En la tragedia del avión en que viajaba Jenni Rivera ha surgido un personaje clave entre las dudas y preguntas sobre los porqués del siniestro.
Según declaraciones de Christian E. Esquino Núñez, quien se identificó a cargo de las operaciones de la compañía que vendería la aeronave a Rivera, el vehículo estaba en cabotaje, es decir, en vuelo de demostración para llegar a cerrar el trato con la Diva de la Banda.
Esta condición eximiría de responsabilidad a la compañía por haber permitido volar a un piloto que sobrepasaba por mucho la edad permitida.
Sin embargo, Esquino Núñez, también conocido como Eduardo Núñez, estuvo encarcelado durante cinco años por cargos relacionados con el narcotráfico, relativos a la compra y venta de aviones.
En 1993 fue acusado formalmente de cargos de tráfico de droga, según revelaron fuentes de Estados Unidos.
En esa ocasión los cargos fueron proveer aviones para la transportación clandestina de 487 kilogramos de cocaína de Colombia al sur de Florida.
Más tarde fue acusado de evadir impuestos y conspirar para evitar el pago por grandes cantidades de dinero que transfirió a cuentas, sobrepasando los límites permitidos. Fue declarado culpable y sentenciado a cinco años de prisión por fraude a la oficina de impuestos de Estados Unidos (IRS).
También, además de evasión de impuestos, enfrentó una demanda por una deuda millonaria con el grupo “Los Tigres del Norte”.
Relación problemática
Su relación con los aviones le ha causado otros problemas.
En 2002 fue acusado y por falsificar las bitácoras y récords de vuelo de seis aviones que compró al Gobierno de México y vendió a clientes estadounidenses con una gran utilidad.
El método fue obtener de manera ilegal números de serie de partes de aeronaves, códigos de aeropuertos, licencias para pilotos y sellos de inspección.
Según datos de CNN publicados en un blog firmado por Judy Cantor-Navas, en Los Angeles, Esquino, entonces bajo el nombre de Eduardo Núñez, fue declarado culpable y condenado a dos años en prisión y más tarde deportado a México.
Esquino se identificó como manager de la compañía Starwood Management LLC of Las Vegas, y durante el día de ayer la compañía negó la relación con el mexicano y aclaró que la dueña es Norma González.