Andrés Roemer, de victimario ¿a víctima?; pese a 60 denuncias en su contra, se asume inocente

Desde el exilio desde hace tres años, el exdiplomático aseguró que "no me escapé de la justicia, sino de la injusticia"
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Andrés Roemer, el escritor y exdiplomático mexicano con más de 60 denuncias en su contra por abuso sexual y comportamientos inapropiados, insistió en su inocencia desde el exilio en Israel, en donde vive desde hace tres años

En entrevista con Radio Fórmula desde Tel Aviv, Israel, Roemer señaló que se encuentra en una etapa del proceso en su contra en el que “mi futuro es más incierto que nunca”, además de acusar que ha sido censurado y no se le ha permitido hablar. 

Roemer, quien se dice víctima tanto de quienes lo señalan como abusador sexual como de la fiscalía en México, acusó que las autoridades mexicanas en Israel no reconocen a sus abogados defensores y tampoco le han permitido mostrar evidencia alguna sobre su presunta inocencia

Al ser cuestionado sobre las razones por las que se fue de México en medio de una ola de denuncias, aseveró que una de los principales motivos es que “hubo una tormenta perfecta; empecé a escuchar y a oler que las cosas se venían muy en serio y que me iban a meter a la cárcel”, dijo.

 

En ese sentido, ante la pregunta sobre si se arrepiente o no de haber huído de México, el acusado de abuso por al menos 60 mujeres, puntualizó que si bien no se arrepiente de haber salido del país, no sabría a dónde habría podido irse.

“Te das cuenta que la política está por encima de la justicia, y con la información que tenía no puedo decir que cometí un error, pero sí sé que no me escapé de la justicia, sino de la injusticia (…) Jurídicamente deberían darme el derecho, no es que me haya escapado, porque no había nada en contra mía; estaba previniendo que me metieran injustamente a la cárcel”, aseguró.

Sobre el cuestionamiento de cómo se mantiene viviendo en el exilio, concretamente de qué vive o si genera ingresos, dijo que un par de amigos le ayudan, además de vender un auto, dos relojes y echar mano de sus ahorros, aunado a insistir que los abogados que lo asisten no le cobran honorarios. 

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