AMLO y Peña en la final
LOS PUNTEROS SE MODERAN
Por Félix Arredondo
Confiados en que las preferencias electorales los favorecen y apostando a que la ecuanimidad convencerá a los todavía indecisos, Peña Nieto y López Obrador debaten sin confrontar.
Raúl Tortolero
LOS PUNTEROS SE MODERAN
Por Félix Arredondo
Confiados en que las preferencias electorales los favorecen y apostando a que la ecuanimidad convencerá a los todavía indecisos, Peña Nieto y López Obrador debaten sin confrontar.
Aunque el resultado de la encuesta telefónica de Reporte Índigo reporta que Andrés Manuel López Obrador ganó el debate con un 32.2 por ciento, se podría decir que en el sector con teléfono hubo una especie de empate técnico entre el progresista y Enrique Peña Nieto.
Enrique Peña Nieto obtuvo un 28.2 por ciento. Josefina Vázquez Mota 22 por ciento. Y Gabriel Quadri se desplomó hasta un .76 por ciento.
No se puede ganar una carrera cuando no hay carrera, como no se puede ganar un debate cuando no hay debate.
Y probablemente por eso, a muchos de los que vieron el debate de anoche les pareció que no hubo debate. Como tampoco hubo claro y definitivo ganador.
¿Por qué razón López Obrador no hizo referencia alguna a los escándalos del periódico The Guardian surgidos apenas el jueves pasado?
¿Por qué Enrique Peña Nieto no se le fue “encima” a López Obrador?
¿Por qué razón el candidato de la izquierda no respondió a las provocaciones de Josefina Vázquez Mota, como tampoco lo hizo Peña Nieto?
Para algunos, lo que explica lo anodino del debate responde a una clara estrategia de los dos punteros.
López Obrador buscó no parecer agresivo con las clases medias. La imagen que tanto el PRI como el PAN trataron de construirle al candidato de las izquierdas durante la última semana se desvaneció con su actitud en el debate.
Por su parte, Enrique Peña Nieto no se arriesgó a ser derribado por un nocaut en un debate con el abanderado progresista.
Empate técnico sí. Ganó López Obrador porque se pudo sacudir la imagen del polarizante fajador de la lucha de clases. Pero también Enrique Peña Nieto porque no fue derribado.
Aunque si se parte del supuesto de que el fuerte de López Obrador son las clases más modestas, que no tienen una línea telefónica fija que los incluya en la encuesta, entonces no habría duda. A quien mejor le fue con un debate sin debate fue al tabasqueño.
¿Y Josefina Vázquez Mota? La candidata del PAN se quedó atrás. Y es que a pesar de que se cansó de provocar a los dos punteros, ninguno de los dos se “enganchó”.
Al final, Josefina no tuvo más remedio que confrontarse con Gabriel Quadri por el tema de la familia de Elba Esther Gordillo.
Lenguaje corporal
Al final resultó que todo mundo esperaba mucho más de cada uno de los candidatos. Y por lo mismo, el debate provocó una sensación de decepción.
Nadie lanzó bombas. No hubo nocauts, ni nada sensacional como suele suceder en los debates presidenciales.
Y es que no era para menos. Apenas una horas antes de que se iniciara, los integrantes del movimiento antipeñista #YoSoy132 organizaron marchas y protestas en todo el país. En México rodearon las instalaciones de Televisa.
Eso sin contar con las expectativas que generaron el estallido del escándalo de las revelaciones del periódico británico The Guardian en contra del presunto complot entre Peña Nieto y Televisa.
Sin embargo, para algunos, el discurso de cada uno de los candidatos no fue lo más interesante, sino lo que cada uno expresó con su lenguaje corporal.
El serenado. López Obrador empezó serio. Parecía un tanto preocupado y temeroso que los demás se fueran en su contra.
Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, se dio cuenta que en esta ocasión nadie le diría nada que no le hubiesen dicho antes.
Poco a poco se fue “serenando”, como dice él, para hablar con más tranquilidad y en forma espaciada como acostumbra.
En cada ronda, siempre fue el candidato al que menos tiempo le quedaba.
El memorista. Peña Nieto se preparó o lo prepararon bien. Daba la impresión de estar en dos mundos al mismo tiempo. Los televidentes veían a un Peña Nieto partido en dos.
Uno, el que hacía enormes esfuerzos para recordar cada palabra que había aprendido de memoria. Otro, el que luchaba por conectar con la gente a través de la cámara.
Como siempre, sus tics en el ojo izquierdo delataban lo que ocurría en un cerebro que buscaba hacer varias cosas al mismo tiempo.
La provocadora. La candidata panista fue a la ofensiva todo el tiempo. Llegó al extremo de vestir de mujer a sus contendientes en la imaginaria.
Sin embargo, sus provocaciones nunca le funcionaron. Sus dos principales rivales no le hicieron mayor caso, y la candidata del PAN no tuvo más remedio que seguir defendiendo al presidente Calderón, y prolongar, a través del candidato Quadri -o “Cuadro”- su batalla contra Elba Esther Gordillo.
El desplomado. El fenómeno Quadri se volvió a repetir, pero al revés. El candidato de Nueva Alianza no dejó de preguntar a los demás candidatos si aceptarían un TLC con China o su opinión sobre los matrimonios de personas del mismo sexo.
Nunca logró hacerle nada a nadie. Ni siquiera a los jóvenes que hace un mes creyeron que era un candidato ciudadano comprometido con los jóvenes.
En la encuesta telefónica obtuvo solamente un 7 por ciento. Lo que querría decir que en una encuesta de vivienda el resultado todavía sería peor. Quién lo fuera a decir hace un mes. Analicemos candidato por candidato.
AMLO: EVITA CONFRONTAR; SIGUE AVANZANDO
Por Adriana Amezcua
El líder del Movimiento Progresista se pronunció por un cambio tranquilo, ordenado y sin conflicto. Así perfiló su esfuerzo para mantener su imagen conciliadora.
Al evaluarlo frente a sí mismo, Andrés Manuel López Obrador sale airoso del segundo debate entre candidatos presidenciales.
Comparado con el desempeño que tuvo en el debate previo, o con su más reciente participación en el programa Tercer Grado de Televisa, avanza.
Y lo hace en tres sentidos: comunica sus propuestas con claridad, incorpora a nuevos actores a su discurso y logra hacer un mejor contacto con el espectro de votantes indecisos, la clase media.
El formato del debate obró en su favor. Al no tener al cuello la guillotina del tiempo, tuvo mayor espacio para explayarse e incluso para responder algunas de las alusiones que le hicieron.
De arranque se le vio muy serio, con esa expresión a la defensiva ante esa masa amorfa e invisible llamada televidentes. Pero luego se le pudo ver más suelto a cuadro: exponiendo con tranquilidad sus propuestas, evitando las provocaciones e incluso permitiéndose una broma inicial como la de “estoy aflojado en terracería”.
Dirigiéndose a quienes apuestan por el voto útil, su primer mensaje aludió a no ser víctimas de la desinformación, la desorientación y el miedo al cambio.
Se pronunció por un cambio tranquilo, ordenado y sin conflicto. Así perfiló su esfuerzo por seguir desmontando la imagen de “revoltoso” y “chavista” que le fue creada en 2006. La que aún sigue vigente en el inconsciente en algunos círculos de las clases media y alta.
Enfatizó su prioridad de cambiar la política económica, consolidar el crecimiento y generar un mayor número de empleos. No cejó en su afán de subrayar que esto es posible lograrlo combatiendo la corrupción, implementando una política de austeridad en los altos mandos del gobierno y replanteando la política fiscal.
Destacando la importancia de la relación en términos migratorios y flujo comercial, aseguró que su política exterior se fincará en una “buena relación con Estados Unidos”. Apelando, matizó, más por un acuerdo de “cooperación para el desarrollo” que militar.
Aunque tuvo oportunidad de ser igual o más contundente en los ataques, como hizo Josefina Vázquez Mota, optó por mantenerse en la estrategia de la no confrontación. Pudo haber mencionado que este domingo el IFE resolvió sacar del aire el spot panista que tergiversaba su discurso pronunciado en Tlatelolco, por ejemplo. Pero el candidato por la Coalición del Movimiento Progresista no refirió el dato.
A diferencia de los otros candidatos, para dar más claridad de con quién gobernará, López Obrador aprovechó para plantear quiénes formarían parte de su gabinete. Y en su mensaje final hizo un llamado a todos los mexicanos, incluso a los simpatizantes de otros partidos para conformar el cambio verdadero que requiere México.
QUADRI: POR FAVOR, QUE ALGUIEN CONTESTE
Por Paulina Villegas
El abanderado del Panal con una mueca burlona pidió “por favor”, que la gente no se perdieran el video de YouTube “Querida Amiga” donde aparece Josefina con Elba Esther.
Abrió el debate el candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri de la Torre con una participación muy parecida, o casi idéntica a la del primer debate con su sello habitual, el de la diferenciación.
Inició con su conocida retórica anti-política. “Hace cuatro meses estaba en mi casa viendo la tele, los noticieros, como tú, como yo.” Y continuó: “Nueva Alianza me dio la oportunidad de representar a los ciudadanos en esta contienda electoral.”
Relajado y en ocasiones burlón, Quadri, o “Cuadro”, como lo llamó en una ocasión la candidata del PAN, no tenía mucho que perder y asumiéndolo, se convirtió en el bufón de la noche.
Ante el primer ataque de Vázquez Mota, un ejercicio imaginario de convertir a Quadri en mujer que “aunque es capaz, le tiene que pedir permiso a su mamá para hacer o decir cualquier cosa”, Quadri esbozó una sonrisa.
El primer gancho que lanzó el candidato del Panal fue hacia AMLO. “No se vale sólo decir que vamos a crecer un 6%, hay que decir cómo”. Y mencionó los cuatro ejes de su gobierno: libertades individuales, eficacia en los tres niveles de gobierno, ataque frontal a corrupción y estabilidad macroeconómica.
Con una inusual apoyo a las libertades civiles descartó la penalización del aborto, defendió a las mujeres y promovió la legalización del matrimonio gay.
Se mostró de acuerdo con Josefina en eliminar el fuero a todos los servidores públicos. Y le pidió a AMLO clarificar la aritmética porque las cuentas “no le salen”, sobre las cifras que el candidato de izquierda lanza sobre recaudación de 800 millones de pesos.
Acto siguiente, sus primeras propuestas concretas: quitarle al presidente la Secretaría de la Función Pública, “porque el presidente no puede auditarse a sí mismo”, y convertir la Auditoria Superior de la Federación en un órgano de fiscalización autónomo.
En materia de educación habló de una “nueva visión del federalismo educativo” que cierre la brecha entre la calidad de educación dispar entre estados de la república.
En una ocasión, Josefina lo enfrentó. “Cada voto por usted es un voto para la familia de Elba Esther Gordillo”, dijo la abanderada panista.
Y fue entonces cuando Quadri sacó los guantes. “Aquí parece una gran piñata, todo mundo quiere regalar dinero”. Y mostró una foto de la panista sentada con la lideresa sindical.
Con una mueca burlona pidió “por favor”, que la gente no se perdieran el video de YouTube “Querida Amiga” donde aparece Josefina con Elba Esther.
Y para todos aquellos mexicanos que dudan por votar por él , los invita a unir el voto para convertirlo en el próximo presidente de México.
Así se despidió el candidato de la arena política y de su efímera fama política.
PEÑA NIETO: EL CAUTELOSO Y PRECAVIDO
Por Armando Estrop
El priista insistió en su proyecto de que los ciudadanos ganen más. Pero no dijo cómo lo va a lograr.
La cara roja. Muy a su estilo correctamente peinado y vestido. Evitando la confrontación pero defendiendo los ataques, el candidato del PRI Enrique Peña Nieto fue cauteloso. Ya no se vio como el puntero en las encuestas. Lanzó propuestas sin detallar la forma en que lo hará.
Insistió en que su proyecto es que los ciudadanos ganen más. Pero no dijo si va ir personalmente a hablar con los empresarios o con los dueños de las tiendas, periódicos, farmacias, papelerías y los ranchos a pedirle que suban los sueldos.
No dijo si lo hará con una reforma laboral, porque precisamente fue esa medida la que su partido detuvo en la Cámara de Diputados.
Todos saben que en el país se sufre desde hace meses por una sequía que está devastando el campo, y aún así el priista propone evitar el alza de los precios de la canasta básica con mayor producción en el campo. ¿Cómo si el campo esta en un estertor?
Sí, Enrique Peña Nieto lanzó propuestas. Bajar los precios de las tarifas eléctricas mediante una reforma energética sin dar los detalles de en qué consiste este cambio y cómo realmente puede lograr algo que tampoco hizo su partido en el Congreso de la Unión.
Advirtió que de llegar a la Presidencia de la República habrá una reducción de 100 diputados y 32 senadores. Es decir unareforma política, misma que se detuvo en sus puntos más importantes por la división interna del PRI entre lo que quería Peña Nieto y lo que buscaba elcoordinador de los senadores Manlio Fabio Beltrones.
El candidato priista evitó los golpeteos políticos, o al menos él no los inició. Al candidato del Movimiento Progresista AndrésManuel López Obrador ni lo mencionó. Era imposible que no lo siguieran los fantasmas del pasado de su partido. La aspirante panista le sacó una foto con el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington. También le recriminó la dedicatoria de su tesis a Arturo Montiel.
Por lo demás la libró. Ninguno de los candidatos llevó al debate la polémica relación que denunció el periódico británico The Guardian entre el aspirante priista y la empresa Televisa. Aún así Peña Nieto seguía ruborizado.
Tuvo un lapsus. Dijo que erradicaría el hambre. Y tan rico que es comer.
“Primero erradicar el hambre, erradicar la pobreza alimentaria en la que viven más de 20 millones de mexicanos”, aseguró.
Para eso propuso implementar las brigadas Hambre-Cero.
En materia de relaciones internacionales propuso regresar el nombre de México al lugar en el que estaba antes. Ha perdido liderazgo y hay que devolvérselo. Y propuso también que todos los ciudadanos sepan que siendo mexicanos cuentan con el gobierno de su país en cualquier parte del País.
Y en su cierre repitió lo que ha hecho su propuesta central: “Vas a ganar más”.
¿Más dinero para todos por decreto presidencial?
VÁZQUEZ MOTA: LOS ATACA PARA SOBREVIVIR
Por Raúl Tortolero
La candidata panista criticó a los otros tres contendientes pero practicamente no recibió respuesta a sus cuestionamientos.
Sabía que esto era a “muerte súbita”. No había futuro si no salía airosa. Su desempeño lució cercano a un “debate”. Y ahora sí, Josefina traía argumentos contra todos. Persiguió a Peña Nieto e incomodó a López Obrador. Sus propuestas ya eran conocidas. La novedad fueron algunos “jabs”.
Con el guante derecho le pegó a un bronceado Peña Nieto: exhibió una factura de un “centro de espionaje” que contrató con “dinero público”. El “Cuerpo de Vigilancia Auxiliar y Urbana”, habría recibido “1,956,725.00”, por concepto de “pago de software y base de datos y controles” de manos del gobierno estatal del priista.
Peña no contestó. Y ella volvió al ataque. Lo acusó debloquear las reformas. “No reparta culpas”, reviró el mexiquense: todo se debió a sus inasistencias e ineficacia…
Con la izquierda vapuleó a AMLO: cómo era posible que haga mítines en pleno Tlatelolco, donde ocurrió la trágica matanza de estudiantes en 1968. Porque López Obrador –dijo Vázquez Mota- se afilió al PRI en 1971, cuando ya se conocía tal matanza y también el “halconazo”, segunda ola represora del PRI…
López Obrador respondió que Josefina mentía. Luego ella le echó en cara haber abrigado a Barttlet, el supuesto autor del fraude de 1988…
Y para Quadri, una zancadilla. Que cada voto por él equivalía a un voto por la familia… de Elba Esther Gordillo. Quien ha colocado a sus parientes en donde ha podido. El del bigote le contestó que era una zalamera, y pidió que fuera visto un video en el que Josefina llama a Elba: “Querida amiga”.
Josefina no se quedó ahí. Dijo a Peña que México no quería un presidente que se escondiera en el baño, como según lo hizo éste en la Ibero. Peña lo negó.
Al tabasqueño le dijo que no le salían sus cuentas: que no podían ahorrarse 300 mil millones de pesos si se corriera aún a todos los altos mandos del gobierno.
Josefina usó una metáfora: ¿con quién encargarías a tufamilia? –preguntó-. ¿Con una señora mañosa y arreglada, como Peña, con otra voluble, como AMLO, con una que no hace nada sin permiso de su mamá, como Quadri, o conmigo…? Sólo que no mencionó sus propios defectos…
Josefina estuvo ensayando. La idea clave era igualar al PRI con el PRD. Un mismo PRI con dos candidatos: EPN y AMLO.
La lista de sus invitados denotaba la tensión. La enumeración enviada a la prensa saltaba del 10 al 13, y del 18 al 23, para sumar supuestas 26 personas, que en realidad eran 20.
Del total, seis son su padre, madre, esposo, y tres hijas.
Para cerrar, la candidata azul invitó a los izquierdistas moderados y a los priístas honestos pro-reformas, a sumarse a ella y formar un gobierno de coalición y reconciliación.
La última imagen fue de su mano, con una cruz simbolizando el voto… y la mano recordó, sin duda, al movimiento #Yosoy132.