información”, mencionó Angélica.

Canarios menciona que aunque ha encontrado mucha reticencia por parte de mujeres que rechazan los consejos de especialistas en crianza y de la salud que ofrecen información a través de Maternidad Agria, grupo cerrado en el que se apoya en casos específicos con información oportuna y un directorio de especialistas en los diferentes estados de la República Mexicana, continuará con su labor ya que siempre habrán madres e hijos que requieran apoyo.

Sin apoyo suficiente

Pese a las iniciativas en redes sociales y el apoyo familiar, en caso de contar con él, madres de familia difícilmente pueden optar por el trabajo remunerado, en caso de desearlo o necesitarlo, si no cuentan con un espacio seguro para el resguardo de sus hijos.

Karla Pineda, madre autónoma de dos niños de 11 y 9 años de los cuales uno vive con autismo, relata que las complicaciones tras su separación y la pérdida de su red de apoyo continúan y que prevé que se extiendan más allá de la adolescencia.

Aunque hasta el momento ha logrado que sus hijos pasen el menor tiempo posible solos, los pequeños se encuentran vulnerables debido a la ausencia de su madre al momento de salir de la escuela.

Aunque el Gobierno ha creado apoyos para madres autónomas y para las infancias, estos no siempre llegan a quienes los necesitan y las familias continúan luchando. Foto: Especial

“Los días que trabajo me levanto desde las 4 de la mañana para poder dejarles limpia la casa a mis hijos, comida preparada y sus lunchs, los llevó a la escuela un poco más temprano de lo habitual para poder llegar a tiempo a mi empleo, que es en una casa, como empleada doméstica, yo salgo a las 5:30 de la tarde y llegó a casa a las 6:00. El lapso entre que mis hijos llegan de la escuela, hasta que yo regreso, se quedan solitos. Cuando eran más pequeños tuve que llevarlos a una guardería del Seguro Social ya que trabajaba en una fábrica, por un tiempo también trabajé en una promotoría, ese empleo me dio la oportunidad de pagar una nana pero regresaba a mi casa hasta las 10 pm”, rememora Karla.

Debido a la falta de seguridad social, Karla ha optado por acudir al Hospital para Niños Shriners, una red mundial de centros de salud infantiles, para atender los problemas ortopédicos de sus hijos y al DIF, para consultas psicológicas.

Pineda, a pesar de ser madre soltera y progenitora de un menor que vive con discapacidad, no ha podido acceder a apoyos gubernamentales que le permitan solventar los gastos de sus hijos.

Karla comenta que contar con una escuela de tiempo completo, con un apoyo gubernamental, así como otros apoyos al cuidado de sus hijos previstos en el Sistema Nacional de Cuidados, facilitaría su situación, al criar sola a sus hijos.

“He intentado ya en dos ocasiones tramitar la beca Benito Juárez para mis hijos, pero no salimos seleccionados, al igual hice un trámite para mujeres con bienestar y tampoco fui seleccionada”, concluye.

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