El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y María Elena Álvarez-Buylla defendieron la nueva Ley General de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación aprobada en el Congreso de la Unión por Morena y su coalición. Para lo que retomaron los argumentos expuestos en 2020 cuando se extinguieron 109 fideicomisos públicos.
“¿Por qué la inconformidad? Porque imagínense, el dinero del pueblo lo transferían a las grandes empresas y no hacían investigación en beneficio del pueblo”, reclamó López Obrador en su conferencia matutina desde Palacio Nacional ante las críticas que ha generado la denominada “Ley Buylla” por parte de la oposición.
Tanto López Obrador como Ana Elizabeth García Vilchis, presentadora de la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana”, rechazaron que esta ley implique la desaparición del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Sino que se pasará a llamar Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt).
Conahcyt defiende resultados de política científica
Por su parte, Álvarez-Buylla, directora del ahora Conahcyt argumentó que “es fundamental contar con una ley que no permita simulaciones y normas a modo para derivar multimillonarios recursos del pueblo a empresas so pretexto de la innovación y a fondo perdido, sino seguir atendiendo como, de facto, de hecho hemos ya logrado en estos años”.
Para defender esta ley, expuso que en 2022, con una inversión de cuatro millones de pesos para ciencia básica o aplicada, se asignaron 25 mil 732 becas, contando con una cobertura total de los estudiantes. El Sistema Nacional de Investigadores (SNI) llegó a 41 mil 367 miembros y el 90 por ciento de los apoyos fueron dirigidos al sector público.
45 mil millones para empresas y 14 mil millones para elefantes blancos
Retomando los argumentos esgrimidos en 2020, recordó que mediante 91 fideicomisos se transfirieron más de 45 mil millones de pesos a fondo perdido a empresas como Kimberly Clark, Femsa, Monsanto, Continental, VolksWagen, Bayer, BMW, HoneyWell, Ford, IBM, LG, Motorola, Nissan, Whirlpool, RH México, Proft Tech, Intel, entre otras.
También destinaron 14 mil millones de pesos para elefantes blancos que fueron “falsas ciudades del conocimiento”. Además de que las empresas “contaron con la participación, podríamos decir complicidad” de instituciones como el Tec de Monterrey, la UNAM, la UANL, el CIATEQ, o el CIMAV. Las cuales también regresaban los recursos a estas firmas en forma de talento.